La victoria de Rosario central 1-0 sobre Newells Old Boys no fue un partido más para Pablo Pérez. El volante, que volvía a estar entre los 11 titulares después de varias fechas ausente por lesión, tuvo mucho protagonismo la tarde de este jueves en el "Gigante de Arroyito": en los primeros minutos de la etapa inicial, cuando el clásico rosarino era entretenido y se encontraba 0-0, dilapidó una oportunidad insólita frente al arco para poner a su equipo en ventaja en el marcador.
La jugada comenzó en los pies del talentoso Juan Sforza en mitad de cancha. El volante interior abrió la pelota hacia a la izquierda y habilitó a Ramiro Sordo que, como viene ocurriendo desde el inicio de la Liga Profesional, sacó a relucir su velocidad y dejó pintado a su marcador, Cristian Baéz. El delantero se metió en el área, avanzó hasta la línea de fondo y mandó un centro atrás quirúrgico para Juan Manuel García. El 9 y todos los defensores del "Canalla" pasaron de largo y el balón quedó en los pies del exjugador de Boca, que controló y casi dentro del área pequeña sacó un tremendo disparo que impactó en el palo izquierdo. Tanto el arquero Gaspar Servio como los tres defensores del equipo visitante estaban casi dentro del arco, con pocas chances de salvar la jugada que parecía terminar en un gol inevitable.
Cuando el balón impactó en el palo, el estadio se enmudeció durante un instante ante la clarísima chance que perdió Newells para empezar ganando. Hasta ese momento, la "Lepra" venía siendo superior a través del dominio de la pelota y creando situaciones de gol que no se reflejaron en el tanteador por la ineficacia de sus jugadores. "Juanchón" García también tuvo una situación nítida para el equipo de Javier Sanguinetti y tampoco pudo con Servio.
Pero no solo en esa acción se hizo sentir la presencia de Pérez. Minutos después de haber errado esa chance, el exmediocampista de Unión de Santa Fe se redimió y salvó lo que pudo haber sido el primero del "Canalla". Lautaro Blancó comandó el ataque por el sector izquierdo, mandó el centro y, tras dos fallas de defonser del visitante, la pelota derivó en Gino Infantino que estaba solo casi en el área chica. El zurdo controló la pelota y, al momento de rematar, apareció de manera brillante Pérez para salvar a su equipo, cuando también el arquero "leproso", Franco Herrera", ya parecía vencido.