Virginia Lago es una de las protagonistas de Votemos, una comedia dramática que desde abril puede verse en el Metropolitan Sura y, de forma muy disparatada, desnuda los prejuicios que las personas tienen sobre la salud mental. En la puesta de numeroso elenco -Gustavo Garzón, Muriel Santa Ana, Agustina Cherri, Carlos Portaluppi, Juan Gil Navarro. Toto Kirzner y Alan Daicz, con la dirección de Daniel Barone- un grupo de vecinos tiene una reunión de consorcio para decidir si acepta a un nuevo inquilino con una enfermedad mental.
"La obra me llegó por Adrián Suar cuando estaba grabando Argentina, Tierra de Amor y Venganza. La leí y me encantó la idea, el mensaje y cómo a través de una reunión de consorcio que termina en una barbarie se pueden contar tantas cosas de cómo somos los seres humanos con respecto a la discriminación por miedo a la locura. No es un concepto muy alejado de todo lo que vivimos durante la pandemia", afirmó la actriz en diálogo con El Destape, en adelanto al material teatral que es una adaptación del multipremiado corto del español Santiago Requejo.
- ¿Cómo es tu personaje en Votemos?
El rol que encarno es muy simpático dado que se trata de una mujer mayor, sola y, también, víctima de discriminación. A ella la separan de los grupos, algo que suele pasar con las personas grandes quienes, de pronto, terminan excluidas del sistema.
- ¿La comedia es un buen canal para exteriorizar los prejuicios sociales?
Sin ninguna duda, y ninguno está exento de ser o haber sido así. Por más que en primera instancia uno salga diciendo ‘no, no quiero ser así’, algo queda dentro de uno. Hay que hurgar mucho en el interior de uno para tener la grandeza de saber que eso no se juzga a los otros. ¿Sabés por qué? Porque un día puede pasarnos a nosotros. No estamos exentos. Tenemos que ser más humanos, comprensivos, abrazadores, solidarios y respetuosos de lo que le pasa al otro.
- ¿Sos una persona temerosa en relación a los problemas de salud?
Nada temerosa, voy muy poco al médico. Sucede que tengo muchos amigos que son médicos y se ríen de mí por esto. No soy una persona hipocondríaca.
- ¿Cuál fue la primera elección que te marcó como actriz?
Creo muchísimo que llegué a ser actriz por la fuerza del destino y por Wilfredo Ferrán, que fue un director y amigo íntimo mío y de toda mi familia, a quien conocí a los 15 años. Llegué hasta él por mi hermana más grande, que se dedicaba a la danza y al teatro. Un día la acompañé a un concurso de actuación al que había ido con varias amigas y resultó que me eligieron a mí. Yo no tenía nada que ver con ese mundo y además era muy chica. Me dieron un monólogo para hacer de Carlitos Chaplin, éramos más o menos cien personas y gané el concurso. Ahí conocí a Wilfredo, en la televisión, y me propuso hacer Pigmalión, de Bernard Shaw.
No sabía ni quién era este autor pero lo empezamos a ensayar en el Teatro 35, en Callao y Corrientes, un subsuelo divino, hasta su estreno. La obra tuvo un éxito extraordinario y a partir de ahí me vino a buscar mucha gente para trabajar.
- Además del teatro estás en la televisión, en ATAV 2, donde encarnás a una Madre de Plaza de Mayo...
Siempre tuve contacto con las Madres de Plaza de Mayo. Viví y padecí esa época, esa barbarie. Nunca voy a olvidar ese tiempo, tengo muchos amigos que no están más. Estoy muy contenta con el personaje que me tocó en ATAV 2, me permitió volver a conectarme con las Madres. A la Carlotto (Estela) la adoro, no soy amiga pero tenemos una relación de muy buena onda. Poder hacer este personaje es increíble para que llegue hasta los jóvenes. Hay que contar esa parte de la historia para tener Memoria, porque tener Memoria engrandece y alimenta.
- ¿Sentís que la sociedad descuida la Memoria?
A veces sí, pero también creo que la sociedad siempre recapacita en los momentos más difíciles.
El boom de Historias del Corazón, los memes y un paso hacia ¿el regreso del ciclo?
- Con Historias del Corazón marcaste agenda de rating durante 4 años. ¿Dimensionabas el alcance que tenía el ciclo?
La propuesta de Tomás Yankelevich me sorprendió de tal manera que no podía creer que me llamara para conducir un programa. Yo estaba haciendo Vivir en Vos, de María Elena Walsh, en Mar del Plata cuando me llamó. Tomé un avión, nos encontramos y me contó la propuesta de hacer un programa para que pase películas. No podía creerlo, me pareció bastante raro. Al poco tiempo de empezar fue un éxito extraordinario, le ganaba a todo lo que había en ese mismo horario. Y fue hermoso porque el proyecto iba creciendo con el tiempo y todos estaban entusiasmados.
- ¿Mirabas todas las películas?
Todas. La producción me traía las películas y de lunes a sábados estaba sentada, viéndolas. Después hacíamos las grabaciones, recitaba poesías y leía algunas de las miles de cartas que mandaban. Eran de verás miles, la mayoría muy bellas.
- Las redes te convirtieron en meme a raíz del éxito del programa. ¿Te gusta esa exposición?
Yo soy una agradecida de la vida y ese programa me dio una cosa hermosa que fue la relación con la familia: jóvenes, chicas, chicos, abuelas, tías, ¡hombres! La gente me grita en la calle para que vuelva y cuando me subo al colectivo varias veces me preguntaron ‘¿sale un vinito?’. En España venden remeras con mi cara y la frase ‘¿sale un vinito?’. Me mandaron una y me causó mucha gracia, fue un éxito. ¡Es maravilloso!
- ¿Te gustaría volver a presentar Historias del Corazón?
¡Sí! Quiero volver a hacerlo, pero no lo decido yo. Es un deseo, me encantaría.
- Votemos. Funciones de miércoles a domingos en el Metropolitan Sura (Avenida Corrientes 1343).