Camila Sosa Villada dice que no podría hacer literatura en las redes. Que ama las redes, le encanta Internet, empezó chateando en ICQ: Era alucinante porque nadie sabía dónde estaba o quién era. Podía inventar que era una persona adinerada o tirar cualquier bomba, salvo que tuviera intenciones de coger, y ahí tenía que ser más o menos sincera, relata.
Cuando llegaron Facebook, Instagram y Twitter, la escritora se logueó al toque: le divierten estos soportes y además considera que son muy relevantes hoy porque todos los medios de comunicación están ahí, a la orden del día, como también está lo miserable y lo ruin de los seres humanos.
Pero nunca podría hacer literatura ahí. Lo uso como una manera de dar un grito, que en todo caso lo es también la literatura, un grito que le pegás a la noche, al día, al amor. Pero yo no tengo tan clara la delimitación o la demarcación entre una Camila y la otra. Yo sé que son muchas, pero no tengo en claro dónde termina una y dónde comienza la otra, apunta.
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La escritora reafirma que no podría ser nunca una sola persona. Dice que ni su propia mamá la conoce.
La literatura tiene una instancia que es privada, que es para mí sola. En Twitter eso no pasa y cada vez tengo más conciencia de eso, de que es más una especie de exhibicionismo, de pornografía del lenguaje, que la literatura no tiene al menos en su génesis, explica.
Sosa Villada dice que cada día es más consciente de la exposición que genera su actividad en Twitter, en donde levantan su contenido para escribir una nota y enfrentarla a la diputada santafesina Amalia Granata o hablar sobre un tuit algo erótico que refiere a los músculos del actor Esteban Lamothe. Unos días atrás, volvió de un viaje y tuiteó el siguiente diálogo:
Migraciones Ezeiza:
-Buen día joven. Cómo está?
-Bien y vos?
-Muy cansada.
-Cansada o cansado?
El ida y vuelta con el personal de Migraciones concluía con esta reflexión de la escritora: "Ta bien que para viajar me visto como chonguito por comodidad. Pero bienvenida a Argentina Camila Sorna Pelotuda".
El tuit generó un revuelo en las redes sociales y a raíz de este mensaje la contactó Florencia Carignano, la directora nacional de Migraciones, para profundizar sobre la situación y ejercer algún tipo de sanción a quien la había tratado de esta manera en el aeropuerto.
Me sentí fatal con el pibe, si yo lo conté como una anécdota. ¿Cómo voy a querer que lo reten? Si hubiera sido una situación violenta en serio, el tuit hubiera sido distinto. En realidad, me siento agredida por un mundo, en todo caso, que todavía necesita aclarar algo de la apariencia que no le cierra, explica.
Con información de Télam