La fragilidad de quien desnuda su propia historia ante el escenario, habla de una autenticidad destacable. "200 golpes de jamón serrano", obra creada por la actriz y directora teatral Marina Otero, persigue esa búsqueda indagando en la historia personal del Garzón. En diálogo con El Destape, el reconocido Gustavo Garzón anticipa el espectáculo que reestrena en la Sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037), a partir de enero de 2021.
- Si bien la actividad artística se está reactivando de a poco, ¿te costó salir a flote este año?
Estuve muy asustado al principio, pensé que iba a hundirme. Pero más o menos la pilotee: di muchos talleres por Zoom y me la fui rebuscando. Igual, estamos en recesión y si le sumás la pandemia, la situación es crítica no solo para los artistas. Encima en el teatro se pueden vender pocas localidades y es difícil conseguir apoyo estatal porque no hay dinero.
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- ¿Cancelaste muchos proyectos de trabajo por la pandemia?
Todos. Recién ahora encontramos una forma de hacer “200 golpes de jamón serrano” en la Sala Caras y Caretas. Por suerte. En ese mismo espacio voy a actuar los domingos con los “Monólogos de la peste”. Pareciese que de a poco se van reacomodando algunas cosas y tengo expectativas porque quizás llevamos “200 golpes” a Mar del Plata aunque por el momento no conseguimos ningún hotel, ya que la gestión de Vidal dejó una deuda enorme en los establecimientos que podían albergarnos.
También reanudé un proyecto que va a dirigir Ana Katz. Estoy muy a gusto con que me haya convocado. En un momento donde todo es inestable para los actores, cada trabajo que aparece es una bendición. Se trata de una serie cómica protagonizada por Carla Peterson, que va a hacer de psicóloga. Yo voy a ser el padre de Benjamín Vicuña. Me envejecieron un poco pero hay que aprender a asumir la edad.
- ¿Cómo llegás a “200 golpes de jamón serrano”?
La verdad no llegue sino que fui a buscarla. En 2016 me junté con Marina Otero, que es directora, bailarina y autora, para pedirle hacer algo juntos porque la admiro mucho. Estuvimos un año encerrados en una sala de ensayos, tratando de inventar algo que no sabíamos cómo iba a ser. Finalmente, Marina escribió una obra maravillosa a partir de esos encuentros. Hacer “200 golpes de jamón serrano” me llena de energía, emoción, alegría y le da sentido a mi presencia en un escenario. Es totalmente diferente a algo que haya hecho en el pasado, es autobiográfico y escapa de todos los convencionalismos posibles.
- En ese buceo por tu interior, ¿te costó seleccionar pedazos de tu vida para definir quién es Gustavo Garzón?
No tanto. Me costó más hacerla ya que expongo cosas personales. Se corren muchos riesgos cuando uno dice lo que piensa y siente. Fue todo un desafío subirme a un escenario a contar verdades: hablo en primera persona, señalo a gente del ambiente con su nombre y apellido. A todos, los que me trataron bien y los que no. No obstante, creo que una de las cosas más lindas que tiene la obra es como pudimos combinar las diferencias entre los actores del on y los del underground, y darle un punto de encuentro a esos mundos diferentes. Eso es valiosísimo.
- De tu larga carrera en cine, teatro y televisión, ¿cuál fue el personaje más difícil que te haya tocado interpretar?
Habrán sido los que me salieron peor (risas) Varios. Hice algunos teleteatros en mis años mozos que eran difíciles porque no estaban bien escritos. A veces costaba mucho poner la cara. Me cuesta encontrar personajes complejos que haya interpretado.
- Hiciste de mujer crossdresser con José María Muscari, en “Casa Valentina”.
Bueno, sí. La experiencia Muscari me costó porque subestimé la tarea de interpretar a una mujer y me tiré a la pileta sin haber investigado con la seriedad necesaria.
- Es doble trabajo: componer a una mujer y que el público no vea a un hombre disfrazado. ¿Pudiste encontrar tu femineidad en el escenario?
Al principio no había reparado en las conductas de las mujeres. Quien piensa que únicamente mueven las manos y la cadera está completamente equivocado. No sé si con la práctica logré sacar mi femineidad, no salí del todo favorecido. Me gustaría tener otro rol femenino para hacerlo mejor.
- Hablemos de los espectáculos de Instagram que hacen tus hijos Juan y Mariano. ¿Sentiste la necesidad de que las redes conozcan todo el talento que tienen?
A mis hijos les encanta cantar y bailar en público. Ya con seis personas que los vean se disfrazan y maquillan para darles un rato de alegría. Con la llegada de la de la cuarentena, no podían hacer eso porque nadie venía a casa ni nosotros salíamos. Con ese escenario, la idea de los vivos de Instagram empezó como una joda y terminó en un hábito de todos los sábados que renueva la energía de la casa y les da felicidad. Ellos me levantaron el ánimo en todo este tiempo de encierro. Hoy ya tienen su público y los reconocen por la calle. Siempre quisieron ser famosos así que con esto están chochos. Me encanta ver felices a mis hijos y su show llegó para quedarse. Se enamoran más de ellos que de mí.
- Siguiendo esa línea quería preguntarte por el documental que dirigiste, “Down para arriba”. ¿Sentís que ayudó a visibilizar otras realidades existentes en torno al Síndrome de Down?
Una cosa es tener hijos con Síndrome de Down y otra cosa es tener un panorama más global para saber de qué se trata. El documental me ayudó para conocer más a Juan y Mariano, así como a un montón más de chicos. Descubrí cosas que ignoraba y me abrieron la cabeza de lo que yo podía hacer para relacionarme con ellos. Lo más importante fue cuando empecé a viajar por todo el país con la película, ahí me integre al mundo de la discapacidad intelectual. También fue muy reconfortante presentársela a mis pares porque recibí una enorme gratitud de su parte. Fue doble mi satisfacción cuando me di cuenta que lo que había hecho tenía un valor social.
- Se nota mucho el orgullo que sentís como papá. Es muy lindo eso.
Tengo cuatro hijos hermosos, ¿Qué más puedo pedir?
- "200 golpes de jamón serrano" podrá disfrutarse en la Sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037) el sábado 19 de diciembre (función preestreno), a las 22.30 horas, y los sábados 16, 23 y 30 de enero, a las 22.30 horas. Localidades en venta por Alternativa Teatral.