Día del Boxeador: desde el Toro de Las Pampas a un rival de Rocky, tres anécdotas de argentinos que pasaron a la historia

El deporte argentino tuvo varias historias de boxeadores. El Toro de Las Pampas fue el primero, pero más allá de su grandeza, el boxeo argentino dejó otras historias llamativas.

14 de septiembre, 2021 | 13.53

A lo largo de la historia, el boxeo argentino dejó varias situaciones dignas de destacar. Desde el día en el que Luis Ángel Firpo casi noquea a Jack Dempsey, en adelante, hubo varios hechos que llamaron la atención. Más allá de los grandes boxeadores y las figuras, hubo otros momentos destacables. 

Luis Ángel Firpo, el toro de Las Pampas.

El día del boxeador tiene un motivo especial. Un 14 de septiembre de 1923, Luis Ángel Firpo, el “Toro” de Las Pampas fue protagonista principal de “La pelea del Siglo”. Una leyenda que entró por el deporte, pero que se convirtió en mucho más. Ese combate entre el boxeador argentino y Jack Dempsey quedó marcado por la trampa y por cómo se le arrebató el título del mundo al argentino.

Qué pasó entre Firpo y Dempsey

Firpo fue el primer gran ídolo argentino. En esa fecha, el conocido como el “Toro de Las Pampas” logró conseguir una pelea con Jack Dempsey, el múltiple campeón estadounidense en el ring del “Polo Grounds” de Nueva York. Ante más de 60 mil personas. La trascendencia llegó porque en el primer round, Firpo puso contra las cuerdas y tiró del ring a su rival. Las imágenes son claras, el “Toro de Las Pampas” atacando y Dempsey cayendo lejos.

Las reglas de ese momento no contemplaban la cantidad de caídas. Lo que si contemplaban era si había ayuda para el boxeador que había caído fuera del ring. Si lo ayudaban, perdía. Y así denuncian que fue. Un poco contrariado después de semejante hecho -que seguramente lo sorprendió- Firpo quedó desconcentrado y Dempsey, tras subir con ayuda al ring, dio vuelta la pelea para finalmente ganarle por KO.

La leyenda, igualmente, quedó marcada a fuego. Dempsey fue quizás uno de los boxeadores más importantes de la historia y la trascendencia de ella escena creció con los años. La historia de Firpo llevó a que, por ejemplo, haya cientos de calles con su nombre. Desde Pablo Podestá, en el Conurbano bonaerense, hasta en la provincia de Córdoba. Fue un cuadro pintado al óleo y también se convirtió en imagen de la cultura "pop" casi setenta años después cuando Matt Groenning tomó esa caída y lo convirtió en una escena de Los Simpsons.

 

Pascual Pérez, el amigo de Perón

El boxeador estaba a más de 18 mil kilómetros de Buenos Aires. En Tokio, a los gritos, un diminuto púgil de 1,52 metros de altura festejaba a los gritos. Apenas terminó la pelea ante Yoshio Shirai, Pascual Pérez se abrazó a los escasos periodistas que habían llegado a Asia.  En la entrevista lanzó por radio: "Cumplí, mi general". Del otro lado, el 26 de noviembre de 1954, estaba Juan Domingo Perón. Unos meses antes, el presidente había hecho un gran esfuerzo para que Pérez pueda pelear con Shirai en el Luna Park. Después de haberle ganado, el boxeador mendocina se ganó la oportunidad de pelear en Japón. 

La extensa carrera de Pérez también estuvo marcada por los Juegos Olímpicos. Campeón Olímpico en Londres 1948 y campeón Mundial, Pascual Pérez fue uno de los principales ejemplos del ascenso social que promovía Juan Domingo Perón a través del deporte. Incluso, "Pascualito" era uno de los deportistas favoritos del General. El vínculo era tan grande que, por ejemplo, el presidente le regaló un auto. "Nunca me perdonaron eso", dijo un tiempo después. Se trató de un auto DeSoto, modelo 1951.  ¿Quién no se lo perdonó? La Revolución Libertadora. 

Si bien le permitían boxear, Pascual Pérez tuvo que mudarse a Santo Domingo y, aunque era uno de los campeones más importantes de la época, nunca más peleó en el Luna Park, la meca del boxeo argentino. El campeón mundial de peso Mosca retuvo el título ocho veces después de ganarle a Shirari en Tokio. La última en el país fue el 7 de diciembre de 1957. Esa fecha en la que le ganó al español Young Martín en la Bombonera fue la última vez que Pascualito Pérez defendió su título en Argentina.

Durante todo ese año, según contó su hijo a la revista Enganche, Pascual Pérez le entregó parte del dinero que ganaba en las peleas a Juan Domingo Perón, que estaba en el exilio y que no tenía el dinero que se le había prometido. “Jorge Antonio no le mandaba ningún tipo de dinero, y mi padre trataba de ayudarlo”. El exilio de Perón no solo significó abandonar el país. También, el presidente argentino tras el derrocamiento tuvo los bienes congelados. En un acto de buena voluntad, el boxeador ofreció su ayuda y mostró su lealtad al presidente que lo convirtió en campeón

El argentino que peleó con Rocky

La película más importante del deporte mundial tuvo la presentación de un argentino. Y tiene un rol destacado. En la primera toma de la película aparece el Sagrado Corazón de Jesús, dos hombres hacen como que pelean. Sylvester Stallone, en la piel de Rocky Balboa, se enoja y se lanza contra su rival que le pegó un cabezazo antirreglamentario: es Spider Rico. En realidad, es el boxeador argentino Pedro Lovell.

Con un peinado setentoso, el argentino Pedro Lovell tenía todos los atributos estéticos para ser el primer rival de Rocky. Así Lovell intentó ser Spider Rico, aunque solo aparecíó en esa primera película -y años después en Rocky seis-  la marca del boxeo argentinos pasó por la película. Más allá de esta aparición, Lovell era de una familia de boxeadores. Su tío Guillermo ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Y su padre, Santiago Alberto, se quedó con la medalla de oro en los Juegos de Los Ángeles de 1932. 

Con una buena derecha y potente, tuvo un par de buenos triunfos. Antes de llegar al cine, Lovell intentó jugar al fútbol y llegó hasta la reserva de independiente. En total, Lovell  disputó 21 peleas y sólo cayó en dos oportunidades. Una de ellas ante el difícil Ken Norton que, un par de años antes, había vencido por puntos a Muhammad Alí. Tras la película, el boxeador viró hacia la intrascendencia y solo tuvo una última batalla: en Florencio Varela el 30 de julio de 1977. El mismo día que se retiró Carlos Monzón.