La angustia de los hinchas de River era entendible. Después de ocho años, en diciembre de 2022, el técnico más ganador de toda su historia se iba del club. Marcelo Gallardo le dijo adiós al conjunto millonario envuelto, además, en una idolatría a la que le sumó títulos y una identidad que marcó a fuego sus años en el banco de suplentes. Con esas dudas, el Millonario tuvo que elegir otro entrenador: fue Martín Demichelis. El entrenador tenía la difícil tarea de frenar las posibles críticas, de salir airoso de ese emparejamiento con el DT más ganador del club y, por supuesto, empezar a forjar su camino.
River Plate salió campeón del fútbol argentino a tres fechas del final. Con un fútbol agresivo y directo. Con presión alta sobre los defensores y desplegando un juego distintivo, el equipo Millonario alcanzó un nuevo título. Desde enero, momento en el que tomó el equipo, el entrenador trató de imponerse con una palabra adecuada: paciencia. Pero, sin embargo, nunca trató de sacarle el valor al equipo, lógico, de Marcelo Gallardo que fue una marca indeleble con el hincha Millonario. La misión, en principio, era complicada y no le escapó.
Desde que arrancó el año, River Plate jugó 25 partidos en el torneo local. Ganó 17 encuentros, empató tres y perdió cuatro. El dato es que, a lo largo del torneo, tuvo un arrollador paso: metió 42 goles y la diferencia es de casi 30 goles. A favor de Martín Demichelis aparece la comparación con el desangelado último campeonato del River del Muñeco Gallardo que, casi con los mismos jugadores, no tuvo un buen campeonato y pareció cansado. La revitalización del exdefensor llegó con un levantamiento en el nivel de varios jugadores: Pablo Solari, Lucas Beltrán y Rodrigo Aliendro encontraron su lugar. El ex Colo Colo entrando como variante, Beltrán convirtiéndose en un "Julián Álvarez" con sus propias características y el exColón de Santa Fe convirtiéndose en un todoterreno.
Un motor especial. En una de las primeras conferencias, Martín Demichelis aseguró que, para poder mostrar la idea completa, necesitaba de "8 o 9 partidos" para encontrar el funcionamiento. Y así fue. Luego de una caída ante Belgrano de Córdoba de visitante, River Plate encontró una racha de victorias que lo fueron marcando en el torneo local. En el medio ocurrió una situación que, con el diario del lunes, marcó a las claras el carácter del equipo. River perdió el primer partido por Copa Libertadores ante The Strongest, esa situación lo dejó bajo una situación complicada. Un par de semanas después, un equipo apurado y desequilibrado, se comió una pared de frente ante Fluminense y, en Brasil, cayó 5-1. Esa misma semana, cuatro días después, era el clásico ante el Boca de Almirón que estaba en levantada. Más allá de la diferencia de nivel, lo cierto es que levantarse de una goleada en contra, de estar a un paso de quedar eliminado de la Copa Libertadores y ante el rival de toda la vida en levantada, el conjunto de Núñez tuvo una muestra de jerarquía. Se plantó y ganó ese encuentro.
Desde allí en adelante, River mantuvo la ventaja -con algunos errores en el momento de leer partidos, quizas- pero con un paso arrollador. Con este título, Martín Demichelis suma su primera estrella como entrenador millonario. De entrada, el técnico tiene un buen augurio tras reemplazar al técnico más ganador de la historia de River. Si bien, los últimos años, las victorias de los Boca de Ibarra y Sebastián Battaglia demostraron que los dos equipos más grandes de Argentina tienen cierta ventaja por plantel -más allá del funcionamiento-, eso parece convertirse en el próximo desafío de Martín Demichelis. Que el contenido y el estilo rodee a la obtención de los campeonatos.