Deportivo Paraguayo, el club que nació con los exiliados de la dictadura de Alfredo Stroessner

A mediados del siglo pasado, el comienzo de la dictadura de Alfredo Stroessner llevó a que miles de paraguayos abandonaran el país. En Argentina, muchos de ellos se organizaron en un club que hoy es referencia para la comunidad.

31 de enero, 2021 | 00.05

En medio de una temporada azotada por la pandemia del COVID-19 los diferentes equipos de ascenso trataron de sobrevivir. Con dificultades, pero con el ímpetu de ser algo más que clubes de fútbol las instituciones igualmente lucharon para conseguir objetivos deportivos. Uno de ellos fue Deportivo Paraguayo quien luchó por salir de la última categoría del fútbol argentino. Con una historia de superación, las raíces de este equipo nacen en la lucha de sus fundadores quienes tuvieron que exiliarse de su país por la dictadura de Alfredo Stroessner y, en Argentina, forjaron una institución con una identidad clara. 

Los fundadores y los primeros socios del club Guaraní llegaron al país luego de huir de la persecución impuesto por el dictador. El militar llegó al poder a través de un golpe de Estado en 1954 y estuvo casi 35 años al frente de Paraguay. Su mandato incluyó: asesinatos, torturas, escuadrones de la muerte y persecuciones a todos aquellos que pensaban distinto. Argentina se convirtió en uno de los principales puntos de recepción de los exiliados por el autoritarismo. En la década de 1960, el flujo de paraguayos en el país se acentuó justamente por la presencia del stroessnerismo.

“Somos hijos de la Casa Paraguaya en el país”, recordó Antonio Gaetti a El Destape. Es uno de los dirigentes más antiguos del Club. Su papá tuvo que exiliarse en Argentina después de que la dictadura de Stroessner lo persiga, él se quedó en su pueblo y fue el último de la familia en llegar a Buenos Aires. “Era el más chico y no me podía venir tan fácil”, sostuvo y agregó: “Llegué a los 14 años, mi papá vivía en la clandestinidad allá y era insostenible. No podíamos quedarnos más tiempo. A mi me gustaba jugar al fútbol, yo creo que fue un desgarro eso y por eso me aferré tanto a este club”.

Deportivo Paraguayo tuvo sus inicios en la recepción de la llegada de compatriotas. Al principio, los exiliados eran personas con una marcada tendencia de izquierda, socialista o comunista. Sin embargo, con el correr de los años el club se abrió para la comunidad. “Apenas arrancamos si, había algo de eso, pero después se abrió porque todos entendimos que lo importante era el club más allá de la ideología. Si hasta Stroessner también persiguió a 'los colorados'”. El “Colorado” es el partido político orientado en la derecha paraguaya y sigue manteniendo su conservadurismo. Ahora, justamente, se mantiene en el poder a través de Mario Abdo Benítez quien sucede a otro empresario Horacio Cartes. En ambos casos, el corte neoliberal se mantiene.

El fútbol fue un lugar de reunión y a través de la pelota buscaron convertirse en referentes. Con pocos años de gloria, a lo largo de su historia, Deportivo Paraguayo siempre se mantuvo entre la Primera C y la Primera D del fútbol argentino. Sin embargo, cuenta con detalle llamativo. En su equipo jugó el reconocido delantero panameño Julio César Dely Valdés que, tras un año en el club, se fue a Nacional de Uruguay y, desde allí, a triunfar en el fútbol europeo.

Con el paso del tiempo, Deportivo Paraguayo encontró una mayor diversidad en la forma de pensar. No obstante, tiene como principal referencia la importancia del club en el ámbito social y la función que debe tener en el barrio. La institución se transformó en una de las más importantes de la colectividad y genera ciclos culturales, de lectura, bailes, actividades y se convirtió en referencia para todos los paraguayos que viven en el país. Incluso la apertura a nivel cultural llevó a que, por ejemplo, el escritor Augusto Roa Bastos -reconocido “Colorado”- se haya acercado a fines de los 80 y principios de los 90 a promover parte de la cultura paraguaya. Con su sede social en Constitución, la entidad logró comprar un predio en La Matanza, zona en la que buscan desarrollarse: “Queremos ser referencia, estar ahí para nosotros es importante. Tenemos que ser referencia en el barrio también más allá de las nacionalidades”. Para ello, en plena pandemia, junto al Ejército Argentino, se convirtió en uno de las principales lugares de referencia para la entrega de viandas en el barrio Villa Scasso en González Catán.

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