“Todos somos esenciales porque para todos es esencial trabajar”

Los actores y actrices atraviesan una difícil situación debido a la crisis sanitaria. Gastón Cocchiarale, el joven de 28 años que participó del elenco de la película El Clan y de la exitosa serie Argentina,Tierra de Amor y Venganza, cuenta su experiencia laboral en medio del aislamiento y advierte: “Somos pocos los privilegiados que podemos vivir de este oficio”.

15 de agosto, 2020 | 14.26

“En la televisión se puede comer o cantar ¿pero no se puede actuar?”, dice una foto que se viraliza en las redes acompañada por el hashtag #ActricesYActoresEnEmergencia. Esta imagen intenta reflejar la complicada situación que están enfrentando quienes se dedican a la actuación en medio de la pandemia. Cuando comenzó la cuarentena resultaba difícil para una actriz o un actor dilucidar cuándo podría pararse nuevamente en un escenario o frente a una cámara. En tiempos que ya quedaron lejanos, de aplausos a los médicos y de “de ésta salimos mejores”, la vara del personal esencial parecía estar más clara. Hoy, flexibilizaciones de por medio y con más de 7000 casos diarios, la mayoría de los canales retomaron su programación habitual y, sin embargo, la situación de las actrices y los actores argentinos es la misma desde el 20 de marzo.

Gastón Cocchiarale es actor y director. Actualmente, da clases de teatro desde su casa, dirige la obra virtual Pequeños Relatos de Cuarentena  y es parte de ACTA, Asociación Civil de Trabajadores del Arte, la nueva organización que agrupa a actores jóvenes y personalidades de otras disciplinas.

- La cuarentena nos obligó a adaptarnos a nuevas modalidades. ¿Cómo fue tu experiencia laboral en este tiempo?

Yo tuve la suerte de que pude adaptarme rápidamente a la virtualidad con mis clases de actuación de mi escuela Creer es Crear. Iba a inaugurar mi escuela de forma presencial en Marzo y no pudo ser. Esas dos primeras semanas de cuarentena estricta estuve rompiendome la cabeza para ver como hacia para trasladar los contenidos presenciales a la virtualidad. Por suerte, con ayuda de mi asistente Julieta de Moura, pudimos llevarlo acabo y hoy, cinco meses después, cuento con más de 80 alumnos y alumnas. La idea para este año era tener un solo curso y en este momento estoy dando clases en cinco. Al mismo tiempo tuve la posibilidad de armar un “espectáculo virtual” llamado Pequeños relatos de cuarentena que son cinco obras cortas que dirigí junto a mi compañía de teatro independiente. Se ensayo y filmó íntegramente por Zoom con cada actor y actriz haciendo su trabajo desde su casa. Afortunadamente también nos fue muy bien. De hecho este fin de semana (desde el viernes 14 al lunes 17) se puede ver a través de YouTube. Tienen que comprar las entradas a través de Alternativa Teatral. Todo esto fue mi experiencia en este contexto tan especial y la verdad que no puedo quejarme pero sé que esa no es la realidad de un gran porcentaje de actores y actrices. Es un rubro que la está pasando muy mal.

- ¿Por qué crees que la situación de las actrices y los actores es la misma desde el inicio del confinamiento?

A ver…es cierto que al principio no éramos esenciales pero pasados los cincos meses empezamos a darnos cuenta que todos somos esenciales sobre todo porque para todos es esencial trabajar. Y los actores y las actrices no somos extraterrestres. Somos trabajadores que necesitamos volver a ejercer nuestro oficio. Creo que recién ahora se está empezando a tomar conciencia de eso y se está empezando a mover la cuestión de los protocolos para retomar el trabajo con los cuidados correspondientes. Ojalá pronto podamos volver a los rodajes y a los teatros aunque sea con limitación de público pero lentamente volver a trabajar.

- La desocupación en el sector ronda el 90%. ¿Se puede vivir de la actuación en los tiempos que corren?

Es muy difícil. Somos pocos los privilegiados que podemos vivir de este oficio. Históricamente es un rubro que tiene un gran porcentaje de desocupación y al cual siempre fue muy difícil dedicarse pero aún así creo que las posibilidades se achican constantemente. Hay muchos factores. La pandemia lo único que hizo fue exponerlos crudamente. Las oportunidades no son iguales para todos, la producción de ficción viene cayendo año tras año, el teatro comercial sufre una crisis de contenidos y no hay renovación de público (los jóvenes no ven como una salida posible ir al teatro, por ejemplo) y el teatro independiente es un gran espacio para explorar y ejercer el oficio pero no te deja un peso. Todo esto genera que tener cierta continuidad laboral en el oficio sea casi utópico. Por eso creo fundamental que todos juntos empecemos a accionar para ver cómo generamos un profundo cambio en la industria porque por el camino que venimos evidentemente no nos está llevando a ningún lugar constructivo ni mejor.

- ¿Qué cambios crees necesarios para paliar la crisis que atraviesa la industria?

Creo que fundamentalmente tiene que haber diálogo. Hoy eso no estaría sucediendo. Es clave que todos los jugadores de la industria nos juntemos y veamos cómo salimos de la pandemia como primera medida y luego como volvemos a tener esa industria cultural tan fuerte que en algún momento tuvo nuestro país. Cuando digo “jugadores” me refiero a empresarios, sindicatos, artistas, el Estado. O salimos juntos o, si cada uno sigue peleando únicamente para llevar agua para su molino, iremos desapareciendo lentamente. Me gusta pensarlo como el trabajo que requiere una película. Es un trabajo 100% en equipo y podemos tener diferencias pero es clave que todos intenten hacer lo mejor posible en busca de un objetivo común. Los actores actuando, el director dirigiendo, el productor ocupado de que todo salga bien, el catering haciendo la comida a tiempo, el camión llegando en horario con los equipos, el foquista haciendo foco, etc. De esa manera se sale adelante.

- Esta semana presentaron ACTA. ¿Cómo y por qué nació esta asociación?

Surge básicamente por esto que hablábamos: la honesta preocupación de hacia dónde está yendo nuestra industria. Charlando entre nosotros nos encontramos con ese punto en común y con una mirada muy parecida de lo que deberíamos mejorar. Estamos siendo testigos de la época de oro de consumo de ficción en plataformas y nosotros estamos muy atrasados. Para hacer una metáfora del Oeste (dónde nací y mi críe) gran parte del mundo se subió al tren Sarmiento y ya está en Once. Nosotros todavía estamos en Ramos Mejía. Las series, el streaming y las plataformas ya no son más el futuro. Son el presente.

- ¿Qué objetivos se proponen de cara al futuro?

Venimos trabajando mucho en este tema. Nos preparamos durante casi tres meses dónde leímos y analizamos muchas leyes, convenios, estatutos. Nos reunimos con mucha gente experimentada de la industria. Nuestro objetivo principal es poder aportar una mirada como una nueva generación hacia otras generaciones. Siempre con el objetivo de intentar mejorar nuestra industria y volverla más productiva, sostenible, competitiva en el mundo y con oportunidades para todos. Creemos que hay muchas políticas públicas que podrían implementarse para colaborar con esto. Desde federalizar y promover la realización de ficciones en otras partes del país hasta discutir sobre cuestiones impositivas que se aplican en todo el mundo menos acá.También discutir y aggiornar ciertas regulaciones actuales que dificultan la producción. Por dar un ejemplo, una serie de Netflix está enmarcada en el mismo convenio de televisión de los años 70 con el cual filmaba sus novelas Alberto Migré. La idea es permitirnos debatir esas bases en busca de un equilibrio escuchando necesidades propias y ajenas y sin perder de vista los derechos adquiridos a lo largo de los años por la Asociación Argentina de Actores.

- La asociación se considera transversal a las existentes. ¿Qué relación tienen con la Asociación Argentina de Actores?

Tenemos una buena relación. Celebraron nuestra unión y nuestras ganas de colaborar. Estamos teniendo reuniones semanales con ellos dónde les planteamos nuestras inquietudes y también nuestras ideas para dar soluciones. Ojalá pronto podamos armar una mesa de trabajo para trabajar en equipo hacia el objetivo más importante que es que haya más trabajo para todos y todas.