El boxeo argentino está de luto tras la muerte de un referente de dicho deporte a los 82 años. Con el paso del tiempo se ganó un lugar grande a nivel nacional y no por su desempeño en el cuadrilátero ya que no fue boxeador profesional a lo largo de su carrera. Al igual que otros dirigentes de dicha disciplina, estuvo abajo y cerca del ring, siendo parte importante en grandes peleas tanto a nivel nacional como también internacional. Por este motivo, su pérdida fue sin dudas un golpe terrible para el pugilismo local.
El hombre en cuestión es nada más y nada menos que Jorge Molina, exdirectivo de la Federación Argentina de Box y de otras entidades del deporte. Con el paso de los años se desempeñó como tesorero, secretario y líder máximo de la Comisión de Boxeo Profesional hasta que, tras la muerte de Luis Romio y Osvaldo Bisbal -autoridades de la FAB- se hizo cargo de la presidencia. Claro que, en este caso fue de manera interina ya que el cargo quedó vacante hasta las posteriores elecciones hasta la asunción de Luis Doffi.
Molina tuvo una excelente relación con otros dirigentes del boxeo tales como Paco Valcárcel, mandamás de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), de la que el argentino fue la cara principal a nivel latino. Su colega lo despidió con un triste mensaje en X (ex-Twitter), donde escribió: "Murió mí amigo y hermano Jorge Molina, vicepresidente para Latinoamérica de la WBO. Me causa un profundo dolor su partida tanto como me dolió la muerte de Luis Pérez hace 7 años y también nuestro ex-vicepresidente y amigo Alfonso Munera hace 7 días. Descansen en paz".
El expresidente de la FAB dejó su huella en el deporte de las narices chatas y, al no poder continuar en sus respectivos cargos, tomó la decisión de colgar los guantes. El pasado mes de febrero se retiró de sus trabajos ligados al boxeo y pocos meses después llegó su inesperado deceso.
Boxeo: una leyenda argentina ingresará al Salón de la Fama por una histórica pelea
El boxeo argentino vive días históricos y una nueva noticia irrumpió en los fanáticos del deporte de los puños años después de un icónico combate. Una leyenda del pugilismo nacional ingresará al Salón de la Fama luego de un duelo que marcó un antes y un después en 1923. Es que Luis Ángel Firpo, el juniense apodado bajo el mote de "Toro Salvaje de Las Pampas", tendrá un reconocimiento por aquel cruce contra Jack Dempsey en Estados Unidos.
Mientras en otros lugares del mundo se desarrollaban con normalidad, el boxeo en la Ciudad de Buenos Aires estaba prohibido y dicha contienda terminó con esa injusticia. Una gran multitud se acercó a las inmediaciones del Palacio Barolo para estar pendientes de las novedades que llegaban por medio de una antena ubicada en lo más alto del edificio. El nacido en Junín no ganó, pero en su regreso al país recibió la licencia n°1 a nivel nacional y fue sumamente reconocido. El pasado 14 de septiembre se cumplieron 100 años de la pelea y el homenaje para el hombre cuyos restos descansan en el Cementerio de la Recoleta es más que merecido.