Atlético Tucumán es bicampeón de la Liga Tucumana y este año tuvo un logro más para su historia: jugó por segunda vez la Fase Final de la Copa Federal. Allí, sus objetivos fueron claros: tratar de superar por primera vez los octavos de final y que su dirigencia vea que el equipo está preparado para competir en la Asociación del Fútbol Argentino. Casi como un mantra, el deseo de competir en AFA se repite en los relatos de Adriana Larrahona y Yanina Ledesma. Ambas son referentes del equipo y tienen en claro que su lucha es llevar a Atlético Tucumán a la Primera C del fútbol femenino argentino y lo dicen: “nos merecemos jugar en AFA”..
Adriana tiene 44 años, es arquera desde hace 22 y juega en el club de sus amores hace casi la misma cantidad de años. Sus primeros pasos en el deporte fueron en las artes marciales, donde casi consigue el cinturón negro en 10 años de entrenamiento, pero un día unas chicas se cruzaron en su camino, le mostraron el futbol y fue amor a primera vista. Las mismas chicas, ya amigas, la llevaron a entrenar a su primer club: “Me acuerdo que en su momento el DT me quiso probar de 8, jugando por la derecha. Yo no me hallaba, no me veía. Hasta que vino el DT y me dijo: “no, mirá, yo te voy a probar como arquera porque me hacen falta arqueras”, y empecé a entrenar como arquera. Así me di cuenta que ese era mi puesto, que era lo que yo quería, que era lo que me gustaba y de ahí no me sacaron nunca más del arco”, cuenta.
Larrahona es, como la mayoría de las jugadoras del club, jugadora de fútbol 11 y futsal. El Club Atlético Tucumán compite en la Liga Tucumana de fútbol 11 y en dos ligas de futsal, una local y la otra de AFA. El futsal es altamente competitivo y ha conseguido títulos como la Copa Argentina 2023 del Consejo Federal (formato similar al del fútbol 11). El femenino en Atlético Tucumán es, sin dudas y ante todo, ganador, lo cual se explica por los 4 entrenamientos semanales, pero también por la pasión y las ganas de sus jugadoras.
En la Liga Tucumana, la brecha con el resto de los equipos es ineludible: “Muchas veces nosotras empezamos a jugar el torneo: jugamos unos partidos, goleamos y los equipos no nos quieren jugar más. Cuando tenemos que jugar a más de 30/40 kilómetros, nosotras viajamos y jugamos, pero cuando ellos nos tienen que devolver la visita sabiendo que ya no clasifican o quizás pensando que vienen a perder, directamente no se presentan. Y es una lástima, porque nosotras entrenamos cuatro veces a la semana con frío, calor, lluvia, y es un bajón llegar un sábado y que nos digan que no se presenta el otro equipo. Enterarnos el mismo día de partido que no se presentan o que se suspende por cualquier motivo y que lo van a reprogramar. Después no lo terminan reprogramando porque son clubes que capaz no clasifican y no les sirve. Por eso nosotras sabemos e insistimos en que la Liga de Tucumán a nosotras ya nos queda chica. A veces salimos a buscar torneos de afuera, regionales, en Salta, en Santiago y nuestro mayor sueño y nuestro mayor objetivo es empezar a jugar en AFA, así sea en la categoría C e ir subiendo y ascendiendo de a poco”, relata Adriana.
Sin embargo, desde la dirigencia el apoyo para la competencia en AFA no llega, debido a las excusas siempre repetidas en el fútbol femenino, como que no es rentable y no tiene nivel para poder invertir y pensar en un desarrollo y una rentabilidad a futuro. Adriana cuenta, como ejemplo de los oídos sordos a sus reclamos: “Hay muchos equipos que hacen diferencia con las categorías de varones. Acá yo lo veo, lo vivo, porque por ejemplo nosotras pagamos árbitros y los varones no pagan, les paga el club el arbitraje. Cada domingo hay que pedirle a las chicas que junten para pagar el árbitro ($1000/$1500) y a veces se nos hace cuesta arriba porque la mitad de las chicas jugamos también dos ligas de futsal. Entonces pagamos el arbitraje un domingo de fútbol once, el mismo domingo a la tarde/noche jugamos una liga de futsal, también pagamos el arbitraje ahí, y los días de semana se juega futsal AFA, que también hay que pagar otro arbitraje. Así que económicamente a nosotras se nos hace muy cuesta arriba porque no estamos ni siquiera semi profesionalizadas, no tenemos esa ayuda. El club nos brinda ropa, nos brinda lugar para entrenar, pero ellos saben que si a nosotras nos meten en AFA nos tienen que bancar micro, nos tienen que bancar un hospedaje para parar, para descansar. Por eso el fútbol femenino en el interior no crece, no crece nada. Es lamentable que estemos en 2024 y todavía tengamos que seguir rogando para poder participar en un torneo de AFA”.
En la misma sintonía, Yanina Ledesma, a quien su entrenador reconoce como una gran 10 enganche, cuenta: “Nuestro objetivo sería poder jugar en AFA algún día”. Yanina tiene 36 años, arrancó a jugar al fútbol a los 14 con varones y vistió la camiseta de San Lorenzo de Almagro durante una temporada, pero volvió a Tucumán porque no pudo acostumbrarse a Buenos Aires. Para jugadoras como ella, con tantas ganas de jugar pero sin equipos y competitividad en sus ciudades, el fútbol deja de ser un sueño para pasar a ser un hobbie. Al igual que Adriana y la mayoría de las futbolistas fuera de Buenos Aires, Yanina entrena, trabaja y sueña que algún día la dirigencia vislumbre sus inmensas ganas de competir.
Emiliano Herrera es el entrenador de la cuarta división del fútbol masculino de Atlético Tucumán y es, desde hace un año y medio, entrenador de la primera del fútbol femenino, por el cual ya había tenido un paso anteriormente. En ambos ciclos como DT del femenino, Emiliano notó la calidad del equipo en cada competencia y ha conseguido varios títulos con sus jugadoras, como ser bicampeonas de la Liga Tucumana (2022 y 2023). “Aquí a nivel provincial las chicas ganaron todo, no hay mucho incentivo, entonces también es medio complicado hacer que vengan a entrenar porque no es muy competitiva la Liga Tucumana. A nosotros muchas veces no nos convienen esos partidos y eso va repercutiendo en el entrenamiento, en el día a día. Mediante la Copa Federal nosotros tratamos de empezar a incentivarlas, de que entiendan que puede ser su momento. Son chicas jóvenes la mayoría y todas ellas sueñan con jugar y vivir de esto. Así que tratamos de hacerles entender que es tangible, que puede ser palpable, que puede ocurrir. Sin embargo, no deja de ser amateur y ellas no dejan de tener sus altibajos, sus momentos que no van a entrenar, pero siempre tratamos de tenerlas motivadas”, cuenta el DT.
El club tiene hoy 200 chicas practicando fútbol en sus instalaciones, repartidas en: infantiles, juveniles, formativas de ligas (2 equipos); 1 equipo en reserva sub 20 y 1 equipo de primera división (ambos equipos en la Liga Tucumana de Fútbol, que está conformada por 60 equipos). De esta forma, el club de Tucumán sigue creciendo. Y lo hace con un horizonte: subir cada vez más.