Avanza la restauración de la ex Biblioteca Nacional, el lugar más borgeano de la Argentina

06 de junio, 2023 | 19.57

(Corrige octavo párrafo)

(Por Mercedes Ezquiaga).- El Ministerio de Cultura de la Nación organizó una recorrida para dar a conocer los detalles de la restauración y puesta en valor de la ex Biblioteca Nacional de la calle México, el edificio declarado Monumento Histórico Nacional, donde el escritor Jorge Luis Borges trabajó como director entre 1955 y 1973: donde ajustó su reloj de solapa cada mañana antes de salir a caminar, donde reescribió sus cuentos tal como los conocemos y los dejó escondido entre las hojas de algunos libros, o donde ambientó fragmentos de por ejemplo "El libro de arena".

"La obra está avanzada en más de un 60 por ciento y muy pronto veremos los resultados del trabajo que incluyó la puesta en valor del mobiliario original que utilizó Borges", señaló el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer, durante una recorrida junto a representantes del Ministerio de Obras Públicas, además de la secretaria de Patrimonio Cultural del Ministerio Valeria González, el director de la Biblioteca Nacional Juan Sasturain y otros involucrados en la puesta a punto de este edificio que respira Borges cada rincón.

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Desde marzo de 2022 se están llevando adelante las tareas que incluyen la totalidad del lugar: la limpieza de la fachada, la recuperación de su color original -un gris claro bastante diferente al amarillo pálido que se ve ahora-, el revestimiento símil piedra de la terraza del edificio, hubo que cambiar vidrios rotos, la nueva colocación de pisos cerámicos, la impermeabilización, las arañas del cielorraso, las chimeneas y más, y mientras se trabaja en todo lo que envuelve al edificio, puertas adentro, en la sala de lectura principal se ha instalado temporalmente un taller de restauración con 30 trabajadores del equipo de Patrimonio que se abocan a poner a punto los objetos que pertenecen al despacho del autor de "El Aleph".

De este modo, en la sala principal -que en algún momento han utilizado los ballets estables de danza para ensayos- se está llevando adelante la tarea de restauración de diversos objetos, como por ejemplo el mítico escritorio en herradura donde trabajó Borges -Sara Facio lo inmortalizó en una fotografía allí-, el tintero que utilizó como director del edificio, el sillón de cuero en el que sentó, restauración del empapelado original de las paredes, los pisos de roble, al mismo tiempo que varios trabajadores con pequeñísimos pinceles pasan la capa final de lustre a la boiserie, allí donde Borges, ya ciego, dictaba a alguna de sus dos secretarias bilingües los versos de sus poemas.

En el primer piso de esta centenaria construcción que a lo largo de 18 años el escritor adoptó como su segundo hogar, ya funciona el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges, que se dedica a acrecentar el patrimonio bibliográfico y documental de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en torno a su obra y su figura, poniendo particular énfasis en la conservación de libros y documentos manuscritos, el acercamiento de nuevos lectores, la promoción de investigaciones, el montaje de exposiciones temáticas.

Son casi 60 muebles u objetos que se están restaurando en la sala de lectura, en este taller temporario, donde destaca además el reloj de pie compuesto por un reloj patrón que comanda a los relojes esclavos de las diferentes salas de la biblioteca -que, según cuentan, el autor usaba para cronometrar su propio reloj personal-; una sala donde más de 30 profesionales -especialistas en ebanistería, metales, textiles, papeles, pintura de caballete, luthería, tapicería o vidrio soplado- se abocan a la puesta a punto de cada objeto, como por ejemplo los faltantes en tallas de algunas piezas.

La madera es protagonista en esta sala, donde muchas de las piezas fueron concebidas con este material: "Hemos notado distintos deterioros en algunos de los objetos, como puede ser humedad, manchas de pintura, acumulación de polvo, que empiezan a formar parte de la materialidad de la madera, incluso algunos faltantes de fragmentos de madera que hubo que recuperar pero se tuvieron que tomar decisiones. Por ejemplo, en el caso del tintero, se realizó retoque del lustre pero se tomó la decisión de que permanezcan las manchas de tinta porque dan cuenta de su historia, de su tiempo y de su uso", contó una de las conservadoras, Mercedes Fraguas, durante la recorrida por el espacio.

El Ministerio de Obras Públicas, a cargo de Gabriel Katopodis, y el de Cultura destinaron más de 352 millones de pesos al presupuesto de esta obra para restaurar el edificio de estilo Beaux-Artes, obra del arquitecto italiano Carlos Morra, donde a partir de 1901 comenzó a funcionar la Biblioteca Nacional -que antes funcionaba en la manzana de la Luces-, cuyo primer director fue el intelectual francés Paul Groussac, un cargo cuya labor la continuaría entre 1955 y 1973 el escritor argentino. En el 73, con la llegada al gobierno del peronismo, Borges decidió pedir la jubilación, que se le entregó en tiempo récord: "en una semana días ya estaba jubilado", contó el co-director del Centro Borges, German Álvarez.

Son diferentes rincones del edificio, como las escaleras que se aprecian ni bien ingresar por la calle México, o los sótanos, que el escritor argentino ha utilizado como trama para ambientar algunos de sus cuentos más famosos, como es el caso de "El reloj de arena" o de "Los libros y la noche", ese mismo donde el autor se "figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca".

"Es muy borgeana la historia de este edificio", dijo en un momento de la recorrida Germán Álvarez, y recuerda que la construcción data de 1901, un proyecto de Julio Argentino Roca de cara al centenario de la república: "Fue el segundo edificio en el país en tener ascensor, uno de los primeros en contar con electricidad, era un auténtico palacio, parte de la obra pública que Roca pensaba para la Argentina".

Si bien las obras totales continuarán hasta marzo del 2024, el primer piso del edificio, donde funciona el Espacio Borges, abrirá sus puertas "antes", confirmó Bauer, y según Álvarez, será antes del mes de agosto cuando el público pueda volver a visitarlo, confirmó en diálogo con Télam.

"Estamos muy contentos por la restauración de un patrimonio nacional histórico y de un patrimonio simbólico, de estas salas donde Borges permaneció 18 años. Hoy no se puede visitar en el mundo un lugar tan borgeano como estas salas del primer piso de la ex Biblioteca Nacional, donde tenemos una peregrinación permanente de turistas y extranjeros que quieren ver el lugar de Borges", detalla a Télam Álvarez, que codirige el espacio junto a Laura Rosato.

Este histórico edificio es además el sitio donde el autor "reescribió sus obras como las conocemos. Borges escondía las correcciones de sus textos en los anaqueles de estas salas. Lo hacía pensando en el lector futuro, con la idea de dejar un hallazgo. Encontramos por lo pronto media docena de revistas Sur totalmente corregidas, ya que las usaba como soporte original. Tomaba la revista donde ya había publicado su texto, tachaba su firma, reescribía sobre lo ya publicado, con erratas, con retoques, y, por ejemplo, escribía un nuevo final para 'Tema del traidor y del héroe', que es el final que hoy conocemos la publicación".

"Borges guardaba esos manuscritos para un investigador del futuro. Para él, la literatura y la realidad son una. Y lo hace a conciencia, lo firma y lo fecha, para que luego lo reconozcan. No deja nada librado al azar. Para que sepan que el reescribía sus cuentos en la Biblioteca Nacional", detalla Álvarez y agrega que Borges dejó un total de 800 libros donados a este espacio.

Por su parte, el actual director de la Biblioteca Nacional, Juan Sasturain, dijo a Télam que "este edificio tiene una absoluta continuidad de concepto, de contenidos y de historia con el edificio que desde la década del 90 alberga todo nuestro patrimonio, en la calle Agüero. El traslado fue un gesto necesario de crecimiento. Con sus investigadores, la Biblioteca Nacional ha ocupado este lugar con continuidad, con su patrimonio documental y bibliotecológico. Lo que viene es nuestro sueño: la recuperación del espacio Borges como un espacio público de visita, donde el patrimonio borgeano estará disponible para los investigadores y para el público en general", concluyó.

Con información de Télam