La llegada al olimpo de los deportistas no es solo por los títulos, por las carreras ganadas o, simplemente, por el éxito. La cercanía al pueblo o la posibilidad de abrir caminos también elevan. Froilán González no fue campeón del mundo en la Fórmula 1, pero fue el primer piloto que le hizo ganar una competencia a Ferrari. El Toro de las Pampas fue el que le dio rienda suelta a Il Cavalino Rampante.
El 14 de julio de 1951 Froilán González, por fin, le dio la primera victoria a Ferrari. Fue en Silverstone, en Gran Bretaña. “Fangio manejaba un Alfa Romeo y cuando llegamos al circuito, dimos unas vueltas y me dijo: 'Este es un circuito para Ferrari. Nos ganan. Y tuvo razón”, recordaba el Toro de Las Pampas. A lo largo de su trayectoria tuvo dos victorias: las dos en Silverstone.
En 1954, por otro lado, fue partícipe de uno de los momentos más gloriosos del deporte argentino, pero injustamente poco recordado. Argentina obtuvo el 1 – 2 en el campeonato mundial de Pilotos. El primero, por supuesto, fue Juan Manuel Fangio, uno de sus grandes amigos, el segundo fue Froilán.
Mucho antes de convertirse en campeón del mundo, Froilán tuvo un paso por la “Fuerza Limitada”, una de las categorías de ese momento que, a diferencia del Turismo Carretera, se corría en circuitos. “Nunca me gustó correr mucho en Ruta”, recordaba Froilán. Tras su ascenso y al convertirse en un ídolo popular, Juan Domingo Perón le tomó afecto. A tal punto que luego de una suspensión en una carrera hubo un llamado especial. En una entrevista a El Gráfico recordó: “No me dejaba largar una carrera en Retiro, no me permitía cambiar las bujías y salí rateando. Yo sabía la que se venía. Y le dije 'No me toque porque le voy a sacar la cabeza de una trompada'. Me suspendieron, pero la sanción me la sacó mi amigo”. Y prosiguió: “Perón levantó el teléfono y buscó hablar con el Automovil Club Argentino. A Froilán hay que levantarle la suspensión. De parte del General Perón".
“A Perón le gustaban las motos. Iba rápido”, reveló en varias entrevistas González. Además, en su historia, Froilán se guardó una carta. Fue el artífice del autódromo en la Ciudad. “Después de la primera temporada de F1 en 1950, un día nos recibió Perón y nos preguntó qué necesitábamos. Fangio me miró y le respondió: ‘Un autódromo, General’”.
Perón les propuso las 200 hectáreas en el Sur de la Ciudad. El proyecto había comenzado y así comenzó el trabajo para que el 9 de marzo de 1952 se inaugure el Autódromo de la ciudad de Buenos Aires. El sueño y su pedido, se hicieron realidad.