Mauricio Macri tiene la cuenta pendiente de recuperar el poder en Boca Juniors que perdió en 2019, a manos de Juan Román Riquelme. Tras meterse en la política nacional y diagramar una estrategia a favor del presidente electo, Javier Milei, ahora el exmandatario pone el foco en el "Xeneize" para continuar su modelo de negocios que lo llevó a tener su primera disputa con Carlos Bianchi, en la época de oro: la llegada de los chinos Yao Li y Guo Xu Li en 2004 para incursionar en un nuevo mercado, pero que pasaron sin pena ni gloria.
"El 9 de Qatar". Almoez Alí era un nombre ignoto hasta hace unos días en el mundo Boca, hasta que Riquelme reveló un pedido que le hizo Macri para que le abriera la puerta al delantero del seleccionado asiático. El por qué de la soliciut, según explicó esta tarde el propio expresidente, tenía que ver con una devolución de favores para el emir de dicho país, Tamim bin Hamad Al Thani, quien propició el desembarco de Qatar Airways en la publicidad de la camiseta "Xeneize". Lo cierto es que, esa búsqueda continua de negocios con territorios exóticos y alejados de estas latitudes, comenzó hace más de dos décadas en Boca, con el arribo de un japonés y luego con dos futbolistas de China. Una historia que Macri intentará repetir si su fórmula resulta elegida en diciembre.
La historia de Yao Li y Guo Xu Li en Boca, los chinos que trajo Macri y que Bianchi no tuvo en cuenta
En 2001, Macri dio su primer paso hacia mercados internacionales, luego de conquistar la Copa Libertadores e Intercontinental del 2000. Naohiro Takahara, señalado como una de las mejores proyecciones de Japón, firmó contrato con el club como parte de una promesa del exjefe de Gobierno porteño de conquistar capitales extranjeros que decantarían en una lluvia de inversiones en el club "Azul y Oro". Desde los números, la experiencia habla por sí sola: en los 7 partidos que disputó, el delantero convirtió un solo gol y su sueño por suelo argentino terminó seis meses después.
La fracasada aventura, sin embargo, tuvo un segundo y tercer capítulo por parte de Macri, pero en estas oportunidades con China como el país apuntado para abrir nuevos horizontes económicos, pero la idea del empresario chocó contra un impoderable: el pragtamismo y la seriedad de Bianchi, ajeno a ese tipo de negocios. El pionero en llegar a Boca desde allí fue Yao Li, con pasado en Dalian Shide, pero su estadía fue más corta de lo prevista e imaginada. En los primeros días de enero, el futbolista que podía jugar en el mediocampo, se unió a la pretemporada Posada de los Pájaros, el histórico lugar elegido por Boca para hacer una preparación con la exigente preparación de Julio Santella, preparador físico.
Luego de seis días de entrenamiento de triple turno a la par de jugadores que habían ganado todo como Riquelme, Martín Palermo, Hugo Ibarra, etc, fue Bianchi quien decidió bajarlo por no estar a la altura de las expectativas, desde lo técnico y también desde lo táctico. Una lesión en la última jornada de entrenamiento físico, concluyó su experiencia en Tandil. La decisión fue el primer cortocircuito entre presidente y entrenador, y Macri, incluso, evidenció su enio contra el periodismo, al considerar que al volante de 26 años se la había faltado "el respeto".
Lejos de quedarse con los brazos cruzados, el por entonces mandamás de Boca intentó imponerle otro futbolista al "Virrey". En marzo de 2024, tan solo dos meses después del fracaso que constituyó la primera experiencia, a Boca llegó Guoxu Li, proveniente del Chongqing Lifan, con el Torneo Clausura recién iniciado. Pero el reverso de esta situación cuenta con una historia oculta, a la que Bianchi recién se enteró casi sobre el final del año: el lateral o valante izquierdo, que se había unido gracias a un acuerdo que Macri firmó con dirigentes de China, había sido apartado de su club debido a que el entrenador no lo iba a tener en cuenta.
Por expreso pedido del presidente "Xeneize", Guoxu Li tuvo una prueba con el plantel profesional. Su nivel fue tan bajo que practicó algunas semanas en los picados informales del equipo y luego alternó sus días en Casa Amarilla también con la Reserva. Para sorpresa de varios, tras regresar a China, el jugador que decía tener 26 años fue inscripto cablegráficamente por Boca en AFA, pero su retorno a Ezeiza llamativamente nunca se dio. La experiencia pareció ser decisiva para los intereses de Macri de captar empresarios privado del mercado asiático, sin embargo, sus contactos con Qatar dejan la puerta abierta para continuar sus negocios en Boca.