El fútbol femenino en jaque por la crisis económica: cuando no alcanza ni para los botines

El fútbol femenino también está en pie de lucha para mantenerse. El aumento de la canasta básica, el transporte y la quita de presupuesto para la transmisiones son un duro golpe para una disciplina que trata de organizarse a pulmón. 

08 de marzo, 2024 | 00.05

Las medidas económicas que implementó el gobierno de Javier Milei en Argentina tienen un impacto directo en diferentes aristas de la vida cotidiana y, en ese punto, el fútbol femenino y sus protagonistas no quedaron exceptuadas de esta situación.  Ya se por las dificultades para participar de torneos o, incluso, por la dificultad para llevar adelante la disciplina todo se hace cuesta arriba para la categoría que, además, perdió visibilidad por otro tipo de políticas que tienen que ver con la transmisión de la Liga en sí misma. 

El debate desde 2019 en torno al fútbol femenino argentino gira alrededor de la semi - profesionalización. Desde algunos lugares, se hace énfasis en lo “semi” porque, si bien la Asociación del Fútbol Argentino lo presenta como profesional, el torneo de primera división no lo es al 100%. Según el reglamento del torneo próximo a comenzar, se sostiene la cantidad de contratos exigidos en la temporada 2023, con un mínimo obligatorio de 15 jugadoras profesionales por plantel. Entre los 18 equipos que van a conformar la máxima categoría del fútbol argentino, con una nómina de entre 20 y 35 jugadoras, podría decirse que alrededor del 50% de las futbolistas de primera son profesionales. Según Chequeado, en julio del 2023, las jugadoras amateur representaban más de un 40% del total y ningún club tenía un plantel profesional completo, tan solo 5 equipos superaban los 20 contratos. Con este contexto, la situación se torna aún más inestable.

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Dalma Mancilla, jugadora profesional de Belgrano, reflexiona sobre su propia experiencia: “Si yo tuviera que vivir con lo que me pagan, no podría. Yo hoy no estoy pagando un alquiler tan caro, pero, por ejemplo, si tengo que pagar el alquiler sola y justo se me rompen los botines, que son una herramienta de trabajo fundamental para nosotras, no me alcanza. O me compro los botines o pago el alquiler o no como”. Es notorio, más allá de todo, que muchos clubes hacen un esfuerzo para compensar cada fisura que va apareciendo en este sistema “semi” profesional. Belgrano, por su parte, es una de las instituciones que ofrece a sus jugadoras la posibilidad de trabajar en otras áreas en el Club: en cada partido del fútbol masculino profesional, se ocupan de cuestiones organizativas y pueden hacerlo siempre que quieran y estén disponibles. Además de buscar extras económicos, el Pirata sostiene las meriendas diarias en equipo, ofreciendo diversas opciones nutricionales para que cada una pueda suplementar su dieta con los nutrientes necesarios para su desarrollo como deportista. Dato no menor, ya que -una obviedad- la comida es una base fundamental para futbolistas y cualquier atleta de alto rendimiento. A esto, por su parte, en Córdoba se le suma que el boleto del colectivo, por ejemplo, para ir a entrenar es superior -en muchos casos- a los mil pesos. 

En este sentido, Florencia Chiribelo, arquera y capitana de Independiente, comenta: “Yo creo que para aquellas que cobran un buen sueldo para lo que es el fútbol femenino, incluso para esas jugadoras es difícil mantener la alimentación de un deportista de alto rendimiento. Eso es muy caro; suplementos si los necesitas, carne, huevo, no sé, un montón de cosas. Todo está carísimo. Yo creo que, bueno, comen, que en este momento y con lo que ganan las jugadoras, es mucho decir. Solamente creo que la que anda bien es aquella que tiene otro trabajo. Y anda bien pero la pelea también. Llega reventada; del trabajo va al club o sale del club y se va al trabajo. Es decir, que tampoco puede rendir y practicar al 100% el deporte”. E inevitablemente la reflexión es negativa: “La guita que puede llegar a ganar alguna que otra jugadora, si está sola acá, es para pagar un alquiler y para mínimamente comer. Sin ningún lujo. Mínimamente comer. Ni ropa, ni ninguna otra cosa”, concluye Chiribelo. En su larga experiencia como futbolista argentina, Florencia no es optimista con la realidad de la disciplina y resalta: “Hay jugadoras que es admirable el esfuerzo que hacen para poder seguir haciendo lo que aman”.

Más allá de los contratos -que surgen del convenio colectivo de trabajo de AFA con Futbolistas Argentinos Agremiados- algunos clubes ofrecen otras alternativas a aquellas que no tienen posibilidad de firmar, para intentar compensar algunos aspectos de la economía, ya que la exigencia del torneo es, año tras año, más profesional. Algunas alternativas son los famosos “viáticos”, que las instituciones acuerdan con cada futbolista para contribuir en transporte o materiales de entrenamiento. 

Los salarios ya venían atrasados desde el primer contrato profesional en 2019 y hoy se encuentran en un básico de $203.500. Con ese monto, una jugadora debe: viajar a entrenar de lunes a viernes, cumplir con un plan nutricional y, básicamente, subsistir.  En este punto, con un boleto en colectivo a $270 o en tren a $130, los números hacen que el sueldo apriete cada vez más. A esto, además, se suma que no es la primera ni la única actividad que tienen la mayoría de las jugadoras. Es por esto que todas -salvo excepciones- se ven en su mayoría obligadas a tener un trabajo extra o compartir gastos cotidianos. Son muchos los casos en los que las jugadoras viven juntas, utilizan la pensión de los clubes o acuerdan con las instituciones jugar a cambio de un lugar donde vivir, principalmente aquellas que llegan desde otras provincias a jugar en Buenos Aires.

La difusión del fútbol argentina en crisis

Yendo un poco más allá de las medidas económicas que impactaron directamente en el ingreso y el poder adquisitivo de las jugadoras, hubo también decisiones que afectaron a la disciplina en general, como la intervención y el desfinanciamiento de los Medios Públicos. Desde agosto del 2021 hasta diciembre del 2023, el torneo femenino de primera división fue transmitido por TV Pública, DEPORTV y la plataforma CONT.AR. La no renovación del contrato de AFA, YPF y los Medios Públicos para poder televisar los partidos del femenino es una pérdida significativa. En términos económicos, los clubes pierden pantalla y pierden chances de venderse a los sponsors y sumar ingresos para poder reducir el déficit y comenzar a pensar en ganancias con el fútbol femenino. En palabras de Franco Ramírez, delegado de Independiente fútbol femenino en AFA: “Es una pérdida difícil, imposible de subsanar hoy en día; una por el contexto económico del país y la otra porque con esto de la desaparición de las transmisiones públicas tampoco va a haber alguien que se preocupe en invertir en el fútbol femenino”. Pensando en maneras de amortiguar el golpe, Ramírez agrega: “La gente que va a la cancha yo creo que va a seguir yendo a la cancha, pero la gente que consume a través de la televisión no va a ser la misma. Sujeto a esto también hay otras cosas que vienen detrás, hay muchos clubes -la mayoría diría yo- que se les va a dificultar conseguir un sponsor para la camiseta que venga con X cantidad de plata, que sirva, que sea buena para el club. Hoy creo que en esa famosa “ingeniería económica” se busca que la camiseta del club sea más parecida a la camiseta del equipo del barrio; que tenga el kiosquito de la esquina, la carnicería del barrio, esos pequeños aportes quizá van a ser los que van a estar más a disposición de los clubes hoy en día”.

Además, si bien es cierto que durante el 2023 se redujo el presupuesto para las transmisiones y había clubes que eran más televisados que otros, ahora directamente los partidos serán parte del pack fútbol. Una noticia ambigua para el fútbol femenino: por un lado, la alegría de seguir teniendo televisación; por el otro, sentir la caída de la visibilidad por la privatización de los derechos. En TV Pública y DEPORTV, cualquier argentino/a podía consumir fútbol femenino, pero ahora deberá pagar un mínimo de $5300 por mes para acceder a TNT Sports, que será la cadena transmisora.

Si bien el femenino entrará en el mismo paquete que la Liga Profesional Argentina (TNT Sports - ESPN Premium), la caída también se da en la cantidad de partidos; durante el 2021 y 2022, se transmitieron absolutamente todos los partidos del torneo de primera división, finales de ascenso y torneos amateurs de Argentina, en 2023 se redujo a una cantidad de 4 a 6 partidos por fecha en primera y en 2024 serán 2 partidos por semana los que puedan disfrutarse en la televisión por cable. El desafío será que este retroceso en visibilidad no se transfiera en un retroceso en la disciplina y el impacto sea lo menos severo posible. Para eso será necesario mancomunar esfuerzos: jugadoras, -algunos- dirigentes, periodistas e hinchas.