Esculturas realizadas en materiales tan disímiles como papel higiénico, mármol o cristal y piezas construidas con ladrillos de Lego forman parte de una inquietante muestra que el artista y activista chino Ai Weiwei presentará próximamente en el Museo del Diseño de Londres y en la que con eje en la pérdida de la memoria cultural el creador une lo antiguo y lo moderno con obras inspiradas en la pandemia.
Concebida por primera vez desde el diseño y la arquitectura, la muestra "Ai Weiwei: Making sense" ("Construyendo sentido"), reunirá obras nuevas creadas especialmente para la ocasión y otras nunca antes vistas en el Reino Unido, entre ellas un homenaje a los miles de niños muertos en el derrumbe de sus escuelas durante el terremoto de Sichuán en 2008.
Inspirada en la pandemia de coronavirus, se expondrán tres esculturas de papel higiénico -dos rollos a tamaño natural, uno de mármol y otro de cristal- que demuestran la demanda de productos básicos desechables durante la crisis generada a partir de esa enfermedad.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"La muestra incluye cosas que consideramos sin valor en tiempos normales, algo tan inútil como un rollo de papel higiénico, que durante la pandemia se convirtió de repente en algo valioso... Eso para él era una señal real de cómo los objetos pueden ganar y perder valor dependiendo del contexto de nuestros tiempos", explicó Justin McGuirk, conservador jefe del Museo del Diseño y curador de la exposición, consignó The Art Newspaper.
La exhibición está integrada por una serie de instalaciones específicas, compuestas por cientos de miles de objetos ubicados en secciones denominadas "campos". Son obras coleccionadas por el artista en los últimos años, como herramientas de la Edad de Piedra y ladrillos de Lego.
"Es una exposición sobre valores, una meditación sobre los valores culturales y cómo cambian con el tiempo", explicó McGuirk quien agregó que Ai presenta "una historia de la fabricación a lo largo de miles de años".
Uno de esos "campos", incluye fragmentos de las esculturas de porcelana de Ai que fueron destruidas cuando su complejo de estudios Left Right en Pekín fue demolido por el Estado chino en 2018. Para el artista esas piezas "tienen un valor moral".
"Soy probablemente el único artista de nuestra historia cuyos principales estudios fueron destruidos por el mismo gobierno y todavía no tiene ningún sentido por qué tenían que hacerlo, a parte de querer hacer algo para castigarme", aseguró Ai en una videoconferencia, consignó la agencia de noticias AFP.
"Pero castigarme por qué, como artista están castigando el individualismo, la libertad de expresión. Castigan a cualquiera que intente plantear una pregunta o un argumento sobre su legitimidad", agregó.
En tanto, el "campo" de Lego mostrará ladrillos que fueron donados al artista después de que la compañía dejara por un tiempo de suministrarle material a raíz de sus retratos de presos políticos hechos con material de esta marca.
Otro de los campos incluye casi 2.000 herramientas de piedra neolíticas abandonadas que el artista comenzó a recoger en los años 90 en lugares como mercadillos. "Nadie les prestaba atención... [los vendedores de los mercadillos] se sorprendían mucho de que las quisiera", contó Ai.
Caracterizada por la exuberancia, la muestra reunirá 200.000 pitorros de porcelana de teteras y aguamaniles de vino, así como 100.000 bolas de porcelana que remiten a las antiguas obras artesanales. "A menudo decimos que la gente moderna no sabe lavar un plato", dijo Ai. "En algunos sentidos, somos menos comprensivos... sobre el tacto, la textura y la forma de las formas hechas por manos humanas".
En esta exposición, subyace la tensión entre lo hecho a mano y lo producido industrialmente, añadió McGuirk, y pone de relieve el periodo de turbulencia y transición que ha atravesado China en los últimos 30 años. Ai traza el rostro cambiante de Pekín tras "la tremenda escala de urbanización y desarrollo que trajo mucha destrucción, una devaluación de la historia, un borrado de los paisajes urbanos y la arquitectura", añadió McGuirk.
En tanto, la obra Rebar and case (2012), que parece un ataúd, se refiere al terremoto que destruyó la provincia de Sichuan en 2008 y causó la muerte de 70.000 personas, entre ellas más de 5.000 estudiantes que quedaron aplastados bajo los escombros de los edificios escolares que se derrumbaron.
La nueva obra Nian Nian (2022) cuenta con 26 grabados que representan más de 1.000 nombres tallados a mano en un sello de jade mediante caligrafía, como una forma de monumento gráfico a quienes murieron.
La exposición, que se exhibirá del 7 de abril al 30 de julio, incluirá además la obra "National Stadium", una recopilación de fotografías tomadas entre 2005 y 2007 cuando participó en el diseño del conocido como "nido de pájaro" para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Con este trabajo esperaba simbolizar una nueva apertura de China al mundo, "pero luego se distanció de él cuando se convirtió en una especie de símbolo de un Estado autoritario y no sintió que quisiera contribuir a que ese Estado fuera aceptable", explicó McGuirk.
Algunas obras se mostrarán fuera del espacio expositivo, como Coloured House, la estructura de madera de una casa que perteneció a una familia de la provincia de Zhejiang, en el este de China, durante los primeros años de la dinastía Qing (1644-1911). "La pérdida de la memoria cultural es uno de los temas principales de esta exposición", afirmó McGuirk.
"Va a ser una de esas exhibiciones que sólo cuando experimentemos la instalación completa comprenderemos exactamente que es", sostuvo Tim Marlow, director del Museo del Diseño de Londres.
Con información de Télam