La final de la Liga Correntina entre Mandiyú y Ferroviario en cancha de Huracán Corrientes terminó en escándalo por una batalla campal entre jugadores a tres minutos del final del partido. La pelea tuvo de todo: piñas, patadas voladoras, proyectiles lanzados desde el público e invasión de cancha de algunos hinchas para interceder en la contienda.
Mandiyú ganaba el partido 1-0 desde los 14 minutos del primer tiempo por un gol de Ariel Blanco y tenía un jugador menos cuando ocurrió la jugada que originó el posterior hecho lamentable. Sobre el cierre del encuentro los jugadores de Ferroviario rodearon al árbitro Víctor Vallejos para reclamarle por un supuesto penal no cobrado. El entrenador del "Tren Verde" Osvaldo Chávez ingresó a la cancha y hasta el arquero cruzó toda la cancha para sumarse a las protestas.
El clima se terminó de calentar cuando sus rivales de Mandiyú se metieron en la discusión y ahí comenzaron los golpes entre futbolistas en distintas partes del campo de juego. Las mayores peleas se dieron cerca del alambrado donde estaba la gente de Ferroviario que filmó la escena de cerca. Las imágenes tomadas desde los teléfonos celulares de los hinchas se viralizaron rápidamente por redes sociales.
En los distintos videos se aprecia como mientras la voz del estadio trataba de calmar las aguas pidiendo "por favor, muchachos, por favor", desde las tribunas bajaban gritos como "metele, metele", que incitaban a sus jugadores a seguir con la pelea.
El encuentro fue suspendido por el árbitro que consideró que no había garantías para continuar. El campeón del Torneo Oficial quedó vacante, a la espera de lo que resuelva el Tribunal de Justicia de la Liga Correntina de Fútbol. Además se deberá analizar lo ocurrido para establecer las sanciones a los jugadores que estuvieron involucrados en estos graves incidentes.
Desde la cuenta de Twitter de Mandiyú pidieron que los reconozcan como campeones y apuntaron hacia los jugadores de Ferroviario como los culpables de iniciar la pelea para manchar el título de su rival.