Los jugadores corren el riesgo de sufrir un golpe de calor y podrían tomar malas decisiones cuando jueguen o entrenen a altas temperaturas en el Mundial de Qatar, dijo a Reuters el fisiólogo Mike Tipton.
Con la temperatura rondando los 30 grados centígrados en Doha, la selección de Gales reprogramó su sesión de entrenamiento del jueves, moviéndola de la tarde a la noche cuando el clima es más fresco.
Qatar es inusualmente cálido y húmedo para esta época del año, pero es probable que el clima refresque a partir del 20 de noviembre, cuando inicie el Mundial que finaliza el 18 de diciembre.
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La Copa del Mundo de este año marca la primera vez que el evento se traslada de su horario habitual de junio y julio.
"Estábamos sudando mientras caminábamos por el hotel. Salimos a caminar esta mañana a eso de las 11 y hacía mucho calor", dijo a los periodistas el delantero de Gales, Mark Harris.
Según Tipton, profesor de fisiología humana y aplicada en la Universidad de Portsmouth en Gran Bretaña, jugar en condiciones de calor extremo no solo puede afectar la función fisiológica de los jugadores, sino también la psicológica.
"(Los efectos) van desde una sensación de desmayo por no poder hacer ejercicio hasta un golpe de calor, que es una afección médica grave", dijo Tipton.
"Hay otro aspecto, que es cuando las personas se calientan, tienden a tomar malas decisiones. Pueden decidir hacer aún más ejercicio, lo que puede acelerar sus problemas con el calor", agregó.
Para hacer frente al calor, los directores técnicos podrían verse obligados a cambiar el estilo de juego de sus equipos, optando por jugar a un ritmo mucho más lento, señaló Tipton.
"No tienes que preocuparte por el sobrecalentamiento si juegas fútbol en Manchester o Liverpool. Pero si estás jugando en el sur de Europa o América del Sur, entonces el estilo de juego tiene que cambiar porque tienes que adaptarte al hecho de que no puedes correr durante 90 minutos a un nivel que hará que tu sistema de regulación de temperatura se sobrecargue", explicó.
Sin embargo, los jugadores podrían obtener algo de alivio durante los días de partido con los ocho estadios configurados para tener aire acondicionado.
"Es mejor jugar fútbol a 20 grados que a 30 grados. No hay duda al respecto", apuntó Tipton.
(Editado en español por Carlos Calvo Pacheco)