Jürgen Klopp, de la guerra con Guardiola a cómo su esposa decidió su futuro

La historia del entrenador que revoluciona cada equipo que dirige. Este sábado 28 de mayo disputará una nueva final de la Champions League ante Real Madrid.

28 de mayo, 2022 | 11.17

Dicen que reconocer las limitaciones te puede llevar a otro nivel. Empezar como delantero y finalizar como un aguerrido defensor puede dar una pauta: "Tenía pies de Cuarta División y una cabeza de Primera División”, confesó una vez Jürgen Klopp, quien está a horas de disputar una nueva final de Champions League con el Liverpool, club que revolucionó desde su llegada en 2015 y que entendió enseguida ese lema característico del club inglés del "nunca caminarás solo". Su obsesión y determinación por el fútbol, que hasta lo hizo contratar un entrenador particular de saques laterales, va más allá del juego: mantiene una guerra dialéctica en los micrófonos con "Pep" Guardiola por los clubes-estado, que pone en escena cada vez que puede y sin ponerse colorado. Pero no son todas fortalezas propias detrás de su sonrisa amplia de dientes blancos, su esposa le hizo dimensionar lo que significa la ciudad a la que le devolvió alegría luego de 30 años y juega un rol fundamental en su vida persona y profesional.

No pudo caminar solo

A mediados de 2005, el muchacho nacido en Glatten, la Selva Negra de Sttutgart, por ese entonces dirigía al Mainz 05, equipo en el que llevaba cuatro temporadas como entrenador y había logrado ascender a la Bundesliga. En una noche libre de sus obligaciones como líder de plantel, fue al afamado evento de Munich, "Oktoberfest", a pensar cómo plantearía su próximo partido con cervezas de por medio. De allí se marcharía con una certeza: el flechazo a primera vista con la camarera que lo atendió fue instantáneo. Días después de aquel encuentro, Ulla Sandrock y Klopp, que no era el DT iluminado por los flashes de la actualidad, se fueron a vivir juntos y se casarían meses más tarde. 

Jürgen Klopp y Ulla Sandrock

Según comentó en entrevistas, de ella le llamó la atención algo más que su belleza, y era la inteligencia de su nueva compañera. Aunque siguió trabajando en distintos oficios, con los años Ulla se convirtió en escritora infantil y hasta llegó a publicar tres libros, algunos relacionados con el fútbol. Como su esposo, la novelista no tiene tatuajes ni redes sociales, pero si hay algo que la identifica es su fiel companía a donde quiera que se muestre Klopp y, sobre todo, las causas nobles en las que entronmete a diario, como donar dinero al centro médico Formby de Liverpool para hacer frente a custiones del Coronavirus.

El Liverpool le debe mucho a Ulla. Si no hubiese sido por ella, Klopp en 2013 hubiera firmado un extenso contrato con el Manchester United y la realidad sería otra. Pero su peso en las decisiones profesionales de su amrido fueron aún más lejos: “Me quedo por otros dos años. ¡Y no solo yo! ¡No! Todos mis entrenadores también, que es lo más importante, en realidad. ‘¿Por qué?’ ahora es la pregunta. ¡Porque Ulla quiere quedarse! Como buen esposo, ¿qué hacés cuando tu esposa quiere quedarse? Te quedás. Esa es una de las razones”, fue el mensaje de Klopp cuando anunció que aceptaba la propuesta de Fenway Sport Group, el consorcio estadounidense que maneja al club de Inglaterra. Hasta ese momento de 2022, el entrenador ya había logrado una Champions League y la Premier, un título que no levantaba desde 1990. La balanza para continuar en el club que tiene una forma de vivir y de sentir el fútbol, la inclinó Ulla.

Guardiola, su enemigo íntimo

La rivalidad comenzó por los estilos de juego. El "Gegenpressing" que caracterizó a Klopp en todos sus equipos, una táctica de presión, robo y correr para asfixiar al rival, empezó a a ser visto como la antítesis del modo que lleva adelante "Pep" Guardiola para los suyos, con un juego más de toque y precisión en velocdiad. Enseguida nació una competencia entre ambas escuelas que se profundizó ante los continuos partidos entre Liverpool y Manchester City en etapas definitorias de la mejor liga del mundo y que más ingresos económicos tiene. 

Lo molesta, lo irrita y lo comunica. Los clubes-estado, como Manchester City y PSG, no son bien vistos por el alemán por las sumas multimlillonarias que gastan al inicio de cada temporada y lo siente como una competencia desleal, como llegó a comentar en 2019, dos días antes de una final ante los "Citizens": "El City gasta 200 millones de dólares por temporada. Nunca camina solo". Detonó la bomba sin importar que el destinatario sea uno de los entrenadores más exitos de la historia, que desde su llegada a Manchester, ha gastado más de 1.000.000 millones en fichajes. "Pep" no se quedó atrás y arremetió: "¿Si me molesta lo que dijo? Por supuesto que no me gusta y que me molesta porque no es cierto que gastemos 200 millones en cada mercado de fichajes. No es verdad".

Jürgen Klopp y Pep Guardiola

Un nuevo capítulo de cruces llegaría en 2021, cuando Klopp cuestionó la compra de Jack Grealish por 100 millones de libras al club del jeque Sheikh Mansour. En esa oportunidad, el exentrenador del Borussia Dortmund expresó que algunos clubes como ChelseaManchester United y el propio City, cuentan leyes y sistemas propios que les permiten gastar lo que otros no pueden. Otra vez, el catalán no se quedó callado: "Antes solo había uno o dos clubes. Ahora está el Chelsea con Abramovich y nuestro club con Sheikh Mansour. Quieren invertir en el fútbol. ¿Cuál es el problema? Tenemos límites como el Fair Play Financiero y, si no están de acuerdo, pueden ir al juzgado y denunciarlo". La polémica por los petrodolares finalizó, pero en 2022 revivió en modo candidato a ganar la Premier, que finalmente quedó en manos del City, por un punto de diferencia.