Mientras se prepara para comenzar con la entrevista, Victoria Crivelli está alerta a lo que sucede en su casa. Si bien su cabeza está puesta en las preguntas que le harán para El Destape, su mirada apunta al televisor. Juega Ferro Carril Oeste, el club de sus amores. ¿Va a alentar al equipo de handball? En esta oportunidad, no. Se trata del plantel de fútbol dirigido por Jorge Cordon, quien debuta en la primera fecha del Campeonato de la Primera B Nacional ante Temperley. Luego de una pausa, la "Maga" se prepara para contar en detalle cómo hace para ejercer tantos roles a la vez y para afrontar los momentos en los que percibe desigualdad de género dentro del deporte de alto rendimiento: "Hay que ser responsables y alzar la voz. Hay mucho por modificar, pero estamos en vías de eso".
Crivelli es un apellido muy popular en el club del barrio de Caballito, donde existen decenas de deportes y actividades para todos los gustos y edades. Su fama se la ganó con una pelota de handball, aunque en la infancia se inclinó más por el básquet. Con movimientos veloces, regates audaces, goles importantes y títulos, su reconocimiento trascendió y se le abrieron las puertas de la Selección Argentina de Handball. Allí, alcanzó varios títulos.
Hasta el momento, en Ferro, Victoria obtuvo el Torneo Apertura 2013, Apertura 2014, Apertura 2015, Nacional de Clubes 2015, Clausura 2015 y el Apertura 2016. En tanto, con la Albiceleste consiguió la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de 2015, medalla de bronce en el Campeonato Panamericano 2015, medalla de plata en el Campeonato Panamericano 2017, medalla de plata en el Campeonato Panamericano 2018 y la medalla de plata en los Juegos Panamericanos 2019.
Como si fuera poco, con 30 años y mucho resto de energía para seguir afrontando nuevos desafíos, Victoria Crivelli vive prácticamente en Ferro porque también trabaja como Coordinadora de Marketing. Pese a que practica en un nivel de alto rendimiento, se entrena en diversos turnos y compite en torneos internacionales con la Selección Argentina de Handball, debe tener otro trabajo para poder mantenerse. Es que el handball nacional no es profesional. Y resalta: "Ni siquiera hay un incentivo. Yo pago mi cuota social. Además, pago mi arancel por jugar al handball. En Ferro, si jugás en la máxima categoría y representás al club, tenés bonificado el arancel de la actividad".
La "Maga", tal y como se la conoce dentro del mundo del handball, le muestra a El Destape su costado más íntimo y relato en detalle cómo aborda los compromisos que tiene y los sacrificios que hace para entrenar, competir y trabajar. Fiel a su manera de jugar, no se esconde. Vicki también asume el compromiso que hoy miles de mujeres tienen para hacerle frente a la sociedad machista: "Hay que aprovechar la visibilidad que tenemos las deportistas para ganar nuestros espacios y ser responsables con eso".
- Sos una persona muy reconocida, una referente de Ferro y de la Selección Argentina de Handball, ¿cómo te definirías como deportista y también en el ámbito personal?
"Como deportista, algo que tengo es que soy muy comprometida en mi vida en general. Eso me define bastante. Eso, en casi todos los planos de mi vida. En el deporte, también creo que me ata y me sigue atando el tema de la pasión. Esa cosa que nunca sé cómo definir cuando entro a jugar. Con mi familia y mis amigos soy de disfrutar mucho los momentos. Los amigos son algo clave y una de las cosas más importantes y más lindas que tiene la vida también. Soy de generar espacios para tener una compañía".
- En lo familiar, y sobre todo con tu hermano Manuel Crivelli, siempre se mostraron muy unidos. Comparten también la pasión por el handball.
"Compartir la pasión por el handball y la pasión por Ferro hace que seamos muy unidos y que compartamos muchas cosas. Mi hermano, hace unos años, vive afuera, pero vive pendiente de todo lo que pasa en el club. Así que pudimos sostener eso. Los cuatro disfrutamos mucho de estar en el club y de todo lo que es Ferro.
- En síntesis, tu vida gira en torno a lo que es el deporte y el handball.
"Así es. De chica decía que no iba a estudiar el profesorado de educación física. Estudié publicidad y terminé ligada al deporte igual. No es casualidad que por algo se termine dando todo así. Estoy todo el día con lo deportivo".
- ¿Cómo nació el amor por Ferro y por qué elegiste el handball como deportes?
"El cariño por el club nace por hacer toda la vida en Ferro, ir construyéndome como persona. Desde chiquita iba a la colonia. Aprendí a nadar en Ferro. Me encontré con el handball, el deporte que probé y me quedé. Antes probé otros deportes también como el básquet, natación... Creo que lo que te termina atando a Ferro, como lugar al que le tengo mucho amor, es la gente que voy conociendo. Hoy, mi grupo de amigas más fuerte, son las que conocí a los 8 años. Conocí a mi novio en Ferro también. Ferro es una experiencia que vas construyendo a lo largo de tu vida y también la gente que vas conociendo".
- Teniendo en cuenta que también estudiaste, ¿cómo tomaste el hecho de tener que dejar de lado un montón de compromisos a una temprana edad para poder dedicarle tanto tiempo al handball?
"Todo eso que preguntás es tal cual. La vida del deportista amateur es muy sacrificada, en todo sentido. Un poco más que el deportista profesional. Los jugadores y las jugadoras de handball intentamos ser profesionales en una estructura que es completamente amateur. Me pasó de haber tenido mi primera experiencia en una selección de categorías formativas, a los 14 años, plena etapa escolar. Por suerte, siempre se me bancó. Siempre tuve la compañía y el apoyo de mis viejos, que es clave. No dejé de tener responsabilidades adultas a una edad adolescente. Ese es el sacrificio que hacemos los deportistas de alto rendimiento para lograr cosas. Con el tiempo, lo vas valorando más y vas entendiendo que lo que hiciste tenía sentido. De chica lo hacía por inercia y porque me gustaba, la pasaba bien. Del lado de mis viejos pude elegir si quería o no seguir haciéndolo. Hoy no me arrepiento de nada de lo que me perdí. Me perdí salidas, cumpleaños y otros eventos importantes, pero gané muchísimo más de las que perdí. De eso no hay dudas".
- ¿El colegio te comprendía con las giras que tenías que hacer? ¿Había una comprensión por parte de las autoridades cada vez que tenías un compromiso con el handball?
"Fui al colegio Julio Cortázar. En el colegio me bancaron un montón. No sólo por el tema de las faltas. Hay una ley que avala las licencias a los deportistas que tienen que representar al país. Siendo chica era una presión tener que ir al CeNARD, tener que viajar... El colegio, por suerte, me dio apoyo en todo sentido. Eso fue importantísimo. Por otro lado, siempre fui muy aplicada y yo misma me ayudaba. No tenía problemas. Cuando llegó el momento de ir a la facultad, ahí sí tuve que ir cambiando sobre la marcha por lo que quería hacer. Era otra historia. Me anoté para estudiar Comunicación Social en la UBA y se me hizo difícil. Me fui a estudiar publicidad, que era lo que más me gustaba. Siempre tuve presente el hecho de querer terminar la carrera, siendo consciente de que había años que tenía viajes. Una cosa llevó a la otra, me invitaron a trabajar en Ferro. Mi ingreso, al principio, fue trabajar un poquito relacionado al marketing, otro poco a las relaciones públicas y otro poquito de otras cosas. Tuve la suerte de trabajar con muchos sectores del club como el departamento de socios, la oficina de deportes, el equipo de prensa... Todo eso me abrió un montón y ahora el club apostó por profesionalizar el área de marketing al 100%. Me siento muy enfocada haciendo esto, y encima para Ferro. Me pone muy contenta".
- ¿Cómo hacés para ejercer tantos roles? Jugás al handball en Ferro, en la Selección Argentina y también estás trabajando en el área de marketing del club.
"En cada lugar que me tocó trabajar, lo tomé como un aprendizaje total. Conozco mucho el club, pero me faltaban conocer un montón de cosas. Organizar mi vida, dependiendo del rol que me toca, lo vengo haciendo hace varios años. Me levanto para entrenar, trabajo toda la tarde y después vuelvo a entrenar. El cuerpo se acostumbra a las exigencias. Me gusta lo que hago, así que le puedo poner pilas".
- Hoy estás ejerciendo dos roles en Ferro, quizás en el futuro estés en otra parte o en otro sector.
"Sí, a ver... Todo lo que te toca en la vida es aprendizaje. No sé dónde estaré mañana, pero estoy aprendiendo muchísimo. La incorporación del gerente de marketing del club, que es Diego Silber, trae mucha experiencia. Estoy aprendiendo muchísimo. Creo que es dar todo lo que uno pueda y llevarte también de cara al futuro".
- Hay varios equipos del exterior que te han intentado seducir para llevarte. ¿Por qué elegiste quedarte en Ferro?
"Creo que fue un conjunto de cosas. En cada momento fueron surgiendo diferentes cosas. De muy chica, no había terminando el secundario, y mis viejos me dijeron que primero tenían que terminarlo. Lo cual me parece bárbaro. Después, algunos miedos, el querer ganar cosas con Ferro, quedarme para ganar títulos. Después, estar en pareja y encarar una convivencia, querer terminar la carrera. Quizás suene como una excusa. No hice la experiencia de jugar en el exterior, que se sabe que es muy buena. Nunca digo que ya está. Siempre siguen llegando posibilidades, pero hoy estoy enfocada en esto, en los años que me queden como jugadora en Ferro y en la Selección Argentina. Ahora estoy más enfocada en esto. En su momento, fueron varias las cuestiones. El arraigo al club y a la familia también".
- Tenés un pantallazo de lo que es jugar en el exterior por las giras que te han tocado hacer. Tu hermano Manu Crivelli, ¿te ha comentado si son tan grandes o no las diferencias entre el handball argentino y el europeo?
"Sí. Yo tengo la posibilidad de ver esas diferencias cuando me toca ir a jugar un Mundial o un Preolímpico. En el día a día de lo que es una liga profesional, según mis compañeras de Selección o mi hermano, cuentan que se dedican solamente al handball. No existe ir a entrenar y después trabajar. Están 100% dedicados al handball. A mis compañeras más chicas les digo que no lo duden ni un segundo. Es algo único y te permite potenciarte como deportista mucho más rápido. Te permite descansar y alimentarte mejor. Las jugadoras de handball de Argentina tienen otra formación y otra realidad. Yo ahora tengo que pelear por un lugar en la Selección con una compañera que juega en Europa. Tengo que buscar la forma de estar a la altura. Pero bueno, eso también es una motivación".
- ¿Qué creés que le falta al handball argentino con respecto al de Europa?
"Es una serie de cuestiones que tiene que ver con muchas cosas. El handball argentino creció. Esto de que se televise normalmente con uno o dos partidos por semana, es un paso enorme. Hay otros deportes que no lo consiguen. El handball lo logró acá. Se sostiene porque tiene bastante audiencia. Acá es todo amateur. Acá, los jugadores pagamos por jugar al handball en nuestro clubes. Que se logre una liga nacional sería ideal. Pero para eso, se necesita un movimiento de dinero que hoy el deporte no tiene. Creo que el crecimiento pasa por las intenciones que tenemos los jugadores, las jugadoras y los entrenadores de querer ser profesionales, mientras somos amateur. Todos los clubes aumentaron los días de entrenamientos. Un club de la Liga de Honor entrena cuatro veces por semana. Los jugadores terminan de trabajar a las 6 de la tarde y a las 8 van a entrenar hasta las 11 de la noche. Es mucho tiempo, es muy tarde. No quiero decir que vivís para eso, pero se le dedica mucho tiempo. Los sábados o domingos son de partidos, los jugadores y los clubes intentan dar esos pasos, pero todavía estamos lejos de eso. Ferro, hasta hace cuatro años, jugaba en playones. Ahora jugamos en canchas espectaculares, pero no todos los clubes pudieron acompañar ese crecimiento. Hay varias cuestiones que a mí me hace pensar que nos falta para dar ese salto. Vamos dando pasitos porque empujamos".
- ¿Cómo se vienen preparando para el Preolímpico del 2021 en España? Hay sólo dos plazas para poder clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
"El Preolímpico es en marzo del 2021. Del 7 al 11 de diciembre vamos a hacer una concentración. Las jugadoras locales de la Selección de Handball ya estamos entrenando desde el 1° de septiembre. Ahora se viene una Fecha IHF, que sería como una Fecha FIFA en el fútbol. Con las jugadoras que militan en equipos europeos nos vamos a reencontrar después de un año. La última vez que estuvimos juntas fue en el Mundial de Japón, en noviembre de 2019. Va a ser una etapa distinta, ellas van a venir de competir. Nosotras, las del handball local, venimos entrenando hace tres meses, pero todavía estamos recuperando el roce. Hace no mucho hacemos contacto en los entrenamientos. Está buenísimo que nos volvamos a juntar, falta muy poquito para el Preolímpico. Creo que este encuentro va a ser clave, vamos a entrenar una semana entera doble turno. Después, entrenaremos dos semanas más, y en enero también. Vamos a ver en qué situación estamos acá. Al formar parte de una estructura amateur, no contamos con hisopado ni nada. Yo voy a entrenar al CeNARD y después voy a trabajar al club. Soy muy cuidadosa, las jugadoras y los integrantes del cuerpo técnico estamos en la misma. Intentamos cuidarnos mucho y lo hablamos. Nunca sabemos si alguien se puede contagiar y ahí tenemos que parar por 15 días".
- ¿El CeNARD tiene detalles por mejorar? ¿Cómo son sus condiciones y precisamente el sector del handball?
"Creo que estamos bien. Se ha crecido a nivel selección. El CeNARD está en buenas condiciones. Siempre se puede estar mejor. Es un lugar que cumple y es muy prolijo para los deportistas que vamos a entrenar ahí. Los protocolos están bastante cuidados. El gimnasio de musculación se usa de a un equipo por vez y después se desinfecta todo. Siempre hay cosas por mejorar, pero nosotras disfrutamos mucho".
- A lo largo de tu carrera en el handball, ¿tuviste a alguien como referente que te haya marcado?
"Yo creo que como referente he ido tomando a cada entrenador que tuve. Ellos fueron mis referentes en cuanto al aprendizaje. Después, tengo jugadoras y jugadores que me encanta y me gusta ver jugar. Yo nunca quise ser tal o cual jugador. El desafío del deportista es ser 'Vicky', la mejor 'Vicky' que pueda ser. Por contexto, yo no puedo ser la central de Noruega. Yo quiero ser la mejor 'Vicky' que pueda. Obviamente, viendo y disfrutando jugadores y jugadoras alrededor del mundo. En mis comienzos, miraba mucho a las jugadoras de Ferro. Después, cuando pude jugar mundiales, me gustaba la central de Noruega, a mi parecer, la mejor selección femenina. Da gusto verla jugar. El Chino Simonet, de la Selección Argentina masculina, es el jugador que más me divierte y gusta ver jugar. Está bueno además porque es argentino".
- La muerte de Diego Maradona revolucionó al mundo del deporte. ¿Para vos significó algo como deportista? ¿Qué reflexión harías sobre él?
"Si dijera que lo seguí como deportista, estaría mintiendo y me estaría subiendo a una ola. Pero, sin dudas, lo escuché mil veces a Diego. Es un ídolo popular, lo que pasó es una tristeza enorme, con todas las contradicciones que puede generar. Justo lo hablaba con mi hermano en estos días. Yo, por ahí, tengo otra forma de verlo. Mi hermano está muy triste. Yo lo voy a recordar con alegría, lo que nos dio a los argentinos fueron cosas buenas. Y no entro en otro debate que no sea ese. Después, como deportista, tampoco lo vi tanto. Vi videos, no vi partidos de Diego. Estaría mintiendo. Me senté a escucharlo en un montón de entrevistas. Era un personaje único. Tengo un respeto enorme y un dolor, como tenemos todos. Para mí no hay otro debate, queda ahí".
- En un ambiente de club, más allá de que cada vez hay más espacio para las mujeres, ¿ves que haya un movimiento para que cada vez le den más lugar a las mujeres?
"Si nos ponemos finos, es verdad que lo que es responsables de sectores y dirigentes en Ferro, en su mayoría son hombres. Así y todo, yo puedo decir que desde que estoy trabajando en el club, siempre me dieron mucho lugar, se tuvo en cuenta mi opinión y mi trabajo para un montón de cosas. Ferro está cambiando. También hay un trabajo muy importante de la Subcomisión de Género del club, que trabaja a fondo, interviene un montón de cuestiones y genera espacios interesantes para gente de afuera y también internamente. Es el primer club de Capital Federal en capacitar con la Ley Micaela. No te voy a mentir ni plantear un escenario ideal, pero sí hay intenciones de cambio y, de a poco, el cambio se va viendo".
- En la puerta de entrada de la calle Gral. Martín de Gainza, hay una representación en un banco que habla sobre la violencia de género.
"Sí, exacto. Esa fue una de las acciones de la Subcomisión de Género, que creo que se hizo el año pasado. El banco representa un poco eso".
- A nivel europeo, ¿hay una brecha salarial en comparación entre el handball femenino y masculino?
"Sí, hay una brecha. No te quiero decir que es enorme... Pero es una brecha grande. Tengo compañeras de Selección que han ido a Juegos Olímpicos y han jugado en Europa con un contrato más bajo o similar al que mi hermano tuvo en su primera experiencia en Europa y casi sin tener recorrido con la Selección. También depende de la liga a la que cada uno fue a jugar, pero hay una brecha".
- En el handball, salarios no tienen, pero ¿les dan algún incentivo?
"Ni siquiera hay un incentivo. Yo pago mi cuota social. Además, pago mi arancel por jugar al handball. En Ferro, si jugás en la máxima categoría y representás al club, tenés bonificado el arancel de la actividad. Es como un incentivo del club, pero no hay viáticos ni en Ferro ni en ningún club porque la estructura es amateur. Lo que sí hay, o yo tengo la suerte de tener, son becas por representar a la Selección Argentina. Yo tengo dos: una del ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) y otra de la Secretaría de Deportes, que ayuda a entrenar y a esas cosas".
- ¿Por qué creés que todavía no se pusieron en práctica los deportes mixtos?
"La verdad, no sé. Nunca me preguntaron por esto. Las condiciones físicas son significativas a la hora de entrenar en una cancha. Hemos entrenado con varones antes de jugar un Mundial y por no tener la posibilidad de hacer una gira. La Selección de juveniles varones estaba entrenando y nos poníamos a jugar con ellos. Por una cuestión de dimensiones corporales, las europeas son enormes. Nos servía por eso. Esa es la experiencia que tuve. Me cuesta imaginármelo por el deporte que hacemos. Nunca sucedió, pero me cuesta imaginarme en una cancha chocando con un chico. No sé si eso está planteado, pero tiene que ver con las construcciones que uno se hace".
- ¿Qué recomendación o sugerencia le darías a las chicas y chicos que están dando sus primeros pasos en el handball?
"Yo lo que les recomiendo es que, primero, vean esto como un juego, donde van a conocer gente increíble. Hacer deportes en equipo es clave en la formación de las personas. Ojalá todos tengamos el acceso y las posibilidades como para hacerlo. Que si lo hacen, se comprometan. Si no, nunca te podés dar cuenta de si te gusta o no. Si no estás comprometido y decís: 'Ah, se entrena tres veces, pero voy a un entrenamiento y me quedo jugando a la PlayStation'. Así, no te das cuenta de si te va a gustar o no. Después, se ve para dónde va la vida. Cualquier deporte y particularmente el handball es conocer gente, es formarse, hacer la vida de un deportista amateur, que te da un montón de cosas: disciplina, entrenamiento, estar en movimiento, tener la posibilidad de viajar. Yo tuve la suerte de viajar por el mundo. A nivel torneo nacional, te toca ir a jugar a Córdoba y compartir el viaje con compañeros. Hay que estudiar también. Los deportistas, muchas veces, dejan de lado eso y creo que es la otra pata. Yo soy de la idea de comprometerme con las cosas porque siempre trae cosas buenas".
- Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), el 80% de las niñas y adolescentes no realiza la actividad física mínima recomendada. A aquellas mujeres que dudan en ingresar al mundo del deporte, ¿qué les dirías?
"Que hay que entrar, hay que estar. Tenemos que ganar nuestro lugar. Ya deberíamos tenerlo, pero hay que plantarse. No hay que soportar nada más. A mí me ha pasado que nos digan: 'No ponemos un partido de handball femenino por la TV porque no lo ve nadie'. Tenemos que ser transmitidas igual, ese tipo de cosas no podemos soportarlas más. Hay que exigir nuestros lugares. Hay que comprometerse con el cambio, aprovechar la visibilidad que tenemos las deportistas para ganar nuestros espacios y ser responsables con eso".
- ¿Ese tipo de desigualdad de género ha pasado mucho con la televisación del handball?
"Eso pasa mucho en el deporte. Pasa con esto, hasta con el detalle de la ropa, de la indumentaria. En la Selección, nos han dado toda la vida el mismo corte de ropa que a los varones. ¿Por qué? Parece un detalle, pero parece un: 'Tomá, te damos lo que sobra'. Eso hoy cambió. A mí me pasó en la Selección, que decíamos: 'Queremos usar un short para nosotras'. Y son detalles que van haciendo al cambio. Hay que ser responsables y alzar la voz. Hay mucho por modificar, pero estamos en vías de eso. Estamos en ese proceso. Antes no podíamos hablar ni siquiera de eso. Siendo más chica, y viendo algunas cosas, quizás no lo veíamos. Lo normalizábamos. Ahora estamos en otro estadío, en algunos más o en algunos menos, pero estamos en vía de que todo esto cambie. Esto del episodio de la televisación es algo que pasó hace un tiempo, es de un pasado reciente. Al final, se normalizó el tema. El último torneo que se televisó fue sólo de mujeres. Pero sí ha pasado esto. Y por suerte cambió".
- ¿Se sigue viendo mucho esto de ver a hombres entrenando a equipos de mujeres?
"Sí, la mayoría de los entrenadores son hombres. Por ejemplo, en la Selección Argentina de Handball, el director técnico es un hombre, pero la preparadora física es mujer. Aunque parezca un detalle, es un cambio importante porque él le da muchísimo lugar y además ella es una referente. Es integrante del cuerpo técnico. Y también veo el cambio ahí. Nos permite vernos a nosotras mismas de otra forma, desde otro lugar. Siempre se comparó a la deportista fuerte como un hombre. Viste esos dichos que uno los tiene en la cabeza... A través de esta preparadora física, estamos cambiando mucho el chip, lo que tiene que ver con lo corporal de la mujer, la construcción que tenemos de que la mujer musculosa no está bien... Todas esas cosas, yo creo que al tener a esta preparadora física -Priscila Álvarez- hizo que nosotras mismas cambiemos la percepción de nosotras mismas justamente. Ese tipo de cosas, yo las veo como espacios que se van ganando, luchas que se van ganando. Aunque parezca poco, es un montón".