La historia detrás de las camisetas del Argentina vs. Inglaterra del Mundial 86

Un grupo de mujeres estuvo detrás de los futbolistas haciendo lo imposible para que tengan camisetas aptas para superar el calor en México.

22 de junio, 2021 | 22.57

Como siempre, el Mundial 86 deja grandes historias que, con el correr del tiempo, se conocen mucho más. Los detalles, tal cual dijo Carlos Bilardo, marcaba las diferencias y las obsesiones del entrenador servían, en muchos casos, para darle un plus al equipo. A 48 horas del partido con Inglaterra en los Cuartos de final de México 1986, Argentina no tenía camiseta solo por una idea del entrenador. 

Uno de los empleados de la AFA, Rubén Moschella, fue el que le advirtió a Bilardo que solo había un juego de camisetas azules disponibles para jugar contra Inglaterra, que por decisión de la FIFA le tocaba, y eran las mismas que había usado con Uruguay, pero el problema es que la calidad de la tela era terrible. La transpiración se pegaba y se volvían pesadas. Por eso Bilardo quería camisetas "Caladas" y que tenían agujeros para que los jugadores no sufran el calor. 

Tal como cuenta Andrés Burgo en su libro "El Partido", comenzó una recorrida feroz para tratar de encontrar una camiseta de este estilo. Durante 48 horas, Moschella recorrió el DF y, luego de varias horas, encontró una casas de venta de indumentaria deportiva en su camino que podía llegar a servir y que tenía la tela que buscaba Bilardo.

Dos días más tarde, finalmente, Moschella encontró unas camisetas LeCoq Sportif. Bilardo no las aceptó, pero de casualidad Diego Maradona estaba por la habitación y preguntó: "¿Te parece, sirven?". En ese momento, el 10 dio su beneplácito y dijo: "Está linda". No obstante, todavía faltaban muchos detalles. 

A raíz de los detalles, se contrató un grupo de mujeres que se dedicó a coser durante toda la noche cada una de las cosas que hacían falta. Desde el escudo hasta los números. Por este motivo se convirtió en una edición especial. El escudo de AFA, que aparece en la camiseta, es antiguo. No tiene laureles y, además, los números que tenían que ser blancos finalmente fueron grises oscuros y brillosos. Sin embargo, este detalle dejó a las claras, una vez más, lo que significó esa noche en México DF, un día antes de que Diego Maradona ingrese a los libros de las leyendas.

 

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