“Hicimos funciones durante el 2019 en el Centro Cultural Morán y cuando íbamos a reponer en el 2020 cayó la pandemia”, contó el humorista, actor y músico Mex Urtizberea que regresa a los escenarios con Mi amigo Mex, una pieza teatral que repone el Paseo La Plaza y parodia con inteligencia, música y comicidad el ego de los artistas. En diálogo con El Destape, habló de su amor por la radio, el legado de Cha, Cha, Cha, la televisión y su relación con Alfredo Casero.
- ¿Qué es Mi amigo Mex?
Para empezar, es un proyecto colectivo de 5 personas que se juntaron durante un año a pensar una obra de teatro. Entre comidas y reuniones, junto a Gerardo Delelisi, Marcelo Chirinos, Pedro Saborido, Juliana Orcaizaguirre e Ignacio Sánchez Mestre, el director, fuimos ideando la historia.
No quiero spoilear mucho pero cuenta la vida de un importante artista del teatro–interpretado por mí mismo- y un escritor, cuya misión es escribir la biografía del actor en un solo día. Las vueltas de la historia me hacen ver que su vida es mucho más interesante que la mía. Hay mucho humor y ternura en el espectáculo.
- ¿Te da miedo estrenar en pandemia?
Bastante. Me cuidé mucho durante la cuarentena. Recién ahora estoy saliendo, por la obra de teatro. Por suerte ya tengo las dos vacunas y estoy muy ocupado gracias al programa de radio, El mañana. Me hace bien que salga al aire.
La radio me encanta. Y me fascina que sea tan auditiva. Estamos acostumbrados a que el entretenimiento pase solo por los ojos y a veces nos olvidamos de los otros sentidos. Estoy todo el tiempo escuchando la radio y podcasts.
- Con El Mañana arrancaron en AM Del Plata y se fueron a Nacional Rock. ¿Qué pasó en el medio?
Nos fuimos porque había una interna rara y habían empezado a presionar de una forma para nada agradable. Cuando echaron a una productora del programa me puse firme y dije ‘hasta acá llegamos compañeros’. Y salimos de la radio. Es una sensación confusa arrancar a mitad de año un programa pero somos muy felices haciéndolo. Y en Nacional Rock nos quieren..
- ¿Ya habías hecho radio?
Sí, unos meses en Rock & Pop, en el ’93. Hacíamos un programa con mis hermanos, Marcelo Chirinos y Alfredo Casero, allá en San Isidro. Los domingos de 10 a 14 horas. Duró un par de meses nomás. No nos pagaban. Después hice unos micros en La100 y Radio Mitre en el ’94.
- En los ’90, ¿dimensionaste el éxito que podía traer un programa visionario como lo fue Cha, Cha, Cha?
Jamás. Lo hice porque me gustaba la propuesta. En ese momento era medio inconsciente, fue lo primero que hice en televisión. Hasta ese momento vivía de la música y la docencia. Fue una casualidad hermosa que me permitió seguir haciendo humor en el medio. Cargábamos mucho a la televisión y a sus formatos. No sé si podríamos hacer lo mismo hoy. La gente si quiere reírse busca un video en Youtube, no sigue más un programa de sketchs.
- ¿Seguiste en contacto con Alfredo Casero tras el programa?
No. Alfredo siempre fue lo que estamos viendo en los medios. Pasa que todo se enardeció a partir del kirchnerismo, cuando muchos actores –entre los que me incluyo- nos volcamos a apoyar las políticas sociales y culturales del modelo de país que impulsaron Néstor y Cristina. Eso generó un destape colosal en la oligarquía. De pronto, Mirtha Legrand y La Nación dejaron de mostrarse “medidos” para saltarle a la yugular al Gobierno. Y esa ideas conquistaron a Alfredo.
- Resulta tan contradictoria su persona y su ideología con el gran aporte artístico y anti sistema que dejó con Cha, Cha, Cha.
Es extraño. Más sabiendo que el humor de Cha, Cha, Cha era casi anárquico. Uno tiene que burlarse de todo y de todos. Yo soy kirchnerista pero me divierte burlarme de todos. Hay que aprender a reírse de los nuestros. Eso es lo que hacía tan especial al programa. Los tiempos cambiaron y Alfredo ahora tiene un público más afín al anti peronismo.
Hay algo raro en él que salió a enfrentar y dar batalla. Es un gran artista que carga con un enorme odio. No es algo que me preocupe o me irrite. De hecho, a veces no sé cuál es el por qué de su lucha. No creo que piense que Macri es un genio pero lo dice porque quiere que todo el mundo vote a alguien que no sea Cristina. No le hace bien. No lo odio pero no me sorprende. Siempre pensó así.
- ¿Incluso cuándo hacía Cha, Cha, Cha?
Alfredo siempre habló en forma castrense, en el sentido militar de la palabra. Se dirigía así. Tenía formas de milico. Yo me reía, pensaba que estaba loco. Estábamos justo pasando por el menemismo y la política estaba anestesiada. Cuando aparecieron los Kirchner se desataron sus ideas.
Mex, el creador
- ¿Las redes sociales te ayudaron a canalizar tu arte en pandemia?
Fue una idea de mi hija Violeta, que me dijo que use Instagram y empiece a hacer cosas por ahí. Mucho no me convence la vida así, andar mostrándome continuamente para acaparar la atención de las revistas. Me cuesta. Y Violeta me propuso que haga videos con recetas de cocina, ella me editaba. A los momentos de disfrute con la comida se le fueron sumando charlas nocturnas con amigos en vivos de Instagram.
- El año pasado trascendió que te llamaron para participar en MasterChef Celebrity, ¿te quedaste con ganas de estar?
No, para nada. Cuando me llamaron no quería ir por el tema del Covid. Tampoco es un formato que me divierta. Me gusta ver los MasterChef en los que aprendo cosas. Ver famosos en un reality, dejándose someter o recibiendo retos de chefs me parece humillante. No quiero estar en un programa que juegue con el morbo, la miseria y la desgracia ajena. Me aburre y no me interesa. Además tengo 60 años y quiero pasarla bien en la vida. Ya soy un tipo grande para que alguien me exija pelar papas en tantos minutos.
- ¿Cuál fue tu mayor aprendizaje a los 60 años?
Aprender a disfrutar más el tiempo. Todo el tiempo uno está yendo por la vida, que es un camino de ida en el que continuamente vas descubriendo cosas hasta el fin. No tengo una meta fija. Eso es divino.
Mi amigo Mex. Dirigida por Ignacio Sánchez Mestre. Con Mex Urtizberea y Marcelo Chirinos. Funciones: viernes a las 20 horas en la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza (Avenida Corrientes 1660). Entradas en venta por Plateanet y por boletería del teatro.