Agustín Canapino sigue haciendo historia en el automovilismo. El piloto de 33 años brilló en todas las categorías en las que corrió y actualmente se destaca en el IndyCar Series de Estados Unidos, una competencia históricamente esquiva para los argentinos. Luego de haber sido campeón a nivel nacional en el TC (Turismo Carretera), TC 2000 y Top Race, entre otros, ahora el ídolo de Chevrolet sorprende porque participará a bordo del Dallara en las 500 Millas de Indianápolis.
Oriundo de Arrecifes, el corredor debió superar la presión por ser el campeón más joven del TC, la muerte de su padre y preparador Alberto Canapino por el coronavirus y la adaptación a una competición para la que se había preparado muy poco. Ya listo en Norteamérica, el máximo deseo es terminar en la pista las 500 Millas y acabar entre los 15 primeros del IndyCar en 2024.
El piloto arrecifeño se destacó desde muy chico en las diferentes categorías, aunque tiene una particularidad: prácticamente no pasó por las divisionales menores y es uno de los primeros en formarse mayormente a través de los videojuegos y los simuladores de automovilismo. "Yo jugaba siempre varias horas por día con el simulador en mi casa. Era insoportable y obsesivo. Gracias a lo virtual empecé a entender cómo era una carrera de verdad", contó en diversas entrevistas periodísticas.
En Arrecifes (Provincia de Buenos Aires) se forjaron varios cracks de este deporte a nivel nacional: todos los Di Palma, Norberto Fontana y José Froilán González aparecen entre ellos. A pesar de la negativa inicial de su padre Alberto Canapino, uno de los mejores preparadores de la historia y multicampeón en ese rol, fue uno de los referentes de la marca y de su ciudad natal el que pudo convencerlo para que su hijo se subiera por primera vez a un auto de carreras real: Marcos Di Palma. El "Loco" -o el loquito- fue el que lo llevó a su primera prueba en San Jorge, según contó en varias entrevistas, se subió al avión y lo alcanzó para probarlo. En charla con El Destape, Di Palma, contó: "El padre no quería que sea corredor. Un día agarra y me dice 'Agustín me está rompiendo las pelotas, andá vos ¿te animás a acompañarlo? Y como yo era amigo del padre y soy amigo de él, fui. Lo llevé. Y ahí me di cuenta que es un animal". Así fue que, con apenas 15 años, Agustín se convirtió en el corredor más joven en debutar en la Copa Megane en 2005.
Si bien nunca había tocado un auto de carreras, lo cierto es que Agustín había tenido años de simulador. Era su obsesión y, muchas veces, contó esa trabajo que hizo. Sin embargo, Marcos Di Palma se enfurece -en charla con este medio- al escuchar que esa máquina tiene algo que ver con su actualidad: "No tiene nada que ver. Lo de Agustín es innato, es increíble. Lo tiene incorporado en la sangre. Es como que digan que Messi es bueno porque aprendió a patear con un simulador. Lo de él es de él" y siguió: "No quiero faltar el respeto. Pero es el mejor que vi yo, mejor que yo, que mi viejo, que Traverso. Desde Fangio para acá, es el mejor de todos. Es un animal manejando".
Para los muchos que quedan afuera de lo que puede ser Agustín Canapino, Di Palma lo resume en dos situaciones: "Las maniobras que hace, lleva el auto al límite sin hacer cagadas. Y lo hace todo el tiempo. Podés ir rápido una vez, pero cuarenta vuelta seguidas. Ahí es donde se complica todo. Es un ritmo impresionante y todo en una baldosa. Al momento lo decide". Una vez, segun reveló el mítico piloto de Chevrolet, Agustín se subió al auto y, en las primeras vueltas, metió 24,5 segundos. Di Palma, se subió al mismo vehículo y tras una vuelta rápida no le querían decir el tiempo, hasta que le dijeron 23,9. "Salí como loco, no podía ser. Solo seis décimas. Me subí, cerré la puerta. 23 clavados metí. Me bajo del auto, él da otra y mete 23,5. Me preguntaron si quería hacer una más. No, ni loco. Hasta acá, dije y ya fue", contó. En un instante, se dio cuenta que Canapino era cosa seria.
Así fue como, después de un tiempo, los permanentes triunfos y récords de vuelta del "Titán" en esas categorías menores llamaron la atención y rápidamente el equipo Chevrolet oficial lo contrató en 2007 para estrenarse en el TC 2000 a bordo de un Astra. Aquel entonces fue una bisagra en su impresionante trayectoria deportiva: se transformó en un ícono absoluto de una de las dos marcas más populares del país junto a Ford. Tal es así que con "El Chivo" ya consiguió 7 campeonatos: 4 del TC, 2 del TC 2000 y 1 del TC Pista. Además, se llevó otros 8 trofeos: 7 en el Top Race (o TRV6) con Mercedes y 1 en la Copa Megane con Renault. Con apenas 33 años ya acumula 15 títulos y va por más, aunque ahora en el exterior. Más allá de los números, los hinchas en "La 15" le valoran otras cuestiones: sus remontadas espectaculares, sus triunfos viniendo desde atrás bajo la lluvia, la pasión por esta actividad y que jamás correría con otra marca en la Argentina.
Como les ocurrió a millones de personas en el mundo, el coronavirus se llevó al hombre más amado de su vida el 15 de febrero de 2021. Cuando sólo tenia 31 de edad, "Canapa" sufrió muchísimo la noticia que sacudió al ambiente del automovilismo argentino por el fallecimiento de un chasista de lujo y muy querido en el ambiente. A partir de ese quiebre, ya nada sería igual para él. "Cada carrera que gano ahora se la dedico a mi viejo... Cuando me preguntan por mi apellido, siempre digo lo mismo: ¿cómo me va a molestar ser ´el hijo de´ si tuve la suerte de tener al mejor? Porque él fue el mejor, lejos".
“Mi viejo, mi amigo, mi hermano, mi socio, mi profesor, mi psicólogo, mi todo... La vida siempre nos llenó de desafíos. Como te dije en nuestra última charla antes de que te durmieran: gracias por todo lo que me diste, no sería nada sin vos", publicó Agustín en esa época. "Hoy siento que no puedo, quienes están conmigo saben lo duro que ha sido todo siempre para mí y en especial estos dos últimos años. Les aseguro que las victorias y los títulos no sirven de nada si no tenés a tus seres queridos sanos de cuerpo y mente al lado tuyo”, se descargó en una carta conmovedora dedicada a su mentor.
"Te prometo que voy a seguir, no sé cómo porque vos eras el director de toda la orquesta y el mejor director que podía haber, pero de alguna manera voy a seguir como pueda. Hay mucha gente que me va a ayudar porque ni vos sabés la cantidad de gente que ayudaste y enseñaste en este deporte que era tu vida, nuestro amado automovilismo", insistió. "Me ilusionaba con despertarme hoy y me digan ´tranquilo , Cabeza, era sólo una pesadilla´ pero no, la re concha de la lora, es verdad, qué locura... Estoy hecho mierda, derrotado, perdido, como duele la re puta madre... Gracias pa, no te imaginás lo que ya te extraño y te voy a extrañar", completó.
La incursión de Canapino en el IndyCar de Estados Unidos
Con varios trofeos en su palmarés y prácticamente sin nuevos objetivos locales en su haber, la propuesta deportiva y económica lo llevó a aceptar un enorme desafío a inicios de 2023: ser parte de la competencia más prestigiosa de América. Allí todo es diferente: los autos, la velocidad (unos 100 kilómetros por hora más de promedio que en el TC), las condiciones de las pistas, los autódromos, la presencia de los óvalos y los rivales, algunos de ellos con pasado en Europa. Un reto espectacular que lo tiene como uno de los integrantes del equipo Chevrolet 77 del Juncos Racing, propiedad del argentino Ricardo Juncos. Su compañero es el inglés Callum Ilott.
Con rendimientos muy positivos en el arranque de esta aventura, Canapino logró terminar entre los 30 primeros en la clasificación y largará 27° en las 500 Millas de Indianápolis. Dicha competencia forma parte de la denominada Triple Corona de este deporte a nivel global, junto con Las 24 horas de Le Mans en Francia y el Gran Premio de Mónaco de la Fórmula 1. Tras 83 años, será el cuarto argentino en participar en la historia luego de que lo hicieran Martín de Álzaga Unzué (1923), Juan Antonio Gaudino (1932) y Raúl Riganti (1940). A bordo del Chevrolet-Dallara, la meta principal será terminar la carrera, independientemente de la posición final.
Ahora, después de 83 años, Canapino ya logró una hazaña para Argentina y tiene al país fierrero envuelto en una expectativa descomunal. Sin embargo, no quedan dudas de que está al nivel del piloto está a la altura de la expectativa.