La reconocida Eva Halac adaptó Las manos sucias, de Jean Paul Sartre, que puede verse de miércoles a domingos a las 20 horas, en la sala Casacuberta del Teatro San Martín. La puesta se centra en la grieta ideológica de un partido de izquierda y en dos personajes centrales que representan la brecha entre el idealismo y el posibilismo. Daniel Hendler, Guido Botto Fiora, Florencia Torrente y María Zubiri protagonizan esta pieza clave del teatro político estrenada en 1948. En diálogo con El Destape, la actriz Florencia Torrente analizó los puntos de similitud del texto clásico con la actualidad sociopolítica.
- ¿Conocías el trabajo de Sartre antes de incorporarte al proyecto de Eva Halac?
Sí. Me gusta mucho Sartre y soy muy lectora. A su vez, te revelo que me fascina todo lo que provenga del teatro clásico.
- Teniendo en cuenta el diálogo con la actualidad que propone la obra, ¿cuál es tu mirada sobre la política en Argentina?, ¿te interesa?
No es un tema que se toque regularmente en mi casa, aunque sí sabemos lo que cada uno piensa y siente acerca de determinadas cuestiones. Sin discutir. De mi lado siempre trato de estar interiorizada y alerta con la información, porque quiero saber qué es lo que sucede. De hecho, siempre tuve un interés particular por la historia en general.
Lo que sucede con la obra, en su cuestión más política, es muy interesante: cuando la leí por primera vez tuve la misma sensación que cuando estaba en el colegio y nos enseñaban el peronismo. Es todo muy cíclico. Si bien fue escrita en 1948, esta obra habla muchísimo de lo que sucede hoy, de las relaciones más allá de la política, la filosofía, las ideologías y los vínculos de la gente y de cada personaje que está sobre el escenario. Y el público percibe eso y de alguna forma se siente reflejado. Igual, entiendo que también hay personas que se asustan con la palabra 'política' y eso los repele, cuando la verdad es que ese término y la ideología nos impulsan a vivir cada día y tomar decisiones.
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- Si bien Las manos sucias no es una comedia, el público ríe con las ironías que se tejen sobre la trama y atraviesan a los personajes. ¿Esas risas fueron algo buscado?
Para nada, nunca pensamos la obra con ribetes cómicos. Contamos verdades y por eso se ríe la gente. Provoca nerviosismo ese juego de ironías y verdad. Es como un proceso de exorcismo de aquello que nos guardamos y podemos liberarlo cuando lo vemos en otro.
- Las manos sucias tiene funciones de miércoles a domingos, a las 20 horas, en el Teatro San Martín (Avenida Corrientes 1530). Entradas en venta por boletería del Complejo o en su web.