Es 10 de diciembre de 1994 en nuestro país y un fiscal de Mercedes pide cuatro años de prisión para Diego Armando Maradona, por una agresión a periodistas mientras un boxeador argentino está a horas de tener su propia "Mano de Dios". Se trata de Jorge "Roña" o "Locomotora" Castro, aquel púgil nacido en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz que ya es campeón del mundo, pero que va por más a México en busca de su segunda defensa del título mundial mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). No sólo que esa noche le ganó a John David Jackson en el Estadio de Béisbol de Monterrey, sino que lo hizo después de conectar un golpe que quedará en su memoria, como en la de todos los amantes del boxeo.
El protagonista de aquella jornada habló con El Destape a 30 años de aquel logro que lo dejó en lo más alto e hizo aún más valiosa su carrera de lo que era hasta entonces. Tras ser campeón argentino y sudamericano de la categoría superwelter, tenía en sus manos el cetro más importante y lo exponía nuevamente en un duelo que, a priori, era más complicado de lo que decían los papeles. Jackson llegaba invicto con 32 victorias y se perfilaba para arrebatarle ese cinturón que el "Roña" ganó con el sudor de sus puños venciendo a Reggie Johnson en agosto del mismo año, en una ajustada decisión dividida en el Club Defensores de Villa Luján en San Miguel de Tucumán. No le fue nada fácil arriba del ring, pero hizo historia con una mano que quedará en el recuerdo y así lo rememoró.
Corría el cuarto capítulo de la contienda y Jackson se sentía cada vez más cómodo en el ring. Las ansias de ser campeón y de ganarle al argentino crecían con el paso del combate, pero lo que menos se esperaba era la definición. El rostro de Castro decía que estaba perdiendo, pero quién sabe si en esos instantes no planeaba ese golpe certero que sería clave para dar vuelta las acciones. El estadounidense tiraba y tiraba como si fuese la última pelea de su vida, apuntaba al ojo lastimado del argentino para abrir aún más la herida que su rincón trataba de cuidar.
Sin embargo, de tanto intentar se descuidó y ahí comenzó a gestarse ese momento que "va a quedar en la retina de todos los argentinos", tal como lo dijo el "Roña" en la entrevista con El Destape. "Es para toda la vida, fue un KO impresionante después de recibir una paliza", lo describió. No es para menos: esa victoria memorable lo colocó en un pedestal en el que sigue y seguirá estando porque el video no deja de dar vueltas en las redes sociales sea o no la fecha de su triunfo, porque los grandes lo recuerdan y los que tienen aspiraciones de convertirse en boxeadores o campeones mundiales también lo disfrutan.
El propio Castro lo recordó como lo que fue y dio detalles de esos instantes cuando sufría los ataques incesantes de su rival. "No lo voy a olvidar nunca más. Cuando le pegué la piña, se le dieron vuelta los ojos y cayó planchado. Se levantó dos veces pero ya estaba liquidado. En mí cabeza nunca pensé que la iba a perder. De hecho, al rincón le decía que no tiraran la toalla y yo ni sabía cómo estaba mí cara". Su ojo plenamente cerrado dejó en evidencia que no estaba nada bien, pero la zurda mágica, como la del "Diego" tantas veces -a quien recuerda que nunca lo pudo abrazar, sino que el propio 'Pelusa' lo abrazaba a él por admiración-, apareció para no perder lo que le pertenecía y escribir su nombre en la historia grande del deporte de las narices chatas. Jackson se levantó como un guerrero pero no pudo volver a ser aquel que "puso en aprietos" al pibe de Santa Cruz que representó a nuestro país de la mejor manera y dejó la bandera en lo más alto.
Su despedida de los cuadriláteros tuvo lugar en el 2007 y se despachó con una victoria por la vía rápida en el séptimo asalto en el Patinódromo Municipal de Mar del Plata un 27 de enero. Fueron 144 peleas profesionales de las cuales ganó 130 (90 por KO), perdió 11 y empató las 3 restantes. Si bien tuvo más chances para volver a ser campeón mundial fuera de nuestro país y hasta se consagró a nivel sudamericano en la división crucero, no quedan dudas que aquel combate del 10 de diciembre de 1994 es uno de los más importantes del boxeo.
La vida de "Locomotora" Castro a 30 años de aquel hecho histórico del boxeo argentino
A sus 57 años, el nacido en Santa Cruz continúa ligado al boxeo pero también a los comedores para ayudar a quienes más lo necesitan en un momento complicado para nuestro país. El campeón que de chico no tenía un plato de comida en su Caleta Olivia natal no pierde la humildad y tampoco baja los brazos cuando la situación no es la mejor. De hecho, abastece a 14 comedores en Lomas de Zamora y a 9 merenderos, en los cuales los números de gente que concurre creció considerablemente. "Antes eran 2100 personas las que se acercaban y hoy superan las 6400", aseguró a fines de agosto en diálogo con El Destape.