En las ultimas horas, el futuro de la Copa América es incierto. Ante la situación que se vive en Colombia con la crisis social que se desató en las últimas semanas, el Gobierno colombiano pidió que se aplace el torneo a diciembre para que "haya público". No obstante, el encargo no tuvo una buena respuesta de la Conmebol y le sacaron la sede.
El ministro de Deporte, Ernesto Lucena, anunció que el gobierno de ese país solicitará formalmente a la Conmebol el aplazamiento de la Copa América. No obstante, lo más probable es que haya una negativa por parte de la Confederación sudamericana. Incluso, en la misma conferencia de prensa, el propio ministro colombiano también negó que haya renunciado. La excusa que presentó el propio Lucena fue que creen que "lo más importante en un evento de esta magnitud es el aforo de público".
Ante este pedido, que parecía bastante complicado por temas de calendario, la Conmebol sostuvo que "es imposible por temas de calendario" y, finalmente le sacó la sede. Al respecto, ahora Argentina quedó como sede única a la espera de una resolución.
Con esta baja de Colombia, Argentina sería el único anfitrión de la competición ya que según Alberto Fernández, está preparado para recibirla "sin público en las tribunas, y siempre y cuando se cumplan todos los protocolos sanitarios por la pandemia de coronavirus". Por su parte, los ministros de Salud tanto de Ciudad, Nación y Provincia sostuvieron que, en caso de hacerlo, desde ya tendrá que ser sin público.
La situación social en el país del norte del continente sudamericano complicó la situación. Este hecho hizo tambalear al torneo en el país de Iván Duque, aunque desde el Gobierno garantizaban que era una de las prioridades. De esta forma, el pedido de un "aplazo" de la Copa América fue, en realidad, una salida elegante, ya que sabían que están fuera de competencia. Tal cual había informado El Destape, finalmente el plan de la Conmebol es que Argentina esté disponible como sede única, aunque aparecen otros países en el medio.
Tanto Chile como Uruguay están buscando quedarse con algunos de los encuentros de la Copa América. El país oriental cuenta con el apoyo politico de un sector debido a la compra de Sinopharm, mientras que la nación trasandina quiere mostrar "normalidad" tras el gran pico de casos que sufrió por el COVID-19.