Murió Pedro Marchetta, desde los cruces con Ruggeri a su detención en plena dictadura

Tuvo varios cruces divertidos con Oscar Ruggeri, pero también tuvo un costado político. Seguidor de Perón, también estuvo detenido en dictadura. 

07 de abril, 2022 | 18.29

El exjugador y entrenador del fútbol argentino, Pedro Jorge Marchetta, falleció a los 79 años y es reconocido como uno de los técnicos con más anécdotas del fútbol argentino. A lo largo de su vida tuvo una extensa trayectoria como entrenador y dirigió varios equipos como Rosario Central, Racing y Talleres. Sin embargo, también es recordado por los comentarios que hacía sobre los jugadores, uno de los más picantes se lo hizo a Ruggeri cuando, en un partido, lanzó: "Apuntale y tirale la pelota larga, que Ruggeri es una cabina telefónica: pasás, ponés una ficha, hablás y seguís”

Uno de los comentarios fue el de Club Atlético Rosario Central que, en redes sociales, sacó: "Desde el Club Atlético Rosario Central sentimos profundamente el fallecimiento de Don Pedro Marchetta, un gran emblema de nuestra institución. Enviamos nuestras condolencias y fuerzas a todos sus familiares y amigos". Sin embargo, más allá de los lamentos por su fallecimiento, hay varias frases que quedaron en la historia. 

Sobre Ruggeri:

"Apuntale y tirale la pelota larga, que Ruggeri es una cabina telefónica: pasás, ponés una ficha, hablás y seguís", le dijo Marchetta a Silvio el "Tweety" Carrario en un partido en el cual los enfrentaban. En un cruce, en buena onda, el cabezón le gritó el gol en la cara y le recordó la situación. 

La relación entre Marchetta y Ruggeri siempre fue muy buena, de hecho, en otro momento el propio Marchetta -que en la previa de los partidos hacia chistes sobre sus rivales- aseguró que si "le tiraban la pelota larga a Ruggeri se desmayaban".  Por otro lado, siempre tuvo en su principal apuntado a Pablo Erbín, un ex jugador de Platense y River del cual solía decir: "Yo tengo dos by pass. Uno se llama Erbín y otro Irusta", justamente por los jugadores y el stress que le produjeron.

Más allá de los chistes y comentarios, siempre se supo de la impronta que Marchetta tuvo para sus jugadores y en los clubes. Le gustaban los jugadores con buen pie y, por eso, a mediados de los 70 puso sus ojos en Diego Maradona cuando estaba en Cebollitas. En una entrevista en la revista El Gráfico contó: "Lo conocí cuanto tenía 13 años y fue a jugar los Evita a Embalse. Yo tenía los hoteles 2, 4 y 7, y viene un amigo, el Cabezón Sala, y me dice: “Hay un negro que juega un 10, no sabés lo que es, andá a verlo”. Año 1973. Lleno de gente estaba, mamita querida lo que era Diego. Le dije al dueño de mi empresa: “Vos que tenés mucha plata, hay que comprar a este pibe”. Recuerdo haber ido a hablar con el padre, con Don Diego, a ofrecerle 8 millones de pesos, pero quiso seguir en Argentinos, porque ahí estaba Francis Cornejo". 

Su pensamiento político

Más allá de su juego, Pedro Marchetta nunca ocultó su ideología y cada vez que podía decía que él se reivindicaba peronista. En varias entrevista contó su anécdota con Juan Domingo Perón a quién conoció en 1973 cuando tuvo que concurrir para premiar a Central y a Huracán en los torneos de ese año. Trabajaba en Gastronomía, en ese momento, y tuvo que agasajarlos. En diferentes declaraciones contó: "El General me dio la mano y estuve varios meses sin lavármela. ¿Se dieron cuenta de que soy peronista, ja?".

Por otro lado, también -en medio de la última dictadura cívico militar- estuvo preso durante casi seis meses y reveló: "El dueño de la empresa en la que trabajaba era muy peronista, como yo, y caímos todos". Lo cierto es que Marchetta primero pasó por la delegación de la Policía Federal en Rio Cuarto y luego lo trasladaron a Buenos Aires donde -según cuenta el periodista Gustavo Veiga en Página 12-  pasó al cautiverio en el Regimiento Motorizado de Parque Patricios.  "Me vino a visitar Roberto Perfumo", contó. 

La detención se produjo por haber trabajado con Juan Amador Gramano, un empresario peronista que estuvo detenido desde abril de 1976 y diciembre de 1977. A Gramano lo detuvieron por "subversión económica" y, según Marchetta "nunca le pudieron probar nada, lo fundieron". 

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