Independiente sumó un capítulo más a la crisis institucional que está atravesando. La renuncia de este martes de Fabián Doman como presidente, no hace más que exponer y exacerbar las diversas problemáticas -institucionales, económicas y deportivas- que vive el club desde hace tiempo y que parecen no tener freno. El futuro cercano, con el timón en poder de dirigentes del PRO, es aún más incierto y hasta la figura de un gerenciamiento empieza a asomar en Avellaneda.
Doman, el presidente más votado de la historia de Independiente con 11.492 sufragios, anunció su salida a través de redes sociales y comentó las supuestas razones por las que habría tomado la decisión. En su comunicado, algunas de las causas que reconoce como un problema en sus incipientes seis meses al frente de la presidencia son "compromisos económicos que no aparecieron" ni "un proyecto económico-financiero acorde al club".
Una de las promesas de campaña del trinomio Doman-Néstor Grindetti-Juan Marconi era solucionar el profundo agujero generado por Hugo Moyano y su dirigencia, quien luego de ocho años dejó al club cerca de la quiebra. Entre las posibilidades que habían encontrado Doman y compañía para recibir dinero fresco se encuentra el grupo denominado de manera irónica "Champagne", un conjunto de empresarios que habían estado durante la primera etapa de Moyano al frente del club, pero que luego, tras tener conflictos de intereses con Moyano, se alejaron.
Con los nuevos aires que se desplegaron con la llegada de la flamante dirigencia, arribaron los viejos también. Daniel Seoane, Ricardo Cirielli y Jorge "Puma" Damiani", integrantes del grupo "Champagne" retornaron a Independiente gracias a la relación con Cristian Ritondo, miembro de la comisión directiva, y diputado nacional l y presidente del interbloque del PRO en Diputados.
"No ganó el PRO, ganó una lista que se presentó a una elección con dos integrantes que están porque son hinchas fanáticos de Independiente", había declarado Doman los primeros días de octubre de 2022, luego de proclamarse presidente. Una de las dirigentas que tuvo mayor injerencia en el armado de la lista que venció fue Patricia Bullrich, quien en el momento de la victoria de Doman -entre otras cosas- había festejado asegurando que ahora llegarían "nuevas inversiones". Ella, vale decir, ahora es precandidata a las próximas elecciones presidenciales por el mismo partido que decidió desbancar a Moyano de Avellaneda tras sus disputas personales.
En la línea sucesoria, luego de la salida de Doman, aparece Grindetti, que quedó como presidente de forma provisoria, al menos hasta que se realice una Asamblea Extraordinaria -en los próximos 90 días- y se determinen los pasos a seguir. Más allá de eso, la caja de resonancia y el trampolín a la política que significan los clubes no son una novedad. Si bien Grindetti y Ritondo ya tenían sus plazas aseguradas en la actividad desde hace algunos años, Independiente fue la oportunidad perfecta para tener otra plataforma de lanzamiento, aún más con las elecciones a la vuelta de la esquina, y ya explotada por el jefe del partido en Boca Juniors en 1995.
El propio Macri había advertido en 2022 una de sus obsesiones principales, la privatización del fútbol: "No aceptamos la modernización del mundo, donde hay empresas administrando clubes, con estrategia y hasta inteligencia artificial". Recordado es el mal trago que se llevó el ex jefe porteño cuando, durante su época de presidente de Boca, creyó haber convencido a Julio Grondona de los fondos privados en el fútbol pero el Comité Ejecutivo votó en contra de la moción. Ahora, con Independiente cooptado por el macrismo duro, la posibilidad de impulsar la privatización desde allí, empieza a sonar otra vez.
En los 30 torneos que pasaron desde la consagración de la mano de Américo Rubén "Tolo" Gallego en 2002, Independiente nunca terminó ni siquiera entre los tres primeros. Apenas acarició un cuarto puesto y en las copas nacionales su suerte fue similar, y el título de Ariel Holan con la Copa Sudamericana en 2017 resultó ser un oasis que generó esperanza por la mística lograda. Parte de este deficiente andar en las dos últimas décadas fue utilizado por la dirigencia con el mensaje de devolverle gloria al club. Tras seis meses de desempeño dirigencial, el espeso apoyo con el que contaron en las elecciones empezó a mermar para Grindetti y Ritondo, sin embargo los hinchas y socios deberán estar más atentos que nunca a las jugadas de privatización que son un factor común en el PRO.