En un acontecimiento que marcó un antes y un después en la historia del automovilismo, el secuestro de Juan Manuel Fangio en Cuba sigue resonando como uno de los episodios más insólitos de la Fórmula 1. A 66 años de aquel suceso, la historia detrás del secuestro del quíntuple campeón mundial sigue captando la atención y el asombro de aficionados y expertos por igual.
La historia del secuestro de Fangio
El 23 de febrero de 1958, en la previa al Segundo Gran Premio de Cuba, Fangio fue abordado en el lobby del Hotel Lincoln de La Habana por un joven revolucionario conocido como El Chueco. Con un arma en mano, este miembro del Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro le indicó al piloto argentino que debía acompañarlo, marcando el inicio de un secuestro que tendría repercusiones mundiales.
La captura de Fangio fue un acto de propaganda ejecutado con precisión por los revolucionarios cubanos, quienes buscaban llamar la atención internacional sobre su lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista. En aquel entonces, Cuba era un enclave turístico crucial para Estados Unidos, y la carrera en el Malecón de La Habana se perfilaba como un evento de gran envergadura, con los mejores pilotos del mundo listos para competir.
El secuestro, ejecutado sin violencia, llevó a Fangio a vivir momentos de incertidumbre y sorpresa. Tras ser abordado por El Chueco y otros revolucionarios, el campeón mundial fue trasladado en un Plymouth negro a través de las calles de La Habana, hasta ser alojado en casas seguras donde sería custodiado hasta después de la carrera. A pesar de la tensión del momento, Fangio mantuvo su compostura, llegando incluso a interactuar amablemente con sus captores.
Aunque la carrera se llevó a cabo sin su presencia, con un trágico accidente que cobró vidas e hirió a decenas, Fangio nunca dejó de ser el centro de atención. Su liberación, 27 horas después del secuestro, no solo marcó el fin de un episodio dramático en su vida sino que también elevó su figura a un nuevo estatus, tanto en Cuba como en el resto del mundo.
¿Qué pasó después del secuestro de Fangio?
Después del secuestro y posterior liberación de Juan Manuel Fangio, el incidente no solo quedó grabado en la historia como un acto de protesta política, sino que también forjó una relación peculiar entre el corredor y sus captores, e incluso con el futuro liderazgo de Cuba.
Años más tarde, ya con Fidel Castro en el poder, se produjo un gesto simbólico de reconciliación y reconocimiento hacia Fangio. Castro, como presidente de Cuba, se disculpó por el secuestro, demostrando el respeto y la admiración que sentía por el campeón de automovilismo. Este acto fue acompañado por la colocación de una placa en el Hotel Lincoln, en honor a Fangio, consolidando su legado en la historia cubana y en la memoria colectiva de la isla.
En 1981, Fangio regresó a Cuba, esta vez en su rol de embajador de Mercedes Benz. Su visita fue recibida con honores por el gobierno cubano, liderado por Castro, en un claro gesto de aprecio y reconocimiento hacia la figura del argentino. Durante su estadía, Fangio fue homenajeado en la misma casa de La Habana donde estuvo secuestrado. El piloto argentino, reflexionando sobre su experiencia, dijo: "Me hicieron un favor".