Una vez más, el neerlandés Max Verstappen consiguió un triunfo importante en la Fórmula 1 tras imponerse con mucha diferencia en el Gran Premio de Austria. La victoria del equipo Red Bull, además, mostró la gran diferencia con otros que estén de escándalo en escándalo. Esta vez fue Mercedes que tiene un problema enorme con sus autos.
El bicampeón titular y líder de la temporada partió desde la pole position y cruzó la meta al frente del pelotón, escoltado por el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y su compañero de escudería, el mexicano Sergio "Checo" Pérez.
En su propia casa, Red Bull recuperó los laurales que el año pasado le quitó Ferrari con el éxito de Leclerc e hilvanó el décimo triunfo consecutivo en la categoría reina, sumadas las nueve carreras de este año y la última de la temporada pasada. Verstappen demostró durante todo el fin de semana que no tiene rivales en la actualidad.
De esta forma, Verstappen se constituyó en el piloto más ganador de la historia de la carrera austríaca tras separarse del francés Alain Prost, coronado en tres oportunidades. Con esta victoria Verstappen está primero en el Mundial con 229 unidades, seguido de Checo Pérez, que tiene 148 y, tercero, Fernando Alonso.
El escándalo en Mercedes
En medio de la carrera, Lewis Hamilton mostró su desconformidad con el auto que le entregó Mercedes y se quejó por radio. Allí Toto Wolff lanzó: "Lewis, sabemos que el auto ahora es muy malo, pero, por favor, conduce”.
Por otro lado, después de terminar la carrera Hamilton indicó: “Todo el auto es el problema. Estuvimos complicados en todas las curvas. Ese es el mayor problema" y luego cerró: "No tengo idea dónde vamos a estar el próximo fin de semana. El evento es increíble, espero que de alguna manera seamos competitivos”.