Casi dos años después de desvincularse de Floyd Mayweather y su empresa, un talentoso boxeador tomó una drástica decisión para su vida con la que imitó a Muhammad Ali. Con destino a convertirse en leyenda, el deportista dejó atrás su pasado con "The Money" y afronta una novedosa etapa en la que no dejará de ser protagonista. Es que, sin dudas, es uno de los exponentes en la actualidad por lo que hace arriba del ring y sus estadísticas lo demuestran.
Gervonta Davis es uno de los mejores a nivel internacional con sus 29 triunfos -27 por KO-, sin derrotas y con los cinturones mundiales en tres categorías diferentes. Sin embargo, la noticia no tiene que ver con su desempeño, sino con lo que hizo abajo del cuadrilátero. Lejos de involucrarse en polémicas como ya lo sufrió en distintos momentos de su carrera, ahora el campeón ligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) se cambió el nombre tal como lo hizo Ali (Cassius Clay).
A través de una ceremonia religiosa en la mezquita Hidayah, "Tank" Davis se convirtió al Islam y ahora su nombre es Abdul Wahid, lo cual significa "el sirviente del Único". Sin dudas, su determinación sorprendió a más de uno ya que su nombre y apellido nunca pasan desapercibidos en una velada de boxeo en Estados Unidos. Claro que, no dejará de combatir pero ahora será bajo una nueva identidad como lo hizo la recordada leyenda.
En cuanto a la "separación" de Wahid con Mayweather en 2022, sucedió luego de su pelea contra Rolando Romero en Brooklyn donde se impuso por la vía rápida en el sexto asalto. Con el objetivo de controlar su propia carrera y que no dependa del exboxeador, el nacido en Baltimore se desvinculó. Luego de este hecho, en 2023 peleó en dos oportunidades -Héctor Luis García y Ryan García- y ganó ambas de manera categórica. Con respecto a sus títulos, fue campeón en categoría superpluma y superligero, pero hoy lo es entre los ligeros por la AMB.
El antes y después de la carrera de Muhammad Ali
"The Greatest" (el más grande) peleó de manera ininterrumpida hasta 1967, cuando se negó a formar parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses. A raíz de su decisión lo despojaron de su licencia como boxeador y los títulos que poseía. Le impidieron pelear, salir del país, lo multaron y lo condenaron con cinco años de cárcel -salió bajo fianza-, pero nunca abandonó su lucha. Tres años antes tomó la decisión de convertirse a la religión islámica y cambió su nombre al que normalmente se lo conoce.
Ali volvió al deporte en 1971, pero en el medio atravesó distintos problemas legales por sus ideales. Clay dio charlas por las escuelas de su país acerca del racismo y su opinión acerca de la guerra de Vietnam de la que nació la frase: "No tengo problemas con los vietcong. Ningún vietcong me llamó negro". El histórico boxeador se ganó el respeto de muchísima gente, entre deportistas y figuras públicas. Tuvo varias distinciones debido a sus acciones, que dejaron atrás todo lo malo que atravesó durante aquellos años.