La muerte de Diego Maradona hace cinco meses todavía se siente entre sus fanáticos. Después del shock que se produjo tras su fallecimiento, la cara del Diez volvió a tomar impulso en la cultura popular. Como símbolo de lucha o de pueblo, las paredes con su nombre se multiplicaron.
Desde la procesión multitudinaria a Casa Rosada para darle el último adiós, las manifestaciones de amor y respeto por Diego se expandieron. La mediatización de las discusiones entre herederos no tapó las muestras de afecto y, lejos de tener atención, la mirada de sus fieles se enfocó en recordar al Maradona que les trajo felicidad. A aquel que los hizo disfrutar con una número cinco. Por eso, desde su paso a la inmortalidad, en diferentes puntos del mundo proliferaron los murales en su honor. Se convirtieron en un santuario más. Desde una imagen en Laferrere hasta la ladera de un edificio en Japón junto a una imagen del Che Guevara.
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Solo hace falta abrir los ojos por las calles de Buenos Aires o de cualquier ciudad argentina para encontrar una referencia. Hoy la cara de Diego está en las paredes, es un muerto que no para de nacer y que se manifiesta hasta con colores que nunca usó, como el de Alvarado en Mar del Plata o, simplemente, con la imagen más recordada: la de él con la Copa del Mundo. Uno de los cientos que florecieron, justamente, está en pleno corazón del Conurbano, en Villa Madero, partido de La Matanza. Su artistas es Mariano López que, en charla con El Destape, dijo: “Sentí la necesidad de pintar. Siempre lo hice y ahora, este tiempo, después de lo que pasó me pidieron un montón”.
Con camisetas que nunca se probó, con las Islas Malvinas, con una frase al lado o, simplemente, con una sonrisa. El arte sobre Maradona se basa en la experiencia del pueblo que marcó. A cada uno de sus fieles, Diego les despertó algo distinto. “No sé como lo voy a recordar. Como el más grande, todo lo que hizo jugando, pero también más allá. Yo también lo voy a recordar como persona porque se la jugó siempre”, sostuvo López que, en su cuenta de Instagram, muestra cada uno de sus trabajos. Uno de ellos, además de la imagen de Maradona en México 86, tiene la frase: “Defectos como todos, virtudes como ninguno”.
La expansión de la imagen de Maradona no fue solo en Argentina. Tres días después de su fallecimiento apareció una bandera con su cara en una manifestación en Francia. Aunque el Diez nunca jugó en un equipo francés, se convirtió en un símbolo de resistencia. “Yo creo que en Europa también se lo toma como una identificación de lucha. Ellos lo adoptaron como algo más que un jugador de fútbol. Es algo más, de lucha o de superación”, sostuvo Nicolás Reyes a El Destape.
Desde la cuenta “Maradona Murales” en Instagram, Nicolás muestra con dirección exacta el arte en honor al Diez. Las pinturas se reparten. Napoles, Tandil, Del Viso, Australia, Rosario o Japón. Cada lugar del mundo pude tener un recuerdo de Maradona. “Aparecen en todos lados. En Francia o España me sorprenden, pero también hay algunos increíbles. En un callejón de Irlanda o en un pasillo subterráneo donde no hay nadie en Escocia”.
En Irlanda, la madre de un futbolista de inferiores pintó su casa con la cara de Pelusa. En Serbia, los hinchas del Partizán de Belgrado, un equipo con el que Maradona ni siquiera jugó, tomaron la imagen de Diego y pintaron: “fue un Dios para nosotros también”. Los días pasan, los meses también, pero mientras tanto el recuerdo se mantiene imborrable.