El Reino, la exitosa serie argentina de Netflix que cuenta la historia de un Pastor evangélico que llega a la presidencia de Argentina, estrenó su segunda y última temporada. A lo largo de 6 capítulos, la ficción creada por Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro tendrá un cierre a pura adrenalina con el ocaso del oscuro villano encarnado por Diego Peretti y el arco de personajes que lo rodean. En exclusiva para El Destape, la actriz Mercedes Morán y el actor Joaquín Furriel, quienes componen a la Pastora y al asesor del Presidente respectivamente, adelantaron las claves y perlitas del estreno que ya puede maratonearse.
- ¿Qué les sucedió al toparse con un guión llenó de cambios tangenciales en sus personajes?
Mercedes Morán: lo interesante que tiene mi personaje es que finalmente puede confirmar lo que pensaba: el acceso de la política no iba a ser bueno para su Iglesia. De alguna manera ella confirma estas ideas y empieza a luchar contra ello, defendiendo a su Iglesia más que a su propia familia, desde un lugar de "empoderamiento" que tiene por ser la Primera Dama.
Joaquín Furriel: Osorio sigue metido en una fuerte estructura de poder donde está enfocado en cumplir los objetivos que se le presentan. La aparición de su padre en la segunda temporada es el inicio de algunas contradicciones emocionales que le van a quitar la energía donde la tiene que tener. Y esto, para un personaje como Osorio, es muy riesgoso. Él cree que ni el Pastor ni la Pastora están ejerciendo el poder como desea y en varios momentos el personaje no tiene la lucidez que debería tener porque su mundo está atravesado por nuevas tensiones.
- ¿Cómo hacen cuando deben entrar en zonas oscuras de los personajes que encarnan?, ¿sienten miedo?
M.M: siempre he vivido la actuación como un juego en el que entro y salgo, si bien es cierto que en el cine y el teatro la intensidad es diferente y algo de esa oscuridad me nubla. Pero en general prima la idea más infantil del juego y trato de mantenerlo así, con todo el compromiso del mundo. Por otro lado, dentro de esa oscuridad hay una parte divertida, como el hecho de que la Pastora le rece a una caja fuerte con dinero.
J.F: mi papá lo llevaba a mi hermano a fútbol y a mí al teatro. Siempre tuve una relación deportiva con la actuación, te vas preparando y de repente entrás y jugás el partido. Personajes como el que hacemos con Mercedes nos invitan a hacer cosas que no nos permitimos tanto, y eso es muy estimulante y dinámico. Me acuerdo que cuando filmamos El Patrón y estuve tres días en un penitenciario. Cuando llegaba a casa y me tiraba a dormir, me costaba mucho porque me acordaba de la cantidad de mujeres que estaban hacinadas ahí. Cuando te das cuenta que tu personaje está en uno de esos universos decís 'wow'.
M.M: a mí también me pasó una situación parecida en Elena sabe, mi última película, donde mi personaje sufre Parkinson.
- Si los roles se invirtiesen y la Pastora fuese la Presidenta en vez de la Primera Dama, ¿cuál sería la primera medida que a Mercedes Morán le gustaría tomar en su mandato?
M.M: he militado por muchas luchas como en el feminismo y creo que en este momento lo más urgente es el tema ambiental ya que ninguno de los objetivos por los que he luchado o estoy luchando van a tener un lugar donde ponerse en práctica si no conservamos la Tierra. Ya es evidente todo lo que está pasando y tenemos que tomar cartas en el asunto y tener conciencia de lo que estamos haciendo con el planeta, porque no va a tener vuelta atrás sino hacemos algo pronto.