El ambiente del fútbol argentino se vio sacudido durante la mañana del martes 7 de junio de 2022 por la noticia de que, por primera vez en la historia, el presidente de un club irá preso por sus negocios ilícitos con la barra brava de su institución. Se trata de Pablo Esser, exmandamás de Sportivo Belgrano.
El exdirigente de la entidad deportiva de San Francisco, Córdoba, recibió una condena de cuatro años. Fue hallado como partícipe secundario del comercio agravado de estupefacientes y lavado de activos con un grupo narco manejado por el jefe de la barra, Braian Requena.
Por primera vez, el Presidente de un club irá preso en Argentina por sus negocios ilícitos con la barra brava
Pablo Esser, exmandamás de Sportivo Belgrano, había sido procesado en diciembre de 2020 por la comercialización de estupefacientes y el lavado de activos. Además, se le había impuesto un embargo equivalente a un millón de pesos de esa época. El juez Rebak había dictado el procesamiento de otras 15 personas en la misma causa por la comercialización de estupefacientes en sus roles de partícipes primarios y secundarios de comercialización, coautores de tenencia de estupefacientes y por el lavado de activos.
Por otro lado, Requena, el jefe de la barra de la institución cordobesa, fue condenado a ocho años de prisión. Durante el juicio iniciado en 2018, se conoció públicamente que pasó de vivir en una propiedad prestada a comprarse siete casas que puso a nombre de testaferros.
La causa narco que terminó con la condena a Pablo Esser, expresidente de Sportivo Belgrano
La investigación se inició en 2018, cuando el fiscal Luis María Viaut empezó a trabajar sobre una presunta asociación ilícita de la que participaba la cúpula de la barra para proveer droga en toda la zona al este de Córdoba y el oeste de Santa Fe, con más de una decena de bunkers distribuidos estratégicamente. Para colmo, descubrieron que había lazos con los grandes grupos narcos de Rosario, con sospechas de los vínculos con la banda de Los Monos.
Mientras Viaut avanzaba en la investigación, comenzó a encontrar pruebas que vinculaban directamente al presidente del club de San Francisco. De esta forma, averiguó que, cada diez días, el líder de la tribuna de "La Verde" partía con un bolso lleno de dólares hacia Iberlucea, en las afueras de Rosario, para comprar cuatro kilos de cocaína que después se estiraban en un laboratorio clandestino en la ciudad cordobesa. Así, más tarde la distribuían en los bunkers que manejaba el resto de los integrantes de la barra.