Tadej Pogacar dio un golpe de autoridad en el Tour de Francia al distanciarse del defensor del título, Jonas Vingegaard, y adjudicarse la victoria en la primera etapa de montaña y el maillot amarillo de líder de la general.
El esloveno atacó a 800 metros de la cima del Col du Galibier, cuando la pendiente era más pronunciada, y solo le siguió Vingegaard, pero el danés tuvo que ver cómo su rival se desvanecía en la distancia 300 metros más adelante.
Pogacar apretó más los pedales, mirando brevemente hacia atrás, antes de emprender el descenso hacia Valloire a una velocidad de vértigo y aumentar gradualmente su ventaja sobre Vingegaard, que luego fue alcanzado por otros grandes aspirantes, entre ellos el tricampeón de la Vuelta Primoz Roglic y el prodigio belga Remco Evenepoel.
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Como colofón a una impresionante demostración de fuerza de su equipo UAE Emirates, Pogacar terminó la cuarta etapa, de 139,6 kilómetros, 35 segundos por delante de Evenepoel y del español Juan Ayuso.
"Era el plan, y ha merecido la pena", dijo su compañero de equipo, el francés Pavel Sivakov.
En la general, Pogacar aventaja a Evenepoel en 45 segundos.
Vingegaard, que respondió con facilidad al primer movimiento de Pogacar en la segunda etapa, se quedó un peldaño por debajo el martes y terminó el día boqueando con la cabeza gacha.
El corredor del Visma-Lease a Bike, sin embargo, puede consolarse con el hecho de que llevaba casi tres meses sin competir tras sufrir un colapso pulmonar en la Vuelta al País Vasco en abril.
Tendrá la oportunidad de reivindicarse en la contrarreloj de 25,3 kilómetros del viernes, un año después de que humilló a Pogacar en la misma prueba del Tour, al ganarle por 98 segundos en 22,4 kilómetros.
(Escrito por Julien Pretot; edición en español de Javier López de Lérida)