Una situación completamente inusual se vive en Barranquilla, ciudad donde River Plate juega contra Junior. El estallido social llevó a que, mientras se jugaba el partido, en las puertas del estadio se desarrolle una manifestación para intentar frenar ese encuentro por la Copa Libertadores. Durante toda la tarde hubo una masiva marcha y, mientras se jugaba el partido se escucharon detonaciones, tiros que llegaban desde afuera.
La situación se vio, además, un día antes de que la Conmebol se reúna para decidir qué va a pasar con la Copa América en Colombia debido a la tremenda crisis social que vive el país. Durante la tarde, incluso, la masiva manifestación en la puerta del Estadio llevó a que se ponga en discusión el encuentro en la ciudad. Por otro lado, mientras se disputó el partido en la transmisión se oían como eran las detonaciones.
Más temprano, antes de jugar, Marcelo Gallardo mientras estaba en la entrada en calor, el entrenador de River tuvo que volver al vestuario porque llegaron hasta allí los gases lacrimógenos que no permitían ver y entrenarse normalmente. Por otro lado, el alcalde de Barranquilla, lanzó en charla con TyC Sports: "Los equipos están en cancha, calentando. No hay ningún problema". Incluso, acusó a Marcelo Gallardo de haber pedido música para "que no se escuchen los disparos" y la violencia del exterior. "Pidió que se pusiera música para distensionar el ambiente, están escuchando reggaetónn", dijo No obstante, desde el club de Núñez desestimaron esta versión.
Más allá de que parece haber pasado lo más turbulento en las protestas de Colombia, las protestas en las calles se mantienen y, además, comenzó a haber un fuerte rechazo al torneo en general. Si bien Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y Ernesto Lucena, ministro del Deporte colombiano, aun se mantienen con expectativas la situación se tornó cada vez más complicada.
En este marco, la Conmebol -a través de un Consejo extraordinario- ya evalúa cuál será el futuro de la Copa América. Al respecto, la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol de llevar a Paraguay los partidos que tuvieron algún inconveniente con respecto a la sede hace que Asunción se convierta, inmediatamente, en una de las opciones posibles para recibir la Copa. Por otro lado, en el horizonte también aparecen Chile y Uruguay como posibles opciones.