Los textos en español de Roal Dahl no serán alterados, pese a los cambios en la versión inglesa

21 de febrero, 2023 | 19.03

La editorial Alfaguara, encargada de publicar en español los textos de Roald Dahl, anunció que mantendrá los textos originales del autor británico sin modificar las palabras o referencias que en Reino Unido reemplazó el organismo encargado de gestionar el legado del escritor británico, desatando una polémica acerca de los límites de la autoría y la conveniencia de adoptar obras literarias para infancias en pos de un mensaje más inclusivo.

"Tras conversaciones con la Roald Dahl Society Company, Alfaguara Infantil y Juvenil mantendrá sus ediciones con los textos clásicos del autor sin modificar sus publicaciones en castellano", indicaron fuentes de la editorial que publica los textos del célebre autor infantil en España y Latinoamérica.

También contrarios a la alteración de los textos originales del autor de "Charlie y la fábrica de chocolate" se manifestaron los editores del prestigioso sello francés Gallimard, que se pronunciaron en contra de estas prácticas de "reescritura" o retoque y advirtieron que tampoco realizarán ajustes en sus traducciones al francés de las obras de Dahl. "Nunca hemos reescrito los libros de Roald Dahl. Fueron traducidos del inglés y no han cambiado de esa traducción desde entonces”, dijo un portavoz de la editorial a The Guardian.

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A diferencia de las reglas de derechos de autor en el Reino Unido y Estados Unidos, los autores conservan en Francia “derechos morales” que no se pueden vender y se transmiten a los herederos de los escritores. Mientras el autor esté vivo, no se pueden hacer cambios en su obra sin su consentimiento, pero después de su muerte sí se pueden concretar con previa aprobación de los herederos.

La traductora y crítica francesa Bérengère Viennot escribió en el sitio web slate.fr que “una novela de Roald Dahl reescrita ya no es una novela de Roald Dahl” y calificó las modificaciones de “inaceptables a varios niveles”: “No engañan a nadie, esto es censura disfrazada de actualización”.

El diario británico The Daily Telegraph desató hace un par de días la polémica cuando sostuvo que ya no habría "gordos" ni "feos" en las novelas de Dahl por decisión de la editorial Puffin Books. La revisión implicó la eliminación de referencias consideradas polémicas en torno al peso o la apariencia física de los personajes, la salud mental, la violencia, el género y la raza en las historias del autor de libros como "Charlie y la fábrica de chocolate" o "Matilda".

"Este libro se escribió hace muchos años, por lo que revisamos regularmente el lenguaje para asegurarnos de que todos puedan seguir disfrutándolo hoy", sostuvo en su descargo el sello británico.

La polémica no se hizo esperar y sobre el asunto se pronunció incluso el primer ministro británico, Rishi Sunak, quien criticó la medida a través de un portavoz oficial: "Es importante que las obras de literatura y los trabajos de ficción se preserven y no se editen". "Siempre hemos defendido el derecho al libre discurso y expresión", observó.

También el autor Salman Rushdie, que fue apuñalado el pasado agosto por un fanático musulmán tras ser hace años condenado a muerte por el régimen de Irán tras la publicación de la novela "Versos Satánicos", criticó en Twitter la medida y señaló que aunque Roald Dahl no era "ningún ángel", esto es una "censura absurda".

Los libros de Dahl se han traducido a 63 idiomas y vendido más de 300 millones de ejemplares en todo el planeta, de ahí que esté considerado uno de los autores de literatura para jóvenes más relevantes de la historia.

A lo largo de su vida, el escritor hizo numerosos comentarios antisemitas, como en una entrevista con la revista The New Statesman en 1983, cuando dijo que "hay un rasgo en el carácter judío que provoca animosidad, quizá sea una especie de falta de generosidad con los no judíos". O "Siempre hay una razón para que broten los 'anti-algo'. Hasta un canalla como Hitler no los acosó sin razón".

No es la primera ocasión en la que se plantea el debate sobre la posible modificación o prohibición de antiguos libros de literatura infantil y juvenil, como ocurrió en 2021 con la quema de casi 5.000 libros en escuelas de Canadá, entre ellos cómics de Tintín, Astérix y Lucky Luke, por considerar que propagaban estereotipos sobre los indígenas.

Con información de Télam