Los Pipis dan vida a El Mecanismo de Alaska los domingos a las 20.30 en Timbre 4 hasta el 11 de junio; después se van de gira por Europa. Los próximos fines de semana significan las últimas oportunidades para ver y sentir esta obra sobre la vida, el amor y el orgullo.
Decir que El Mecanismo de Alaska es la historia de la relación entre Matías Milanese y Federico Lehmann sería absolutamente reduccionista. Los Pipis crearon una pieza teatral acerca de lo esencial de la vida, su sinsentido y el único aliado para soportarlo: el amor. La obra evidencia a cada segundo el concepto de teatro que entienden y defienden estos actores y directores: encontrar lo profundo en lo simple y rescatar de ello un hecho artístico.
Alaska es la gata de los chicos en su vida real y en la obra representa no solo el nexo entre ellos, sino el nacimiento de un nuevo mundo a partir de su llegada, donde lo sustancial son los vínculos con los seres amados. Milanese, Lehmann y Camila Marino Alfonsín ponen piel a diferentes personajes en función de la obra, todos ellos con un gran despliegue de versatilidad e histrionismo. Las interacciones entre ellos generan un tono de comedia que se mantiene desde el inicio de la obra hasta el final, alternado con climas tensos y melancólicos.
La obra empieza con los protagonistas bailando desacatadamente al son de himnos de Lady Gaga y Katy Perry y durante el transcurso de la pieza la música está presente a través del teclado ejecutado por Stevie Marinaro y los personajes interpretados por Marino Alfonsín, quien hace sonar un bajo y canta en varias ocasiones. Los recursos escenográficos y lumínicos develan la capacidad de, a través de la creatividad, generar los climas que la historia necesita con medios simples, mientras que el texto zigzaguea constantemente entre lo poético y lo coloquial durante las dos horas que dura cada función.
Además del sesgo LGBT+, la obra aborda las realidades sociohistóricas del país con un recorrido que arranca en el siglo pasado y culmina en un futuro postapocalíptico con una clara referencia crítica a la manera en que el sistema socioeconómico trata al mundo hoy.
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El sentimiento nostálgico sobrevuela la sala de Timbre 4 durante toda la pieza. El arco argumental de la obra comienza con el nacimiento de las madres de los protagonistas y termina en sus vejeces y muertes, asistidas por su descendencia. Hay una constante alusión al ciclo de la vida y su sincronicidad, a su no aleatoriedad. Una misma concepción de vida y muerte como respuesta a los fantasmas existencialistas.
Las maricas y travas que allanaron el camino cuando “empoderamiento” no era una palabra de moda tienen su espacio en la obra; hay una explícita referencia a elles concebida desde la admiración y el agradecimiento. La música pop y las divas de ese género han sido y son el refugio de millones de maricas en un mundo que aún las rechaza, y también tienen su representación en El Mecanismo de Alaska de manera homenajística.
Con recursos estéticos alusivos a la brillantina con la que cada loca es bendecida ni bien sale del vientre de su madre, El Mecanismo de Alaska aborda la adolescencia gay, los miedos, las palizas, la resiliencia, las luchas, los derechos y los referentes desde una perspectiva de celebración y de orgullo. Lo escénico es planteado como una manera de sublimación marica y en cada escena Los Pipis gritan su pasión por el teatro.
Ficha técnica de El Mecanismo de Alaska
Dramaturgia: Federico Lehmann
Elenco: Federico Lehmann, Camila Marino Alfonsín, Matías Milanese
Dirección: Los Pipis Teatro
Funciones en Buenos Aires: Domingos a las 20.30 en Timbre 4 (México 3554, CABA)
Funciones en Europa: 18, 24 y 25 de junio en Madrid; 28 y 29 en Barcelona.
Valoración: Muy buena
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