Los amantes de los buenos culebrones no pueden perderse Mi corazón no es de piedra ni madera, nueva obra teatral escrita y dirigida por Martín Marcou que narra la historia de una mujer trans y un dilema romántico. Los detalles de la obra que imagina una realidad queer de cumbias para dos y realidades que pueden alterarse por la fuerza del amor.
La obra narra la historia de Gaby, quien nació en un pueblo de la Patagonia Austral y ha decidido pasar el resto de su vida ahí; rodeada de sus cosas, sus plantas y sus animales. Está distanciada de su madre, con la cual no se habla desde hace más de diez años. Un acontecimiento trágico del pasado las distanció. Sus días se debaten entre las peleas con su marido de ocasión, Luis Camacho, capataz de una empresa que está haciendo el asfalto en la zona, y la llegada de Jairo, un viajero que la encandila con su poesía y la tienta con la posibilidad de un futuro mejor.
Mi corazón no es de piedra ni madera está protagonizada por Morena Yfrán (actriz que en los últimos años formó parte del elenco de Bajo mi piel morena, película del director José Celestino Campusano), Facundo Tomás, y Cris Bernal Niño, y puede verse los sábados a las 21 horas en Espacio Tole Tole Teatro (Pasteur 683, CABA) con una entrada general a $8000, por Alternativa Teatral o boletería del teatro. El texto fue escrito en el marco de la carrera de Dramaturgia que se dicta en la EMAD (Escuela Metropolitana de Arte dramático).
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Una historia que homenajea a las mujeres trans y les imagina un futuro esperanzador
En la presentación de su drama romántico agridulce, Martín Marcou señala: "Es una obra sobre encuentros transitorios con los demás, es una obra sobre la huella que nos dejan algunos que pasan por nuestra vida, es sobre esos seres que, sin saberlo, nos ayudan a vivir. Funciona también como un homenaje a mis amigas trans que actualmente viven en la Patagonia. Ellas tuvieron que atravesar un montón de situaciones complejas durante gran parte de su vida, y siempre lucharon para que se respete su identidad de género aportando visibilidad a la historia del movimiento de la diversidad sexual y de género en la Patagonia Austral".
"En los años noventa la cumbia tuvo un momento de repunte y apogeo, solíamos juntarnos a bailar en las casas de mis amigas trans mientras afuera nevaba, y la nieve iba tapando las rutas. En esa lejanía sureña, atravesados por el frío, en una noche cualquiera de invierno, se podía escuchar Mi corazón no es de piedra ni madera saliendo de algún parlante viejo. Nos salvábamos y nos hacíamos compañía, juntándonos a bailar mientras el tiempo corría lento", agrega sobre la vivencia que lo impulsó a escribir la historia de Gaby.