Boca llegó a la final. Inmediatamente, Leandro decide irse a Brasil a pie. Tiene muchos días por delante y no tiene teléfono para contestar los mensajes. Se comunica con historias de Instagram en las que pide dinero para poder comprar medicamentos y un nuevo teléfono que lo mantenga conectado con el mundo. Pero a pesar de correr múltiples riesgos, el más grande es el de perderse la oportunidad de ver la coronación más ansiada por todos los hinchas xeneizes.
“Es la obsesión de todos los bosteros, podemos ganar la Copa de la Liga que vamos a seguir con la mente en la Libertadores. Es el deseo eterno desde 2007”, describe Juan Manuel, socio adherente de Boca, en diálogo con El Destape. Sus cábalas son tranquilas. Siempre ve los partidos del ahora finalista con el mismo pantalón y la camiseta azul y oro de 1981. También sube una foto con una estampa y una canción como ritual previo a los duelos futbolísticos, en los que se ponen en juego los sueños de toda una generación sedienta de gloria desde 2007.
“Ganar la séptima sería demasiada felicidad, sería como ganar el mundial”, mensajea Lucía. La pasión por Boca se convierte en obsesión y todas las apuestas y promesas valen. Desde una camiseta, como apostó Lucía, a dejar de fumar, que es el voto que Nicolás, otro efervescente hincha de Boca, prometió hacer valer “aunque no se viene cumpliendo por más que se logren los objetivos, pero si Boca gana la séptima está vez sí prometo dejar de fumar”, aseguró con El Destape.
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También hay otros hinchas como Lucas, que no apostaron nada pero tienen cábalas algo desopilantes. “Siempre me grabo gritando Boca, lo subo a redes sociales y se lo mando a mis amigos. Cuando hay penales miro al suelo y lo piso mientras repito muchas veces Boca. Y si hay gol grito muy fuerte para que retumbe en toda mi casa”, explicó. “Uf amigo, no sé cómo definirlo”, duda Lucas cuando se le pregunta qué se sentiría ganar la copa. “Sería el mayor logro del año. A pesar de todos los embates que tuvo el equipo, que de alguna manera está relacionado con lo que le pasa al país”, agregó.
Es que la búsqueda por la séptima se da en un contexto en el que muchos analistas evalúan seriamente el impacto que podría tener una victoria bostera con los resultados de las elecciones. Hay una teoría popular que reza que una victoria bostera en Brasil le daría la ventaja a Sergio Massa. Sin embargo, más allá de las matemáticas, las casualidades también se buscan por todas partes, y el hincha de Boca, como lo estuvo el argentino en general durante Qatar, no deja de hurgar por coincidencias que alimenten la fe.
Ni bien clasificó Boca a la Copa Libertadores, Matías compró los pasajes para ver la final en Río de Janeiro. “Dije que en 2023 iba a ser el año, tuve un pálpito”. Él administra la página “memesdelbokita” en Instagram. Con 30 mil seguidores, una de sus secciones más destacadas es la de Elijo Creer, en donde los que interactúan con sus redes envían capturas de coincidencias que nutren la ilusión xeneize. “Muchos me escribían diciendo que no íbamos a ganar y ahora me mandan mensajes reconociendo que tenía razón con las coincidencias”.
“Por ejemplo, en enero asumió Lula y me acordé que en 2007 también lo había hecho. Ahí empezó un tsunami de coincidencias. A partir de ahí uno ve el número siete en todos lados”, ejemplificó Juan Manuel. Por su parte, Nicolás añadió: “Esta tiene un sabor especial, hay señales por todos lados. Todo el mundo está viendo el siete y nadie puede dejar de hacerlo”.
Pero también hay toda una generación que vio en su infancia a Riquelme alzar la sexta copa bajo el mando de Miguel Ángel Russo, y que ahora de grande busca ese retorno a la felicidad, esta vez con el ídolo a la cabeza de la dirigencia. “Creo que Riquelme se merece terminar su primera gestión en fútbol con una Copa Libertadores. Hizo un trabajo estupendo promoviendo juveniles y ganando campeonatos todos los años. Además trajo a Chiquito (Romero), (Marcos) Rojo y (Edinson) Cavani por cero pesos. Sería una gran alegría”, aseguró Francisco, otro acérrimo bostero con El Destape.
“Si estás en Boca tres o cuatro años vas a ganar campeonatos nacionales, pero lo que la gente quiere es la Libertadores”, sostuvo alguna vez Riquelme en una de sus estoicas entrevistas. Entre los hinchas, pesa el recuerdo de la final ante Corinthians en 2012 y River en 2018. Sin embargo, esta vez es el ídolo máximo el que está con las riendas del club, y con un magistral Romero bajo los tres palos, las ansias por satisfacer los deseos de alzar la séptima están más altas que nunca.
“Significaría coronar todo lo que veníamos esperando desde hace muchísimos años: volver a estar en lo más alto, legítimo rey de copas y, sobre todo, coronar también con una seguidilla de grandes logros deportivos bajo la bandera Argentina”, puntualizó Nicolás.