Club Agropecuario, el rival de Boca: un equipo "sojero" del fútbol argentino que se creó por un sueño personal

El presidente es Bernardo Grocopatel, primo del "Rey de la soja", Gustavo. Si bien el apodo quedó marcado a fuego, su mandatario lo odia. La historia detrás de un club de pueblo.

08 de junio, 2022 | 08.30

Es uno de los equipos de Argentina que tiene el nombre más llamativo. De camisetas verdes y rojas, Agropecuario es uno de los 37 equipos de la Primera Nacional y, esta vez, en la Copa Argentina tiene uno de los partidos más importantes de su historia: frente a Boca. Más allá de jugar con un equipo grande, el encuentro representa, además, aparece luego de que se cumpla el sueño de Bernardo Grobocopatel. El ideólogo, fundador y presidente, del sojero. Fanático de la "Academia" levantó un club en medio de Carlos Casares que se rodeó de mitos por su origen y que frente al club de Avellaneda cumplirá su sueño. 

El apellido impacta. Bernardo es el primo de Gustavo Grobocopatel, el famoso "Rey de la soja", pero que nunca se metió en el club. La iniciativa fue solo de Bernardo que tiene una fuerte conexión con la institución. "La verdad que le digan sojero no me gusta mucho. Preferiría casarense o triguero que es lo que más tiene que ver conmigo", dijo Bernardo a Diario Popular cerca del 2016. Bernardo produce trigo y maíz, pero el imaginario popular ya le puso el apodo a Agropecuario: el sojero. 

En un fútbol que cada vez es más competitivo, el club que solo tiene diez años de vida ya llegó a la segunda división del fútbol argentino. Subió cinco categorías en tan solo seis años (hasta 2016). Jugó: la liga regional, los federales y la B Nacional. Allí tuvo un freno, pero la ilusión se mantiene. Surgido de la Liga de Casarense, Agropecuario sacó la cabeza con respecto al resto de los clubes históricos: Deportivo Casares, Atlético Casares, Argentina 78, Boca de Carlos Casares y Smith, entre otros.

Los proyectos de los clubes de barrio, de pueblo históricos se quedaron atrás de la idea cargada de un impulso económico, que arrancó Grobocopatel. Los enojos y los recelos, por supuesto, en el pueblo se mantienen. Pueblo chico, infierno grande dicen. La principal crítica pasa por los inicios. La búsqueda de una cancha, un estadio y, sobre todo, de un lugar para jugar. Después de haber jugado en la Liga Casarense, Grobocopatel le compró la plaza a Boca de Carlos Casares para poder jugar el torneo interior. Sin ganar ningún título "regional", Agro ya disputaba -en 2013- el torneo del Interior. 

En la mayoría de los clubes del fútbol argentino, las decisiones se toman en comisión directiva. Sin embargo, las cosas parecen manejarse de otra forma en Agro. Desde que se enteró que Racing iba a ser el rival de Agropecuario en la Copa Argentina, Grobocopatel lanzó propuestas por su cuenta: ofreció la localía. No importaba si el encuentro se desarrollaba en el Cilindro de Avellaneda, el quería cumplir un sueño. Como no se pudo, Agropecuario salió a la cancha frente a la Academia alentando por su rival. "Gracias papá por hacerme de Racing", fue la camiseta. Ahora le toca Boca