A horas de que Emanuel Ginóbili ingrese al Salón de la Fama y que su nombre quede para siempre inmortalizado en la mejor competencia de básquet del mundo, la NBA publicó un emocionante video donde repasa su historia en San Anotonio y en el que el mejor jugador de la historia de Argentina confiesa cómo vivió su inolvidable paso allí. La ceremonia será el sábado 10, a las 19 horas (Argentina).
La noche en el Symphony Hall de Springfield, Massachussetts, quedará marcada para el deporte argentino: por primera vez, la NBA seleccionó un basquetbolista de nuestro país para ser parte del selecto grupo de los mejores jugadores de la historia. Aprovechando el momento emotivo, la organización difundió un resumen de la carrera de "Manu" en donde se ve y escucha a la ícono de los Spurs reflexionar sobre su historia en el torneo estadounidense.
"Nunca me imaginé que todo esto me iba a suceder. Ningún argentino lo había logrado en la NBA. ¿Por qué lo iba a hacer yo?", comienza relatando Emanuel, a la par que muestran imágenes suyas cuando brillaba en la franquicia de Texas. "El día que fui seleccionado en el draft estaba jugando con Argentina en el medio del Amazonas, y tuve que googlear San Antonio. No tenía idea dónde quedaba. No podía creer que estaba sucediendo", continúa el campeón olímpico con Argentina en Atenas 2004.
"Hubo muchos momentos inolvidables: cuando me mostraron el vestuario y ahí estaba mi nombre, al lado de David Robinson, ese fue un gran momento; cuando en mi tercera temporada comencé a sentir que pertenecía a este mundo", comenta el bahiense. Y luego, analiza cómo era su relación con Greg Popovich, coach de los Spurs: "Cuando Pop me gritaba por alguna jugada lujosa, no entendía porque para mí era natural hacerlo. Pero poco a poco empecé a ser maleable, aprendí mucho, me hice mejor jugador porque tuve un entrenador así, que me hizo entender cómo funciona un equipo. Pero también afuera de la cancha, como una figura paterna".
Además, Ginóbili confiesa la importancia que tuvieron los integrantes del plantel a lo largo de su estadía en la NBA: "Fui un afortunado en tener a compañeros de alta calidad. Jugué 16 años y, con algunos, estuve más de 10. Fue único y extraordinario". Y, para finalizar, comenta lo que sintió durante parte de su carrera y cómo fue cambiando su pensamiento sobre el disfrute y el juego: "Por muchos años no disfrutaba todo el camino, solo disfrutaba si ganaba el último partido. No hay manera que yo o los que cerca mío pudiéramos ambicionar una carrera como ésta. Este juego me dio tanto que estaré en deuda por siempre, sin dudas.