Mauricio Macri volvió a demostrar que su relación con Juan Román Riquelme está en el peor momento. De hecho, publicó una insólita versión acerca del máximo ídolo de la historia de Boca en su etapa como jugador, cuando el expresidente de la Nación era el mandamás de la institución entre 1995 y 2007.
En su segundo libro, llamado Para Qué, el líder de Juntos por el Cambio cruzó vergonzosamente al actual vicepresidente de la entidad de La Ribera. Y hasta lo criticó como futbolista, más allá de que fue el jugador más preponderante de todos los tiempos del "Xeneize".
La insólita versión de Macri sobre Riquelme como jugador de Boca: "Un problema"
En su libro Para Qué, el empresario de 63 años recordó que "la convivencia con Riquelme, un jugador muchas veces desafiante y reacio a aceptar cualquier tipo de límites, fue un problema complejo para (Carlos) Bianchi", en aquel entonces el entrenador del plantel profesional. Incluso, detalló: "Fui testigo de varios desplantes del jugador hacia el técnico en los entrenamientos y en los viajes".
Además, el ingeniero contó una anécdota ocurrida a finales de 2001, en la previa de la Copa Intercontinental en Japón: "En la víspera de la final contra Bayern Munich en Tokio, recuerdo que me colé en un entrenamiento para despuntar el vicio de patear la pelota, como hacía de chico". Acerca de aquel momento, repasó que "los jugadores estaban corriendo alrededor de la cancha. Todos menos Riquelme, que en lugar de recorrer el perímetro del campo de juego se esforzaba en correr menos y giraba, desganado, en la línea central".
"Román se acercó entonces hacia la zona en la que estaba junto al técnico y al preparador físico Julio Santella, y lo escucho decir: 'Carlos, suficiente, ya está... No quiero seguir dando vueltas a la cancha'", puntualizó el dirigente político. Incluso, destacó que "Bianchi hizo un gesto de fastidio" y amplió: "Yo me hice el distraído y seguí pateando al arco".
Según Macri, "para Carlos, que se había destacado desde siempre por ser un hombre muy estricto en cuanto a la disciplina y al esfuerzo igualitario, que un jugador quisiera imponer su propio entrenamiento era algo inadmisible". Por último, el expresidente del club recordó cuando el crack retornó en 2007 para ser la estrella de la última Copa Libertadores ganada por Boca: “Creo que Román sintió una profunda necesidad de demostrar que sus cualidades como jugador estaban intactas”. Para cerrar, opinó increíblemente que "Riquelme volvió y fue la figura excluyente del equipo” porque “a diferencia de lo que había ocurrido en el ciclo anterior, hizo la diferencia”.
Cuando Bianchi dejó en ridículo a Macri y se fue de Boca
La tarde del domingo 23 de septiembre de 2001 quedó en la memoria del fútbol argentino en general. En la conferencia de prensa posterior a la victoria por 6-1 contra Lanús en La Bombonera por el Torneo Apertura de aquel año, el entonces mandamás de la institución irrumpió en la sala para intentar convencer públicamente al "Virrey" de que continuara en la institución, ya que durante esa semana les había revelado a los medios de comunicación que no iba a extender su contrato que vencía en diciembre, luego de la Intercontinental ante Bayern Munich en Japón.
Como había trascendido que el DT se marchaba por sus diferencias con la dirigencia encabezada por Macri, el entonces dirigente quiso salvar su imagen pero le salió muy mal. No solamente no consiguió su principal objetivo, sino que el técnico más ganador de la historia del club se fue del lugar y lo dejó plantado.
El exjefe de Estado tomó la palabra en ese momento tan incómodo y dijo: “Creo que Bianchi es lo mejor para Boca, pero si vos Carlos querés tirar la toalla y pensás que no vale la pena volver a remar para el futuro, es tu decisión". "Estoy acá para hacer lo mismo que cuando fui a buscarte a España. Vos tenés que darnos una respuesta porque los hinchas de Boca debemos tener clara la situación y no que haya malos entendidos que nos llevaron a esta situación penosa, donde hubo insultos para los dirigentes y entre los hinchas por defender a unos y a otros”, lo apuró Mauricio. Visiblemente molesto por la insólita situación, Bianchi repetía a cada rato “ya está, chau”, ante el tímido “no corresponde” del directivo.
No obstante, Macri no se rindió y más tarde lo destrozó públicamente: “Yo soñaba terminar mi mandato con él, me parece que lo que hace es un disparate. Acá nadie hizo más fuerza que yo para que este señor fuera el técnico de Boca y ahora abandona el barco en el peor momento". "Me duele que haga esto porque lo sacamos del ostracismo hace tres años y medio y ahora nos abandona", profundizó. Por último, se resignó porque "si él no quiere más escalar el Aconcagua y llevar a la cima a Boca, bueno... Así es el fútbol". "Hoy sos Gardel y mañana, canillita”, cerró.