Boca Juniors se prepara con el foco puesto en los octavos de final de la Copa Libertadores, donde lo espera el Corinthians de Brasil. Sin embargo, a falta de tres días del partido de ida en San Pablo, el "Xeneize" recibió una mala noticia y otra que preocupa: la Conmebol lo multó económicamente por los gestos racistas de sus simpatizantes ocurridos en el partido por fase de grupos del torneo internacional ante el "Timao" y, en caso de repetirse, podría perder la localía en La Bombonera.
La entidad madre del fútbol sudamericano sancionó a Boca con 100 mil dólares por las imágenes que se viralizaron de sus hinchas haciendo gestos discriminatorios hacia la parcialidad de Corinthians, durante el anteúltimo encuentro del Grupo E disputado el 17 de mayo. Pero no es todo, ya que, en caso de que vuelva a suceder un hecho racista similar, la Conmebol le avisó a la institución boquense que analizará la suspensión parcial o total del estadio para el siguiente encuentro.
En aquella oportunidad, el cotejo había finalizado 1-1 con un clima muy caliente dentro de la cancha, incluso con empujones y un expulsado para el equipo brasileño. En la previa del encuentro, un hincha del "Timao" captó con su celular cuando un simpatizante argentino realizaba indignantes movimientos con su cuerpo, imitando a un mono, para burlarse de los paulistas. El Tribunal de la Conmebol hizo caso a la presentación del Corinthians y le aplicó la sanción al "Xeneize", que le descontarán dicha suma del ingreso económico de la transmisión televisiva.
Ya no hay margen para la institución presidida por Jorge Amor Ameal y el vicepresidente e ídolo Juan Román Riquelme. En caso de reincidir en un hecho semejante y de que el equipo de Sebastián Battaglia logre el pasaje a cuartos de final, el club debería verse obligado a jugar ante Flamengo o Deportes Tolima en otro estadio, lo que significaría una gran perdida teniendo en cuenta la mística que genera jugar a cancha llena en "La Bombonera".
El anterior antecedente racista de un hincha de Boca
Los hechos racistas encarnados en simpatizantes argentinos no son una novedad. Sea en nuestro país o de visitante, en Brasil, parecen no tener final. El primer acto discriminatorio en la actual Libertadores de un simpatizante de Boca se había dado en el encuentro de ida en San Pablo, cuando el "Xeneize" cayó como visitante 2-0. Allí, un hombre caracterizado con los colores azul y amarillo realizó un gesto racista hacia torcedores del "Timao", también imitando a un mono. La Policía detuvo al fanático de Argentina y, aunque fue liberado al otro día tras pagar una multa cercana a los 600 dólares, se le abrió una causa bajo el delito de injuria racial, que prevé entre 1 y 3 años de prisión.