Gustavo "Sapito" Coleoni es uno de los personajes más carismáticos del Ascenso y del fútbol argentino en general. El entrenador de 55 años comenzó como jugador en las divisiones inferiores de Talleres de Córdoba, el club del que es hincha, y luego integró algunos equipos regionales. Con pasado también en las Ligas de Perú y Chile, se retiró en 1990 y comenzó como director técnico en 2006.
Más allá de las estadísticas desde el banco de los suplentes, el DT se destacó por su estilo a un costado de la cancha y por su personalidad: a puro carisma y simpatía, se ganó el cariño incluso de los fanáticos que no eran de los equipos a los que estaba dirigiendo. Además, su historia de vida en general conmueve y El Destape tuvo acceso a conocerla desde la boca del mismo protagonista.
La gran historia del Sapito Coleoni, un personaje muy querido del fútbol argentino
El DT de San Miguel, de la Primera B Metropolitana, comanda a un equipo que viene en ascenso permanentemente y sueña con llegar a la Primera Nacional en 2024. Los 18 años de trayectoria en el rol actual los llevó a cabo siempre en clubes a nivel local: además de Central Córdoba de Santiago del Estero y el "Trueno Verde", pasó por Racing de Córdoba, Gimnasia de Mendoza, Juventud Antoniana de Salta, Central Norte de la misma provincia, Talleres, Santamarina de Tandil, Guillermo Brown de Puerto Madryn, Sportivo Patria de Formosa y Ferro. La etapa más recordada del estratega fue en el "Ferroviario", donde se mantuvo durante cinco temporadas entre 2016 y 2021.
En el diálogo con El Destape, el protagonista repasó sus inicios como jugador: "Tengo una historia muy especial de la infancia. Viví 15 años debajo de la tribuna de Talleres porque mis viejos tenían el bar ahí. Hacía jueguitos antes de los partidos, jugaba en Los Cebollitas en los preliminares y la gente iba a verme". A puro detalle, repasó: "Antes de la final que Talleres pierde contra Independiente en 1977 estuve ahí y al día siguiente, en un noticiero de Córdoba que conducían los hermanos Acosta, me invitaron a mí en lugar de invitar a cualquier jugador que había perdido la final como (Daniel) Valencia y (Luis) Ludueña, o a (Roberto) Saporiti, que era el técnico... Yo era la mascota de ese equipo".
Con sinceridad, Coleoni rememoró que "todo el mundo en Córdoba empieza a preguntar por el Sapito y parecía que iba a ser (Lionel) Messi". Esto le dio una pequeña fama por la cual empezó a hacerse conocido. "Ahí empieza lo mío en el fútbol de ser conocido, de firmar autógrafos, de tener que ir a jugar a una localidad de Córdoba con Los Cebollitas", amplió el protagonista. Al mismo tiempo, contó que "tenía que ir a jugar el preliminar del mejor equipo de la historia de Talleres, que jugaban (Héctor "Chocolate") Baley, (Alberto "Conejo") Tarantini, Ludueña, Valencia.. Ahí me empecé a hacer un nombre en Córdoba. Tuve una infancia soñada, de jugar ahí con todos esos monstruos", valoró.
Más allá de que el "Sapo" reconoció que en algún momento "parecía que iba a ser un fenómeno", prefirió rescatar lo positivo: "Jugué igual. En la Liga cordobesa, en el extranjero, aunque nunca fui lo que pensaban que iba a ser". Con los mismos problemas de desarrollo que el astro rosarino, Coleoni remarcó: "Fui a un médico para que me inyectaran unas hormonas de crecimiento italianas que se compraban en Estados Unidos y mi médico no quiso porque tenía miedo". Al respecto, puntualizó en que "era más difícil que las de Messi, quizá en esta época hubiera sido otra cosa". E insistió: "Era una locura que había conmigo en Talleres y me hicieron un tratamiento para que creciera porque estaba atrasado un año y medio".
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Incluso, el "Sapito" explicó que quiso explotar su faceta dedicada a los medios de comunicación pero no pudo: "Después de jugar empecé a estudiar periodismo, que me falta poco para recibirme, pero siento que no era lo mío porque no me gustaba hacerles notas a los jugadores que para mí no eran tan buenos". En esa línea, aceptó que se trataba del "resentimiento de no haber podido jugar en Primera". En ese sentido aseguró que hubo varias preguntas de sus amigos. "Todos mis amigos no entendían por qué. Después trabajaba en un taxi y les preguntaba si se acordaban del Sapito Coleoni, me decían que sí. Salía en El Gráfico, en la revista Goles... El fútbol me devolvió de técnico todo lo que me faltó de jugador. Me recibo de técnico y ahí empieza otro proceso", recalcó.
Acerca de sus inicios en la función actual, el cordobés recordó que empezó a trabajar "como coordinador de una escuela de fútbol de Talleres", donde tenía "a dos o tres categorías". "Me decían que era el que tenía mejor ojo para elegir y me dediqué a hacer pruebas por todo el país. Después fui a Racing de Córdoba de coordinador de todo el club y ahí lo tengo al Pulga (Luis) Rodríguez", especificó el entrevistado. Con respecto a los primeros futbolistas de renombre a los que lideró cuando eran promesas, mencionó: "Dirijo por primera vez en la Primera, un Federal A, con (Gabriel) Loeschbor, (Hernán) Peirone, (Fabián) Rinaudo, un montón de pibes que no eran conocidos pero después llegaron a la Primera. Y pierdo la final con el San Martín de Tucumán de Carlos Roldán".
Con un gran repaso por su carrera en el banco, resaltó: "Arranqué, me fui a Juventud Antoniana y así seguí. Pierdo cinco finales, después gané una en Central Córdoba, asciendo al Nacional B, después gano la siguiente final y asciendo a la Primera. Juego la final de la Copa Argentina contra River y luego gano el primer torneo con San Miguel". No obstante, también aclaró que el costado negativo de semejante trayectoria profesional es que "fue un tiempo largo de tanta ausencia en casa, con la familia" y que ahora está "pagando" aquello.
"He dirigido casi 600 partidos, he jugado ocho o nueve finales, y siempre agradecido a los muchachos que me han tocado porque me ayudaron a crecer. Debo ser de los entrenadores de Córdoba que más partidos dirigió y está vigente", valoró Coleoni en la entrevista. Muy distendido, contó una anécdota con el "Pulga" Rodríguez, con quien mantiene una relación "como de padre e hijo": "Lo tenía en Racing y teníamos un clásico contra Belgrano. Para mí siempre es especial porque soy muy hincha de Talleres. Penal para nosotros, el arquero de Belgrano era Germán Montoya", arrancó. Y continuó: "Yo había visto al Pulga el día anterior boludeando, queriéndola picar en los penales... Les digo a los del banco de suplentes: ´Que este no la quiera picar porque lo saco ya´. El Pulga la picó y Montoya se lo atajó, entonces mando a todos los del banco a calentar y viene una jugada en la que la agarra él en la medialuna, se la lleva de taco y, cuando baja, la pone de zurda al lado del palo. En eso viene corriendo y me pide por favor que no lo saque y no lo saqué, lo perdoné. Empatamos 1-1", repasó.
No obstante, Rodríguez no es la única figura del fútbol argentino con la que tuvo mucho cariño mutuo, sino que con Diego Maradona también: "Fuimos a jugar con Gimnasia de La Plata, yo en el celular tenía fotos con Diego cuando fue a jugar con la Selección Argentina contra Suiza en el (estadio) Kempes, yo alcancé las pelotas. En un partido de Argentinos contra Talleres me quería sacar una foto con él, pero no alcanzaba porque lo abrazaba y se me venían todos los alcanzapelotas", inició a modo de introducción. "Me metí en la cancha y me saqué una foto solo con él, a los pocos meses viene a jugar con Argentina contra Suiza en el Kempes y Diego me dedica la foto. Después jugué con Diego en el partido de despedida de Valencia, mi ídolo, y cuando vamos a jugar contra Gimnasia me acerco. ¡Y él me dice: ´Sapito, ídolo, maestro!´. Me quería morir...", relató.
Sobre un gesto noble que tuvo "Pelusa" con él, Coleoni rememoró: "Yo había puesto un equipo alternativo porque después jugábamos la final con River y perdimos 2-1. Le muestro las fotos con él, entonces me mira de otra manera y después en su Instagram pone: ´Un día muy feliz, ganamos por primera vez con nuestra gente en el Bosque, pude entrar con Benjamín (su nieto) a la cancha y conocer al Sapo Coleoni´". Y describió la sorpresa absoluta en aquel momento: "Cuando volvía en el colectivo me muestran el Instagram de él que había puesto eso... Ahí se me pasó un poco la bronca por la derrota. ¡Que Diego diga eso de mí, que Dios diga eso! Y después fuimos a jugar la final contra (Marcelo) Gallardo... Yo nunca lo soñé, Dios me lo regaló gracias al fútbol".
Ya con relación a la actualidad con su equipo, que buscará el ascenso a la segunda categoría, el "Sapo" definió a San Miguel como "un país verde y blanco" y se explayó: "Me hace acordar mucho a Central Córdoba de Santiago porque también se cumplieron 100 años cuando fui". A la hora de describir a su hinchada, aseguró que "es gente muy ávida de alegrías, muy sufrida desde lo deportivo porque siempre estuvo en la C, peleando, sufriéndola. Y desde lo ecónomico tampoco le sobra nada". "Me siento como en mi casa por cómo me han tratado desde el primer día, el agradecimiento de la gente, cómo nos hacen sentir... El agradecimiento a Federico y Gastón Almada, que son los que me fueron a buscar a Córdoba e hicieron el esfuerzo económico para traerme con mis cinco ayudantes", se emocionó el estratega.
"Estamos muy ilusionados, con la humildad de siempre, pero el mundo San Miguel es atrapante, es distinto a cualquier otro club lo que se respira acá por la pasión, la humildad de la gente, el agradecimiento constante hacia mí...", llenó de elogios a la institución bonaerense a la que pertenece. Con respecto al amor que ya le de mostraron de entrada, el entrevistado se sorprendió porque "ya el primer partido fueron con peluches de sapos" y sentenció: "Hubo una ilusión con la llegada mía... Y gracias a Dios se la estamos devolviendo. Siempre digo que la República de San Miguel es única".
Por último, la persona que maneja las redes sociales de Coleoni, Alejandra, agregó una nueva faceta del cordobés. En el diálogo con El Destape, reveló que el DT "tuvo una etapa de capacitación, de cursos a la distancia (llamado Fútbol Real), rindió con una persona que era el coordinador del cuerpo técnico cuando estaban en Central Córdoba y daban cursos en determinados momentos del año". "Hoy venden esos cursos (al Interior y a otros países de América) y capacitan sobre fútbol. Habla y es analista de los equipos de Córdoba: Talleres, Instituto y Belgrano", especificó. Y concluyó: "Todos los lunes analiza cada fecha a las 22 horas en el Canal Córdoba Showsports, en el programa Línea de 4. Cuando puede, va a Córdoba para los programas de los lunes a la noche y regresa rápido para estar en los entrenamientos los martes por la mañana". Una historia espectacular y emotiva de un personaje único del fútbol argentino.