La Fórmula 1 reúne a los mejores pilotos del mundo, eso no hay duda. En la mayoría de los casos, los chicos que sueñan con el deporte motor tienen como principal deseo llegar a la máxima categoría de los monoplaza, pero en muchos casos suelen posicionarse solo desde la capacidad para manejar y dejan de lado la mecánico de los autos. Sin embargo, hay algunos que todavía mantienen el amor por la mecánico, como Luciano Martínez, quien desde la Fórmula 4, se tira al piso como si fuese un mecánico más.
Luciano tiene solo 20 años y ya debutó en la Fórmula 4. A lo largo de su trayectoria, ya compitió en varias categorías como, por ejemplo, en el Kart, lugar que lo tiene desde los 12 años. Incluso, en 2018 consiguió un subcampeonato que le permitió dar un salto a los autos "Fórmula". El avance sostenido, en un momento, se frenó por culpa de la pandemia y estuvo a un paso de quedarse sin sueño. Sin embargo, llegó una posibilidad que le volvió a abrir las puertas en la Fórmula 4 Argentina y, ahora, busca seguir su carrera para representar al país en la F4 de Estados Unidos. Esta búsqueda es de un proyecto que no lo tiene a él solo y que tiene un objetivo de llegar a la máxima competencia. "Con el equipo estamos interesados en llegar a competir, más adelante en alguna fórmula regional europea", sostuvo Luciano a El Destape.
El trabajo no es de ahora y este trabajo lleva muchos años, directamente de él. "Yo estuve desde 2019 trabajando junto a la gente de Fórmula 4. Arranqué con ganas porque era una cuestión de pasión, solo quería ver salir la categoría adelante, me gustaba. Estuve en el armado, traté de ayudar a poner a punto los autos y en todas las pruebas de la F4". De hecho, ese amor por tirarse abajo del auto y acompañando al trabajo de los mecánicos también le abrió puertas y le sumó a sus aptitudes como piloto. Una de las razones por la cual pudo representar, en las primeras carreras a Argentina en la F4 de Estados Unidos fue, justamente, porque en el trato también aparece el trabajo de él como mecánico. En este punto, una aptitud distinta y que se suma para los pilotes es que se tiren al piso, que se engrasen y que les interese el funcionamiento de un auto. "No te ayuda tanto al manejo del auto, pero te da un entendimiento distinto de las cosas. Te permite comunicarte mejor con el equipo. No es tanto para la carrera, pero te da idea para comunicarte mejor, yo lo hago por que me gusta. Pero sì, puede ser que te de un plus porque tenés idea de la herramiennta".
En medio de todas sus búsquedas, la cabeza y el entrenamiento de Luciano Martínez también pasa por haberse focalizado en el mundo del automovilismo. En 2015 dejó a un costado su pasión por la arquería - o tiro con arco- y comenzó a tener intriga por los autos. Un día, en una escuelita de karting, entró se subió a una de esas monoplazas y no se bajó más.
La adrenalina de salir a manejar y de, por supuesto, llegar lo más lejos posible en su carrera también va de la mano de lo mucho que le gustó la tecnología. "Yo estuve estudiando ingeniería mecánica hasta que inicié con este proyecto de Estados Unidos y ahora por una cuestión de disponibilidad horaria, no me anoté este cuatrimestre en la carrera pero tengo la intención de seguirla", suelta entusiasmado Luciano.
Con pocos días para estudiar, pero con ganas de seguir, lo cierto es que haber estudiado en una secundaria que le permita haber entrado directamente a la carrera de Ingenieria Mecánica en la Universidad de Lomas de Zamora. Lo cierto, por otro lado, es que este deseo es a pulmón. De él y de su familia que está apostando a una posible carrera en el automovilismo y que, por otro lado, tiene -en estos escalones- poca retribución económica a comparación de la inversión. Mil dolares, como mucho, puede ser el premio económico por ganar una carrera de la Fórmula 4 en Estados Unidos. Pero, aun así, es el paso siguiente que hay que arrollar. "Estamos haciendo un tiro con respecto a la competencia internacional, es para lo que tenemos plata", cuenta. Luciano, que tiene 20 años, tiene clarísimo que está contando una de las pocas posibilidades que le quedan para llegar a cumplir su sueño. Con esa tranquilidad que se maneja en la charla, después traslada los nervios de acero a los autos. "Espero conseguir el apoyo necesario antes de tener que seguir vendiendo cosas", cerró. Porque de eso se trata, la plata no aparece sola. Vender, en muchos casos, para invertir por una posibilidad en el deporte.
Las preparaciones son largas y exhaustivas, después de las primeras fechas del año donde pudo mostrar su valía pasando varios autos tras la largada, lo cierto es que logró conseguie un simulador. "Apenas llegué a Argentina me di cuenta que necesitaba uno. Ahora hago dos o tres horas por día", la preparación y el roce que tuvo en las primeras carreras lo llevaron a dar un salto. También con una preparación dentro de un centro de alto rendimiento para mejorar reflejos y resistencia.
La búsqueda de un sueño que, para muchos, aparece solo cuando un piloto se sube al auto tiene un largo camino detrás. Tirarse abajo, agarrae una llave y fantasear con arreglar un motor, también es parte del avance. Luciano, en todo esto, ya tiene un paso adelante.