A todos nos conmovió la muerte de Diego Maradona. Me permito, por unas líneas, hablar en primera persona. O quizás debería hacerlo en tercera, como solía manifestarse Pelusa. Nos encontró desprevenidos, sin los escudos necesarios para soportar tremendo golpe. Nos halló más cerca o más lejos de nuestros seres queridos. Y nos ayudó a reencontrarnos con quienes no pensábamos hacerlo. Esta es la historia de Diego Sampayo, un periodista argentino que hace diez años (parece mentira) no hablaba con su padre. Y se reencontraron, de forma virtual, para llorar juntos la muerte del ídolo.
Con una amabilidad y cordialidad que se sintió al primer instante de contactarlo, Diego Sampayo accedió a contar su historia. La historia que se hizo viral en las redes sociales. Años sin hablar con Juan Carlos, con su padre. Las bambalinas de la vida los habían alejado del mismo escenario, nada ni nadie los había podido reencontrar. Hasta que llegó el 25 de noviembre de 2020. El hijo se enteró de la shockeante noticia, recordó a su viejo corriendo por el patio gritando los goles de Pelusa en México 1986. Los recuerdos lo invadieron, las ganas de hablarle también. Y le habló. Le escribió.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Diego Sampayo tomó su teléfono, buscó el número de su papá y le mandó un mensaje. Sin decirle hola, sin muchos preámbulos. Con el amor de siempre, con la tristeza y las ganas de abrazarlo como si nada hubiese ocurrido. El hijo, quien lleva ese mítico nombre por voluntad de su padre, quien también intentó colocarle Armando. Pero no pudo ganar la negociación, no pudo gambetear a la madre del niño. Fue Diego Andrés. Diego, al fin y al cabo.
"Yo me acuerdo cuando tenía dos años y vos gritabas los goles de Diego en el Mundial. Gracias por darme su nombre, te amo", fueron sus palabras. Y conmovió a todos. En diálogo con El Destape, el protagonista de este momento viral y emotivo en Twitter reveló el trasfondo de esta historia. De la historia que llegó a cada corazón de la República Argentina. De ese país que llora y llorará la partida de su ídolo.
"Se fue de casa mal. 2010. Discutimos horrible. Mi vieja mal de salud, presión, casi la internan, tremendo. Una historia de las que a Diego le señalan como pecado, viste. Dejamos de vernos, hablarnos. Todo gris. Y ayer recordé la historia de mi nombre. Era Diego Armando, él quería eso. Pero mi mamá negoció Diego Andrés", explicó Sampayo. La vida y Maradona quisieron que, diez años después, volviese a comunicarse con su padre.
No fue casualidad, Diego los reunió. Intercambiaron palabras para llorar a Maradona y con la esperanza de volver a tener una relación que alguna vez fue mágica. Como la historia del Diez junto a todo su pueblo.
"Diego es eso. Es unión"
Diego Sampayo sintió que este mal trago fue una señal para que dé el primer paso. Para reunirse con su viejo, con uno de los responsables de haberle dado la vida: "Siempre cuento esa historia cuando me preguntan el nombre. Soy del 84. Y siempre pienso en él cuando la cuento. Le agradecí por el nombre y le dije que recordaba cuando él corría por el patio de mi abuelo. Siempre tuve esa imagen en mi cabeza. Tenía 2 años yo. Y con el tiempo me contaron que era la final de México, gritaba los goles él. No me olvido más. Nada, le escribí y me contestó a la noche".
"Diego es eso. Es unión. Me unió a mi papá cuando nací y ayer se fue y me dijo 'escribile, pelotudo, no seas así'. Diego nos mejoró a todos. El se fue en paz con sus hijos y su familia. Quizá debamos aprender eso. La vida son dos días, hermano", sentenció Sampayo. Es así, no existe forma de graficar este momento. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. En paz descanses, Pelusa. En la adversidad, también podemos aprender a ser mejores. Así quedo demostrado.