Dante Spinetta hizo vibrar a todo un Teatro Vorterix colmado de gente, cuyas entradas se habían agotado desde hacía varios días previos al recital que se llevó adelante el viernes 9 de agosto por la noche. El artista de 47 años repasó sus discos Puñal y Mesa Dulce, tocó icónicas canciones de Illya Kuryaki con una clara reivindicación a la escena del funk en Argentina y reunió a su familia, ya que estuvieron presentes sus hijos y su sobrino para participar de varios de sus temas.
El show incluyó temas bien funkeros, fiel a la escencia de Dante, como Rebelión, La Movie, Deja Boo y uno de sus más conocidos: El Lado Oscuro del Corazón. El músico tuvo un buen intercambio de palabras con el público dejando en claro el buen "showman" que es. De hecho, él mismo dijo que estaba muy charlatán después de darse cuenta que estaba hablando más de lo normal, detalle imperceptible para su gente, que estaba fascinada por el espectáculo.
En un momento del show, dijo estar orgulloso de ser argentino con unas palabras que llegaron al público y fue el puntapié para que suene el tema Sudaka. Minutos más tarde, se encargó de dejar en claro su pasión por el género del funk y respaldó sus inicios en la música, ya que fue uno de los precursores del género en Argentina con la banda Illya Kuryaki & The Valderramas que lideró junto a Emmanuel Horvilleur. Este comentario también fue puntapié para tocar un medley de canciones del grupo: la primera fue Jugo y la siguiente Coolo.
La banda de Dante está conformada por talentosos músicos que son parte de la escena actual en distintos proyectos: Pablo González en batería; Matías Méndez en el bajo; Carlos Salas en percusión; Maximilano Díaz en teclados; los vientos a cargo de la dirección de Exequías Aquino; coros en la voz de Caterina Finocchi; y el guitarrista fue Matías Rada, hijo de Rubén "El Negro" Rada. Además, tuvo la participación de su familia: Vida Spineta, su hija de 18 años, se subió para los temas Olvídalo y El árbol de la nada. Ciaro Spinetta, su sobrino, estuvo en el primer tema ejecutado en el show. Sumado a la presencia de Brando Spinetta, su hijo de 22 años, que no es músico, sino que es futbolista profesional de la Primera División de Sacachispas y encima era su cumpleaños.
El recital contó con un divertido momento que suele realizarse en cada presentación que tiene: improvisó con gritos y pedía que el público los repita, a lo Freddie Mercury, pero con una particularidad: el artista pidió "gemidos" y la gente le fue fiel. Lo último del show fue una improvisación musical de todos que siempre realizan en la canción Funk Warrior en la que Dante señalaba con su dedo cuántos cortes debían hacer, lo que demostró el talento musical de él y la banda. De esta manera concluyó el evento y tiene varias presentaciones por delante en el marco de la despedida de su último disco Mesa Dulce para darle la bienvenida a nuevo material a lanzarse próximamente.