El máximo tribunal europeo de derechos humanos falló el martes a favor de la corredora olímpica Caster Semenya, afirmando que los tribunales suizos deben darle una nueva oportunidad para luchar contra la exigencia de que las atletas con un alto nivel natural de testosterona tomen fármacos para reducirlo.
La doble campeona olímpica sudafricana de 800 metros, de 32 años, había acudido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en febrero de 2021, tras perder los recursos interpuestos ante el TAS, máximo tribunal del deporte, y el Tribunal Federal Suizo (TFS) en una larga batalla legal.
El TEDH dictaminó, por una escasa mayoría de cuatro votos contra tres, que el recurso original de Semenya contra el reglamento del Atletismo Mundial no había sido debidamente escuchado.
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"El Tribunal consideró, en particular, que la demandante no había gozado de suficientes garantías institucionales y procesales en Suiza para que sus quejas pudieran ser examinadas de forma efectiva", declaró el TEDH en un comunicado.
Semenya puede tener ahora libertad para apelar, una vez más, las normas que suspendieron su carrera, pero aún queda camino por recorrer en ese sentido.
Durante los tres meses siguientes a la sentencia del TEDH, esta no es definitiva y cualquiera de las partes puede solicitar que el caso se remita a la Gran Sala del Tribunal.
La Asociación Mundial de Atletismo ha declarado que mantiene sus normas y ha añadido que animará al Gobierno suizo a solicitar una revisión de la sentencia.
"Seguimos opinando que el reglamento DSD es un medio necesario, razonable y proporcionado para proteger la competencia leal en la categoría femenina, tal y como determinaron el Tribunal de Arbitraje Deportivo y el Tribunal Federal Suizo, tras una evaluación detallada y experta de las pruebas", declaró la Asociación Mundial de Atletismo en un comunicado.
Semenya padece una enfermedad conocida como hiperandrogenismo, que se caracteriza por unos niveles de testosterona superiores a los habituales, una hormona que aumenta la masa muscular, la fuerza y la hemoglobina, que afecta a la resistencia.
Según el reglamento, para poder competir en pruebas femeninas, las atletas con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) que den lugar a niveles elevados de testosterona deben reducirlos a los de "una mujer sana con ovarios". Pueden tomar la píldora anticonceptiva, inyectarse mensualmente o someterse a una intervención quirúrgica para extirpar los testículos.
Con información de Reuters