Lewis Hamilton pidió el viernes un cambio en el organismo rector de la Fórmula Uno tras lo que calificó de trato "inaceptable" a Susie, la esposa de su jefe de equipo en Mercedes, Toto Wolff, por una supuesta violación de la confidencialidad.
El piloto más laureado de la F1, siete veces campeón del mundo y tercero en la clasificación general esta temporada, habló en una rueda de prensa previa a la gala de entrega de premios de fin de año de la FIA en Azerbaiyán.
"Ha sido una semana decepcionante, al ver que el organismo rector de nuestro deporte ha intentado cuestionar la integridad de una de las líderes femeninas más increíbles que hemos tenido en nuestro deporte", afirmó el británico. "Sin preguntar, sin ninguna prueba. Y al final se limitan a pedir perdón, y eso es inaceptable".
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"Hay una lucha constante para mejorar realmente la diversidad y la inclusión dentro de la industria, pero parece que hay ciertos individuos en el liderazgo dentro de la FIA que, cada vez que tratamos de dar un paso adelante, tratan de hacernos retroceder, y eso tiene que cambiar", agregó.
Susie Wolff dirige la serie F1 Academy, en la que participan todas las escuderías de la especialidad, y depende directamente de Stefano Domenicali, director ejecutivo de la F1.
Wolff dijo que recibió insultos en Internet después de que la FIA anunció que estaba investigando especulaciones de los medios sobre la transferencia de información confidencial entre un director de equipo y un empleado de la F1.
El organismo rector dio marcha atrás el jueves, después de que se identificara públicamente a los Wolff como los implicados y de que los rivales de Mercedes negaran haber presentado queja alguna contra ninguno de ellos.
Toto Wolff dijo en un comunicado emitido a través de Mercedes que había un intercambio legal en curso con la FIA. "Esperamos total transparencia sobre lo que ocurrió y por qué, y nos hemos reservado expresamente todos los derechos legales", añadió el austriaco.
La FIA declaró el jueves que no había "ninguna investigación en curso en términos de investigaciones éticas o disciplinarias que impliquen a ningún individuo".
El episodio fue ampliamente interpretado como parte de una lucha de poder entre la FIA, dirigida por el emiratí Mohammed Ben Sulayem, y la Formula One Management (FOM), propiedad de Liberty Media, y los equipos.
Susie Wolff, expiloto de velocidad y exjefa de equipo de Fórmula E, dijo que nadie de la FIA había hablado con ella directamente tras dos días de insinuaciones sobre su integridad.
"Puedo haber sido un daño colateral en un ataque infructuoso contra otra persona, o el blanco de un intento fallido de desacreditarme personalmente, pero he trabajado demasiado para que mi reputación se ponga en duda por un comunicado de prensa infundado", dijo.
"No permitiré que me intimiden y pienso seguir adelante hasta averiguar quién ha instigado esta campaña y ha engañado a los medios de comunicación", indicó. "Lo que ha ocurrido esta semana no es suficiente. Como deporte, debemos exigir, y nos merecemos, algo mejor".
(Editado en español por Carlos Serrano)