Oleksandr Usyk se impuso a Tyson Fury en una muy estrecha decisión dividida, para proclamarse campeón mundial indiscutible de los pesos pesados en un emocionante combate de boxeo celebrado en el Kingdom Arena de Riad en la madrugada del domingo.
Eclipsado por su enorme oponente, Usyk tuvo que capear una tormenta en medio de la pelea, pero regresó con fuerza, lo que obligó a Fury a recibir una cuenta en pie en el noveno asalto, después de estar cerca de ser noqueado y caer hacia las cuerdas en una esquina del cuadrilátero.
El ucraniano, de 37 años, es el primer boxeador que ostenta al mismo tiempo los cuatro principales cinturones de los pesos pesados y el primer campeón indiscutible desde el final del reinado de Lennox Lewis en abril de 2000.
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Usyk tuvo un buen comienzo, pero Fury mejoró su ritmo en el cuarto asalto, haciendo algo de espectáculo cuando comenzó a atrapar a Usyk con feroces golpes al cuerpo, pero el ucraniano se defendió con varios recordatorios punzantes de su poder.
Usyk cambió el rumbo en el octavo asalto y pocos se habrían sorprendido si el árbitro hubiera detenido la pelea en el noveno cuando los poderosos golpes del ucraniano en la cabeza dejaron a Fury tambaleándose.
El británico, que hasta este combate marchaba invicto logró aguantar hasta la campana, pero tuvo problemas durante los últimos tres asaltos de la pelea.
Dos de los jueces dieron la victoria a Usyk por 115-112 y 114-113, mientras que el tercero la dio en favor de Fury por 114-113.
"Muchas gracias... Es una gran oportunidad para mí, para mi familia, para mi país... Es un gran momento, es un gran día", dijo Usyk entre lágrimas en una entrevista posterior a la pelea en el ring, y agregó que le otorgaría a Fury una revancha inmediata.
Con información de Reuters